viernes, 30 de diciembre de 2011

LA VERDAD DE LAS MENTIRAS DE MARIO VARGAS LLOSA

La Verdad de las Mentiras consta de 36 ensayos sobre novelas del siglo XX que han marcado un hito en la historia de la literatura y en el alma de su autor que reconoce haberlas escogido por la imperecedera impresión que le produjeron al leerlas. De esta manera, Mario Vargas Llosa nos acerca a la lectura y a la comprensión de clásicos universales que dejan una huella imborrable en nuestra mente, desgranándonos el maravilloso artilugio de su mecanismo interno, de su gestación y construcción, de su importancia y significación en el siglo XXI en el que las nuevas tecnologías y el rítmo de la vida moderna parecen haber dejado obsoleta la lectura -ese dulce gozo del que habla André Mauriac- relegándola a los márgenes de la vida social y convirtiéndola poco menos que en un culto sectario. En este conjunto de ensayos así como en su prólogo y epílogo, el autor reivindica esa fiesta compartida que es la literatura. De esta manera, vemos pasar ante nuestros ojos la disección de El Corazón de las Tinieblas, dónde observamos a Kurtz y al propio Conrad cambiar drásticamente su personalidad por la experiencia africana y también su visión del mundo, o por lo menos de Europa. Esa visión pesimista de la civilización europea representada por "la ciudad espectral" o "sepulcro blanqueado" dónde está la casa matriz de la compañía que perpetra tan abominables crímenes en el Congo y cuya razón de ser en las selvas y ríos dónde se ha instalado es saquearlos, explotando para ello con ilimitada crueldad a los nativos a los que esclaviza. Nos sentimos envueltos junto a Gustav von Aschenbach  en el tenebroso clima de La Muerte en Venecia, en esa subterránea presencia que Freud llamó instinto de muerte, Sade deseo de libertad y Bataille el mal y que no es otra cosa que la búsqueda de la soberanía integral del individuo, anterior a los convencionalismos y a las normas. Nos adentramos en Nueva York, personaje colectivo en Manhattan Transfer, dónde en una atmósfera impregnada de pesimismo, el escenario de hormigón y acero se humaniza hasta cobrar una intensidad de vida y una personalidad subyugante, mientras el narrador describe no las partes sino el todo, ese gran ser plural  que ellas conforman vistas en conjunto, como un gran collage. El autor nos introduce en Londres de la mano de La Señora Dalloway y allí asistimos al embellecimiento sistemático de la vida gracias a su refracción en sensibilidades exquisitas, capaces de libar en todos los objetos y en todas las circunstancias la secreta hermosura que encierran, narrado desde la mente de los personajes y logrando así una transformación poética del mundo de ficción gracias a un narrador ubicuo, huidizo y protoplasmático instalado en la intimidad de los personajes, nunca en el mundo exterior. La vida hecha recuerdo, sentimiento, sensación, deseo impulso es el prisma a través del cual el narrador de La Señora Dalloway va mostrando el mundo y refiriendo la anécdota. Recorremos con Mario Vargas Llosa el complejo laberinto de muchas puertas de El Gran Gatsby, dónde un narrador serpentino y travieso nos muestra que la realidad está hecha de imágenes superpuestas que se contradicen o matizan unas a otras, de modo que todo parece estar dotado de una irremediable ambigüedad. Nos hace observar la provisionalidad de la existencia y el relativismo que caracteriza a la moral y a las condúctas de los personajes en la era del jazz y de la ley seca, la época de los tumultuosos años veinte. Acompañamos al autor por las páginas de El Lobo Estepario y somos testigos de la perpetua introspección en la que vive Harry Haller y a su conflicto espiritual, un drama cuyo asiento no es el mundo exterior sino el alma del protagonista, prisionero del intelecto y de la abstracción. Nos adentramos en el mundo impredecible, de gran riqueza espiritual de Nadja, dominado por esas fuerzas oscuras fascinantes e indefinibles a las que aludimos cuando hablamos de lo maravilloso, la magia o la poesia. El autor nos adentra en una realidad diferente de Nadja, distinta de la que sirve de escenario a los sucesos, que se va trasluciendo sutilmente, en ciertas alusiones del diálogo, en los dibujos de Nadja llenos de símbolos y alegorías y en las bruscas premoniciones que todo ello provoca en el narrador de la novela. La fascinación que Nadja ejerce sobre él se debe, precisamente, a que ella parece en este mundo una visitante, alguien que viene de otra realidad desconocida e invisible, sólo presentida por seres de excepcional sensibilidad. Mario Vargas Llosa nos convoca en Santurario a la velocidad caprichosa del inconstante tiempo narrativo en el que los movimientos de los personajes parecen las rítmicas evoluciones de un espectáculo de sombras chinescas, dónde lo puramente instintivo y animal prevalece sobre todo lo demás. Viajamos con el autor al universo intenso y múltiple de la Condición Humana, una tragedia clásica incrustada en la vida moderna y cuya prosa nos obliga a ejercer la fantasía todo el tiempo para llenar los espacios apenas sugeridos en los diálogos y descripciones. De esta manera, a lo largo de los treinta y seis ensayos, la introducción y el epílogo, el autor nos exhorta apasionadamente a la lectura, a visitar la irrealidad de la ficción como manera de vivir la realidad, y de su mano nos adentramos en los misteriosos vericuetos de la composición literaria para así tener un gozo añadido al desentrañar los sueños que la impregnan.

lunes, 19 de diciembre de 2011

EL HABLADOR DE MARIO VARGAS LLOSA

En El Hablador Mario Vargas Llosa rinde homenaje a los indios machiguengas de la Amazonía y, en especial rinde homenaje al hablador, al contador de historias machiguenga, transmisor de la cultura de un pueblo que mantiene vivos los mitos, leyendas y creencias, que cuenta historias, chistes y dichos. Con el cuerpo decorado con simétricas rayas rojizas y manchas oscuras, semidesnudo, en cuclillas, refiere a su auditorio (viejos y niños, hombres y mujeres) atento en torno a él la disputa a soplidos de Tasurinchi y Kientibakori (dios y  demonio respectivamente) de la que resultaron todos los seres buenos y malos de este mundo; habla de lo que ha hecho la víspera, de los cuatro mundos del cosmos machiguenga, de sus viajes, de hierbas mágicas, de las gentes que ha conocido en su andadura, de los dioses, diosecillos y seres fabulosos del panteón de la tribu, de los animales que ha visto y de la geografía celeste, un laberinto de ríos. Los machiguengas lo escuchan con atención fascinada, estática, celebrando sus chistes a grandes carcajadas o entristeciéndose con él; las pupilas ávidas, boquiabiertos, las cabezas enhiestas no se pierden una pausa, una inflexión de lo que dice. Hablar como habla un hablador es haber recorrido los bosques llevando y trayendo las anécdotas, las mentiras, las fabulaciones, las chismografías y los chistes que hacen de ese pueblo de seres dispersos una comunidad que sin las historias de los habladores se fragmentaría y disolvería por la distancia y la incomunicación a la vez que mantiene vivo entre ellos el sentimiento de estar juntos, de construir algo fraterno y compacto. Mario Vargas Llosa equipara al hablador machiguenga  al  trovero ambulante de los sertones bahianos y al seanchaí irlandes. El primero acompañado por el bordón de su guitarra entrevera, en las polvorientas aldeas del noroeste brasileño viejos romances medievales y chismografías de la región, contando ante un coro burlón la historia de la princesa Magalona y los doce pares de Francia. El segundo, "decidor de viejas historias" "aquél que sabe cosas", reliquia viviente de los viejos aedas de Hibernia cuyas siluetas se confunden en la noche de los tiempos con los mitos y las leyendas célticas que son los cimientos culturales de Irlanda. El seanchaí cuenta en el calor humoso de un pub, en una fiesta suspensa de pronto ante el hechizo de su palabra, o en una casa familiar junto a la chimenea, mientras afuera gotea la lluvia o ruge la tormente, antiquísimas fábulas, historias épicas, amoríos terribles, inquietantes milagros. Puede ser un patrón de bar, un chofer de camión, un pastor, un mendigo, alguien misteriosamente tocado por la varita mágica de la sabiduría y el arte de contar, de recordar, de reinventar y enriquecer lo ya contado a lo largo de los siglos, un mensajero de los tiempos del mito y de la magia, anteriores a la historia a quien los irlandeses contemporáneos escuchan todavía horas y horas, encandilados. Pero todos esos contadores de cuentos y transmisores de la cultura de los diferentes pueblos a los que pertenecen y que mantienen vivos los mitos leyendas y creencias, que cuentan historias chistes y dichos son los precursores del moderno narrador, del literato, del creador de novelas y cuentos que aglutina también historias para su auditorio y así mantiene y a la vez crea la cultura. Sin todos esos "habladores" el mundo no sería el que es sino que se sumiría en el olvido de los tiempos y el abandono de la memoria aniquilaría todo logro cultural, toda creencia, toda ficción. Un merecido homenaje el de Mario Vargas Llosa en "El Hablador" a esos contadores de cuentos de la casi olvidada tribu machiguenga y a su extraordinaria y difícil labor que logra la cohesión de toda una comunidad y nos aporta mitos, creencias, hechos y dichos asombrosamente novedosos. 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

Cien Años de Soledad es una epopeya, una saga familiar, un lugar mítico y de leyenda donde se suceden cosas reales, fantásticas y maravillosas que configuran el mundo, la aldea, Macondo. La crónica, pues de crónica se trata al fín y al cabo abarca, aproximadamente, un siglo desde que José Arcadio Buendía fundó Macondo, que entonces constaba de veinte casas de barro y cañabrava construídas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos, hasta la muerte del último Aureliano y la destrucción de Macondo, la ciudad de los espejos o de los espejismos. "Pues estaba previsto que la ciudad de Macondo sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos de Melquíades, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra." Escrita en un lenguaje altamente poético, rítmico y profundo, está contada por un narrador omnisciente que está de acuerdo con las ideas de los personajes, aunque luego sabremos que es Melquíades, el gitano sabio, quíen predijo y escribió la saga de los Buendía y la historia de Macondo en sus pergaminos. Los nombres de la saga se repiten constantemente en los diferentes personajes. Los José Arcadio son siempre apasionados, inventores y emprendedores aunque suelen tener un final trágico. Los Aurelianos recuerdan el pasado que no vivieron ni nadie les contó y son lúcidos, inteligentes y estudiosos. Todo es exótico y desorbitado en los personajes como si la exuberante naturaleza de la tierra de Macondo les hubiera exaltado para desarrollar tanto las aptitudes y virtudes como los defectos y vicios hasta la exageración. Así Ursula es de una enorme fortaleza y no se rinde jamás; Remedios, la bella no tiene rival en hermosura y todos caen muertos de amor a sus pies; la pasión de Remedios es tan desaforada que la lleva a matar a Arcadio José de un disparo de rifle; los rencores y odios de Amaranta serán eternos.Todo es tremendo en la familia de los Buendía como lo es también la soledad en la que vive y el peso que sobre ellos tienen los espíritus de los muertos. Gracias al realismo mágico de García Márquez entendemos la verdad que nos narra en una forma que no entenderíamos si no conllevara todos los elementos fantásticos en ella.  Pero hay algo extraño en todos los Buendía: ninguno sintió nunca amor y por lo tanto siempre vivieron en soledad, extrañados de sí mismos como demuestra el coronel Aureliano Buendía quien al volver a Macondo después de haber estado ausente treinta años haciendo la guerra "ve a Ursula, su madre, devastada por el más de medio siglo de vida cotidiana y hace un último esfuerzo para buscar en su corazón el sitio dónde se le habían podrido los afectos y no pudo encontrarlo. El único afecto que prevaleció contra el tiempo y la guerra fue el que sintió por su hermano José Arcadio cuando ámbos eran niños y estaba fundado en la complicidad." El hijo del último Aureliano y de Amaranta Ursula, su tía, nacido por fín del amor de sus padres hubiera sido el único capaz de desterrar la soledad para siempre de la estirpe y romper así el conjuro pero, sin embargo, el niño es abandonado y muere totalmente carcomido por las hormigas que invaden la casa. Porque la soledad se repite en la historia, es la constante de la que está hecha el tiempo y no sólo alcanza a los Buendía y a Macondo sino que,  inevitablemente, alcanza al mundo y a todos nosotros. Cien Años de Soledad es una epopeya grandiosa, narrada en un lenguaje inspirado y glorioso que no sólo engrandece Latinoamerica sino que enriquece la lengua española y equipara esta obra de García Márquez a la de Cervantes y los clásicos de todos los tiempos. 

sábado, 3 de diciembre de 2011

¿QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO? DE MARIO VARGAS LLOSA

Mario Vargas Llosa escribió ¿Quién mató a Palomino Molero? por la indignación que le produjo el asesinato de un aviador en la Base Aérea de Talara que quedó misteriosamente silenciado por la burocracia oficial y los manes de la dictadura que sufrían los peruanos en los años setenta. Escrito en forma de novela policíaca que mantiene la tensión en cada una de sus páginas, la novela es la historia de una tragedia. ¿Quién mató a Palomino Molero? es un sentido homenaje a todas las víctimas inocentes de la dictadura, un grito que clama contra los abusos del poder establecido y una reivindicación de unos derechos que nunca existieron pero que son tan básicos y a la vez tan importantes como la propia vida y la integridad. Pero, también ¿Quién mató a Palomino Molero? es una historia de amor que desafía la discriminación racial y las desigualdades de una sociedad rigurosamente estratificada y corrupta. El amor de Palomino Molero y de Alicia Mindreau es imposible porque la prepotencia, el egoismo y la soberbia de un padre autoritario y falso, que ve en ese amor una tortuosa conspiración contra él, y de un pretendiente despechado, débil y cruel se interponen entre ellos. La locura de Alicia Mindreau, su terrible enfermedad, es haber amado a Palomino Molero y el error de Palomino Molero es haber aspirado a una mujer que se encontraba muy por encima de sus posibilidades, que era de otra raza y de otro estrato social; porque como dice el padre de Alicia, el coronel Mindreau, "un avionero tiene prohibido poner los ojos en la hija del coronel de la Base; un muchacho de Castilla no puede aspirar ni en sueños a Alicia Mindreau", "una menor de edad tiene que ser protegida siempre contra el escándalo a cualcuier precio". El precio que le toca pagar a Palomino Molero es la propia vida después de terribles torturas. El precio de Alicia será más complicado porque los hechos deben callarse. Tan terrible es la verdad descubierta por las pesquisas policiales del guardia Lituma y del teniente Silva que las humildes gentes de Talara no se la pueden creer y por eso corren diversos rumores, que se confunden unos con otros, empañándola. Mario Vasgas Llosa ha querido así, a través de las vibrantes páginas de ¿Quién mató a Palomino Molero? denunciar no sólo el crimen del aviador de la Base Aérea de Talara que quedó misteriosamente silenciado por las autoridades, sino también, el silencio de toda una sociedad que cierra los ojos ante los excesos e iniquidades de un poder dictatorial. 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

La Guerra del Fín del Mundo está inspirada en "Los Sertones" de Euclides da Cunha, el último episodio de la guerra de Canudos, el conflicto que vivivieron en una esquina de Brasil el ejército Federal y una muchedumbre de iluminados, seguidores de un peregrino con aires mesiánicos, Antonio Conselheiro. Imbuído del espíritu positivista que triunfaba en el Brasil de la época, el escritor creyó acudir a la derrota de unas ideas primitivas a manos de la razón, pero acabó testimoniando "un crimen". Fue a presenciar el "aplastamiento inevitable de las razas débiles por las fuertes "y solo pudo cerrar su relato "con una página sin brillo". Mario Vargas Llosa se inspira  en este relato para crear su epopeya, su obra magistral.  Una obra que está narrada en tercera persona pero que notamos inmediata, cercana, pues el autor nos acerca a los hechos desde el punto de vista de cada uno de los personajes que constituyen el relato. Asistimos, de esta forma, a la manera en que se inicia un grupo en torno a un peregrino místico, Antonio Consejero, compuesto por personajes que han sido asesinos y maleantes, como Joao Grande y Joao Abade; filicidas, como María Quadrado; seres deformes, como el León de Nantuba, frustrados en sus aspiraciones, como el Beatito y en cómo se establecen en Canudos, en la zona de Bahía. Pronto se corre la voz de la santidad de Antonio Consejero e irán llegando gentes de todas partes con un denominador común: son personas pobres, necesitadas de consuelo, seres maltratados, ex-convictos, maleantes y crean en Canudos la ciudad de Bello Monte. Corre el año 1896 y es presidente de Brasil Prudente de Marais cuyo gobierno de bachilleres y cosmopolitas quieren derribar los republicanos y jacobinos para restaurar la República Dictatorial. Marais y los paulistas van a servirse de la crisis y la derrota para limpiar el ejército y la Administración de jacobinos pero Epaminondas Gonçalves hace un pacto con los terratenientes para formar un nuevo gobierno que crea un Censo, instaura el matrimonio civil y separa la Iglesia del Estado. Antonio Consejero y sus prosélitos se niegan a aceptar estas medidas en las que ven la venida del Anticristo y la llegada del fín del mundo. Ellos crearán una pequeña sociedad en la que además se negarán a negociar con moneda de cambio y sólo aceptarán el trueque. Una sociedad que había llegado por oscuros caminos y acaso equivocaciones y accidentes a desembarazarse de las preocupaciones del cuerpo, de la economía, de la vida inmediata, de todo aquéllo que era primordial en el mundo. Pero los republicanos urden una conspiración contra los campesinos y hacen creer que entre ellos hay espías ingleses y que Inglaterra les abastece de armamento y manda tropas para atacar a los republicanos. Mario Vargas Llosa relata magistralmente con una prosa envolvente la guerra que libraron estos pobres campesinos con un ejército que era muy superior a ellos, no sólo en número sino también en armas y estrategias y cómo regimientos enteros fueron derrotados por una banda de pordioseros fanáticos, perdiendo totalmente el armamento, desde los cañones hasta las espadas, llegando los soldados sobrevivientes desnudos en calzoncillos, desvariando; tal es el arrojo de los campesinos que el ejército republicano de Brasil llega a creer que cuentan con oficiales ingleses y armamento monárquico.  En julio los campesinos habían contenido a los soldados dentro de la misma ciudad de Bello Monte, pero en agosto llegó la brigada Gérard: 5000 hombres más, doce batallones más, miles de armas, decenas de cañones y comida en abundancia. ¿Qué esperanza podían tener ya los habitantes de Canudos? Sin embargo las encarnizadas luchas han sido tan cruentas y ha habido tantas bajas y muertes entre los republicanos, han necesitando tantos batallones y armamento para sofocar a un hatajo de pordioseros rebeldes y éstos han sido tan magníficos en la lucha, que lo que antes se inventaron sobre la ayuda inglesa para atacarlos ahora lo creen cierto y así en el periódico de Bahía hay diferentes versiones sobre lo ocurrido. En la primera, los oficiales republicanos sorprenden en  las alturas de Canudos a cuatro observadores rubios y bien trajeados mezclados con los campesinos. En la segunda, el ejército republicano encuentra entre los rebeldes muertos a un sujeto blanco, rubio, con correaje de oficial y con un uniforme que jamás había sido usado por ninguno de los cuerpos militares del país. En la tercera, aparece una carta rescatada del bolsillo de un campesino prisionero sin firma pero de letra inequívocamente "aristocrática", dirijida al Consejero, explicándole por qué es preciso restablecer un gobierno conservador y monárquico temeroso de Dios. Pero lo importante de las diferentes versiones son los sobreentendidos, no lo que dicen, sino lo que sugieren, lo que queda librado a la imaginación. El autor incide en la fantástica desproporción entre ejército y campesinos y en que nadie comprendía como éstos pudieron aguantar tanto y el porqué de la fiereza de sus convicciones para luchar de la manera que lo hicieron. La gente se preguntó si el Consejero fue un nuevo Cristo, aunque si fue así no quedaron esta vez discípulos para propagar el mito,  y llevar la buena nueva a los paganos. Pero más que su divinidad lo que es sorprendente es el espíritu solidario que logró provocar; el espíritu fraterno que consiguió forjar entre los pordioseros. Tal vez la mejor explicación a lo que ocurrió en Canudos la tenga el único sobreviviente a la catástrofe, el periodista del Jornal de Bahía cuando dice que en Canudos algo distinto a la razón ordenaba las cosas, algo distinto de la locura y demasiado general para llamarlo fe, superstición. El silencio con que escuchaban al Consejero era como en los ritos frenéticos del Candomblé, dónde se percibe una organización de la vida, un contubernio de las cosas y de los hombres, del tiempo, el espacio y la experiencia humana totalmente prescindente de la lógica, del sentido común, de la razón, como la que percibía en esos seres a los que aliviaba, daba fuerzas y asiento esa voz profunda del Consejero concentrada en el espíritu.   

martes, 22 de noviembre de 2011

LOS CUADERNOS DE DON RIGOBERTO

En Los Cuadernos de don Rigoberto Mario Vargas Llosa hace una incursión al mundo del erotismo en su estado más puro. Para ello toma lo más selecto del mundo de la pintura y la literatura y crea un personaje con un rico mundo interior, Don Rigoberto, gerente de seguros que palia su monótona existencia burocrática y burguesa alimentando su fértil imaginación de refinados cuadros de los mejores maestros y de la más sugerente literatura erótica,  que dan lugar junto con sus ensoñaciones y sugerentes ideas al material que plasma en sus cuadernos, que constituyen así construídos,  la más excelsa obra erótica de todos los tiempos. Pero don Rigoberto, en cierta manera, se adelanta a sus lecturas y pinturas como le ocurre a Juan María Braunsen el protagonista de la Vida Breve De Onetti que se imagina cuadros de Paul Delvaux que el propio Onetti no podía conocer cuando escribió esta obra porque el surrealista belga no los había pintado todavía. Don Rigoberto se considera un fracasado al que se le desmorona todo: la mujer que ama, el hijo que procreó, los sueños que quiso incrustar en la realidad y que declina cada día, cada noche, detrás de la repelente mascarada de gerente de una exitosa compañía de seguros, convertido en ese desesperado "puro" del que habla la novela de Onetti, en un remedo del masoquista pesimista de La Vida Breve. Pero Braunsen al menos se las arreglaba para escapar de Buenos Aires y tomando trenes, autos, barcos o autobuses conseguía llegar a Santa María, la colonia rioplatense de su invención. Don Rigoberto, sin embargo, estaba todavía lo bastante lúcido para saber que no podía contrabandearse en las ficciones, brincar al sueño. No era Braunsen todavía. Había tiempo de reaccionar, de hacer algo. El problema es que Lucrecia, su mujer, la que le secundaba en sus fantasías, haciendo así realidad sus sueños y anhelos más profundos, ya no está con él. El propio don Rigoberto la ha desterrado de su lado por su implicación con Fonchito, su hijo,  quizá el personaje más controvertido de Mario Vargas Llosa en esta historia, quién augura convertirse en un genio precoz y sutil. Admirador irredento del pintor expresionista Egon Shiele de quien se cree la reencarnación viviente y al que imita en todo, Fonchito será el motivo de la separación de Lucrecia y don Rigoberto. Con su aparente espontaneidad, mezcla de candor y malicia a la vez y con su empeño en dirigir las vidas de su padre y de su madrastra, el hijo de don Rigoberto será un peligro y una bendición, constituyéndose pese a su corta edad en el seductor de su madrastra  y en la celestina masculina  que hará posible la reconciliación de su padre con Lucrecia, en una vida en la que el erotismo es la parte central de la existencia, un juego (en la alta acepción que daba Johan Huizinga a la palabra) privado, en el que solo el yo, los fantasmas y los jugadores pueden participar y cuyo éxito depende de su carácter secreto, impermeable a la curiosidad pública, pues de ésta solo puede derivarse su reglamentación y manipulación desvirtualizadora por agentes írritos al juego erótico.

lunes, 21 de noviembre de 2011

LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR

 En LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR Mario Vargos Llosa hace un homenaje entre irónico y burlón pero también muy sentido a las radionovelas de los años cincuenta y a sus redactores, ejemplificados por uno de los protagonistas de la novela, el escribidor Pedro Camacho. La novela, autobiográfica, consta de dos historias entrelazadas. Por una parte, asistimos a una historia de amor apasionada entre un joven de dieciocho años, aprendiz de escritor, Varguitas o Marito y una hermana de su tía política, la tía Julia, divorciada y catorce años mayor que él. Lo que empieza como un juego galante se irá convirtiendo en una pasión prohibida que los enamorados deben ocultar tanto a la familia como a los conocidos en la Lima de los años cincuenta, dónde es impensable esta relación desigual. Pero cuando la familia los descubre, los enamorados deciden, pese a todo, casarse y para lograrlo Varguitas recurrirá a todos los ardides, desde buscar por todo Perú un juez que acceda a casarlos, hasta falsificar su partida de nacimiento mientras para mantener a su esposa conseguirá tener hasta cinco trabajos distintos. Por otra parte, se nos presenta el escritor de folletines, Pedro Camacho, personaje de mediana edad, estrafalario, grandilocuente y pagado de sí mismo, pero con una imaginación portentosa para los radioteatros y uno de los más logrados personajes de Mario Vargas Llosa, generándose, entre él y Marito que trabaja en la misma emisora de radio, una entrañable amistad. El amante de la gran literatura sentirá una gran admiración, teñida de envidia, por el redactor de radionovelas y el rítmo al que éste escribe, prepara a los locutores y emite los folletines; tanto es así que incluso se atreverá a pedirle consejos de amor cuando se cree traicionado. Por su parte, Pedro Camacho le trata con condescendencia y proteccionismo y se ofrece a escribirle una carta a su ingrata enamorada, la tía Julia. En tercer lugar, asistimos al desarrollo de los radioteatros del escribidor con sus truculencias, estereotipos, excesos y cursilerías características del género, aunque tomando siempre, por su autor, la distancia irónica indispensable para que no se vuelvan caricaturas. Pero al escribidor, agotado por la enorme cantidad de radionovelas que tiene que escribir, preparar a los locutores y lograr los efectos especiales adecuados para su transmisión en las ondas, su cabeza termina jugándole malas pasadas y, a medida que escribe, confundirá unas historias con otras, cambiando también  los nombres, caracteres y profesiones de los personajes, dando lugar a unos episodios divertidísimos aunque cada vez más enredados y confusos. La Tia Julia y el Escribidor nos muestra, de esta manera, la relación que tiene el propio Mario Vargas Llosa con el melodrama y la gran atracción que ejerce sobre él a pesar de las sonrisas y burlas con que el narrador cuenta las pasiones desaforadas y las intrigas de folletín. La propia historia de amor entre la tía Julia y Varguitas es truculenta y exagerada como cuando tienen que recorrer el centro del Perú de pueblo en pueblo hasta conseguir que un juez los case, o como cuando el padre del joven escritor  amenaza con una pistola a Javier, amigo de Marito, para que le diga dónde están los amantes. Si la propia vida está llena de truculencia y exageración no es menos cierto que la propia literatura contiene en sí muchos elementos melodramáticos, aquéllos de que gusta tanto Mario Vargas Llosa y que nosotros podemos disfrutar en esta novela.

martes, 8 de noviembre de 2011

TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA

Ricardo está enamorado desde su adolescencia de una aventurera impostora y camaleónica de la que no sabe nada, pero a la que irá adivinando en sus sucesivos encuentros, convirtiéndose en el único amor de su vida. De esta manera, Mario Vargas Llosa nos presenta el París de los años sesenta, cuando la capital vivía la fiebre de la revolución cubana y pululaba de jóvenes venidos de los cinco continentes, que soñaban con repetir la gesta de Fidel Castro; nos traslada al Londres de mediados de los sesenta y principios de los setenta cuando Carnaby Street sustituye a Saint Germain como centro neurálgico del mundo. Años en que la música reemplaza a los libros y a las ideas, dónde los Beatles, los Rolling Stones, los hippies y los grandes musicales hacen furor. Época en que se rechaza completamente el establishment burgués y los parques y Trafalgar Square son invadidos por grandes manifestaciones contra la guerra de Vietnan, decidiendo que había que ser realistas y elegir lo imposible. Visitamos el Perú de los años setenta cuando el general Velasco toma el poder y se inaugura una dictadura que durará doce ños, llevándose a cabo grandes nacionalizaciones, reformas agrarias, enormes controles y gran dirigismo económico que dan lugar a grandes injusticias sociales, culminando con la rebelión armada de Sendero Luminoso que provoca una gran matanza. Estos lugares y ambientes serán los escenarios de un gran amor con sus encuentros y desencuentros que marcará a Ricardo para siempre, haciendo de su vida una amalgama de felicidad y angustia, de profundos deleites y del desasosiego más devastador. Nada hay en la personalidad de su amada que le pueda deparar una felicidad duradera pero, sin embargo, pronto comprende que su destino es querer a esa mujer misteriosa cada vez que ella se digne recurrir a él o cada vez que el destino, con sus azarosos designios, vuelve a hacer que se encuentren. Será solo cuando ha renunciado definitivamente a ella cuando la eterna desconocida vuelve a él aunque ya sea demasiado tarde para prolongar el tiempo que han de permanecer unidos. Una historia de amor sobrecogedora y extraña que mantiene en vilo al lector de principio a fín y que demuestra, una vez más, que el amor presenta las caras más insospechadas y las más amargas realidades, sin que por ello dejemos de desearlo aún al coste de nuestra propia vida, porque el deseo es, quizá, el impulso más poderoso de la vida y el amor es para el amante el sustento del que se nutre su existencia.

jueves, 3 de noviembre de 2011

LA FIESTA DEL CHIVO

En la Fiesta del Chivo Mario Vargas Llosa se centra en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, apodado "El Chivo" y los atroces crímenes cometidos durante ella. La narración comienza con la visita de Urania -una mujer marcada por un terrible suceso en su adolescencia que le hace prometer no volver a pisar nunca más Ciudad Trujillo y así, corta toda relación con su familia- a Santo Domingo y se retrotrae al año 1961 y a los terribles hechos que sucedieron entonces. Mario Vargas Llosa dá voz al General Trujillo, al presidente Balaguer y a otros personajes históricos para explicar el sin sentido atroz de todos los horrores cometidos: las torturas, los asesinatos, las violaciones, las confiscaciones de las propiedades. Pero sobre todo la anulación de la voluntad y el libre albedrío de los ciudadanos y funcionarios públicos sometidos a la voluntad inquebrantable e hipnótica de un ser de desmedida ambición y crueldad cuyo odio no conocía fronteras. Su gobierno consistió en el sometimiento aterrador de 5.000 personas por el poder del miedo que cercenaba su autoestima y voluntad. El significado de "caer en desgracia" en la época de Trujillo consistía no sólo en perder la propia vida alguien, después de terribles torturas, sino también el asesinato de toda su familia y la destrucción o confiscación de todas sus propiedades. Santo Domingo se convirtió en un lugar dónde todo el mundo corría potencialmente un peligro inminente: las niñas y jovencitas eran violadas, las mujeres casadas debían ser sometidas a los lujuriosos deseos de aquél que ostentaba el poder absoluto, de aquél que con un gesto decidía los destinos de todos los habitantes de Santo Domingo. Pero su mano también alcanzaba cualquier parte del mundo dónde osara esconderse quien se opusiera a sus designios.  Mario Vargas Llosa, a través de su espléndida prosa combina la historia con la ficción para ofrecer una obra magnífica y absorbente, cuyo interés no decae en ningún momento y que siempre nos deja sobrecogidos. 

LIBERTAD

 Libertad es una novela monumental que cuestiona la libertad de nuestro mundo moderno; la libertad del libre mercado que promulga el capitalismo; la libertad que tenemos como sociedad y como indivíduos. Si la libertad es un bien, no todos sabemos cómo utilizarla y aún con nuestros mejores propósitos nos equivocamos. Tomando como paradigma Estados Unidos Jonathan Franzen hace universal esta reflexión. La ecología, la superpoblación, el cambio climático y el deterioro del planeta son algunas de las cuestiones que aborda y que están implícitas en la conducta de su protagonista, cuyo trabajo es salvaguardar las especies de pájaros en extinción y concienciar a la sociedad de la amenaza que existe en la superpoblación. Pero, sobre todo, Libertad es la historia de Patty y Walter Berglund, una pareja que se presenta al principio como ideal pero cuya convivencia se va deteriorando e influyendo negativamente en su hijo Joey. El descontento de Patty hará que sea infiel a Walter y mantenga relaciones con Richard Katz, el mejor amigo de Walter,  un músico rockero inconformista del que siempre ha estado en secreto enamorada. Richard, a su vez, comprondrá sus mejores canciones a raíz de su idilio con Patty. Mientras ésto ocurre, Walter no acepta los problemas familiares con Patty y Joey y los traslada al ámbito impersonal y público. Walter tardará años en descubrir la relación entre Patty y Richard, pero cuando se entera  se sentirá cruelmente traicionado por los dos y no querrá saber nada de ellos, iniciando un romance con Latitha, su compañera de trabajo. Con humor e ironía y a través de los aciertos y errores de sus personajes, Jonathan Franzen desgrana los problemas y errores que conlleva la libertad, un ideal quizá inalcanzable en su totalidad y que lleva consigo tremendas obligaciones que no todos son capaces de realizar, porque para entender bien la libertad debemos siempre considerar la libertad del otro.  

jueves, 13 de octubre de 2011

EL ALIENTO DEL CIELO

Carson McCullers junto con Katherine Anne Porter y Faulkner constituyen el grupo de escritores que mejor ha reflejado la literatura del sur de Estados Unidos. Su vida no fue larga (murió a los 58 años) y esta razón, unida a las numerosas enfermedades que sufrió, hacen que su obra no sea extensa y conste sobre todo de cuentos cortos. Sin embargo, pese a su problemática vida Carson McCullers era una escritora nata que nunca se rindió a las adversidades que encontró en su camino. Sus escritos revelan un universo inquietante y caótico pero enormemente poético dónde se aúnan  lo gótico con lo extravagante. Los personajes de sus mejores escritos son freaks, fenómenos casi de feria en algunos escritos como La Balada del Café Triste; en otros, como el Instante de la Hora Siguiente, neurasténicos incomprendidos dados a la bebida, o adolescentes que emprenden un rito de iniciación a la comprensión del mundo que les rodea; como en Sucker o Frankie y la Boda, pero en todos sus escritos los personajes son seres vulnerables e incomprendidos que buscan por uno u otro medio ese algo más que sólo es otorgado a los escogidos.  Lo que buscan sus personajes es también lo que buscaba la propia MacCullers y que se expone de forma explícita en algunos escritos como Un Arbol. Una Roca. Una nube y en la Balada del Café Triste. Ese algo tan buscado no es otra cosa que el amor. Pero no es simplemente el amor entre dos seres ya sean éstos hombre y mujer o el amor fraternal entre padres e hijos, hermanos o amigos. No, el amor que propugna McCullers, el AMOR con mayúsculas no es otra cosa que el amor universal a todos los aspectos de la creación y de la vida. Un amor tal, como explica Mc Cullers en Un Arbol. Una Roca. Una Nube, es un principio filosófico que lleva toda una vida desarrollar y en el que nos podemos quedar en el camino sin conseguirlo.  EL ALIENTO DEL CIELO es un compendio de la mayoría de los relatos breves de Carson MacCullers y de tres de sus novelas cortas: Reflejos en un Ojo Dorado, La Balada del Café Triste y Frankie y la Boda; es todo un homenaje a la memoria de esa gran escritora sureña que decía: "yo no querría vivir si no escribiese".
Sucker.
Es una especie de rito de iniciación sobre la pérdida de la inocencia de un niño de doce años que quiere ser amado y aceptado por su primo, cuatro años mayor que él y que es su ídolo a imitar; pero éste que atraviesa esa edad difícil que constituye los últimos años de la adolescencia, tiene otros intereses y le desprecia cruelmente. Sucker se volverá a partir de ahí frio y duro, cambiando totalmente su carácter y haciéndose mayor.
El Patio de la Calle Ochenta Zona Oeste
Relato sobre la soledad y el hacinamiento, las penurias y carencias en la gran ciudad, dónde la narradora se enamora de su vecino de habitación, un completo extraño, y le erige en árbitro de los problemas del vecindario, imaginándole con cualidades superiores y guardando su recuerdo durante años pese a no haber cruzado una palabra con él.   
Poldi.
Se desarrolla en un ambiente musical y podría ser una continuación de El Patio de la Calle Ochenta Zona Oeste.Trata de amores no correspondidos y de la indiferencia del amado por el amante. Poldi, una violonchelista que no corresponde al amor de Hans a quien ella considera un hermano pequeño, está a su vez enamorada de otro violonchelista que no le hace caso.
El Aliento del Cielo.
Poética narración con claros tintes autobiográficos, vívida y transida de sentimiento, con acertados símiles y metáforas ajustadas que describe el sufrimiento de una enferma de tuberculosis postrada en cama y cómo el especial estado de ánimo generado en la enferma por esta situación incide en la relación con su madre y hermanos.
El Orfanato.
Relato de reminiscencias góticas caracterizado por un ambiente cerrado y opresivo, -que recuerda en algunos aspectos a Jane Eyre de Charlotte Bronte- dónde la narradora rememora episodios de la infancia un tanto siniestros.
El Instante de la Hora Siguiente.
En este relato, plagado de vívida imaginería, asistimos a la crisis de un matrimonio en el que el fuerte amor del amarido por su mujer amenaza con destruirlos a los dos.
Así.
Narra el paso iniciático a la adolescencia y el rechazo al mundo de los adultos por una narradora anónima cuya hermana mayor rompe la relación de compañerismo que había entre ellas al hacerse mayor.
Wunderkind.
Magnífico relato, posiblemente autobiográfico, en torno a una niña prodigio que al crecer pierde sus facultades y ve impotente como su don para la música, que le prometía un futuro fulgurante,  se le escurre entre los dedos. Excelente dramatización de las escenas y los detalles, palpándose la angustia de la protagonista al notar cómo toda su niñez sacrificada en aras de la música ha sido en vano.
Los extranjeros.
Poética narración que trata del viaje al sur de un judio, Felix Kerr, con su inevitable carga de pérdida y nostalgia y hermana a este personaje con otros parias que se encuentra en su recorrido, a través de un mismo dolor y desconsuelo.
Sin título.
Un joven que va de regreso a su hogar después de tres años de ausencia intenta desentrañar en un bar de estación el oscuro arabesco en que se le presenta su pasada adolescencia, y será a través del ruecuerdo dónde, al final, las piezas logran encajar haciendo que él se encuentre a sí mismo.
El Jockey.
Relato que transcurre en una sola escena, cargada de dramatismo, dónde se describe el enfrentamiento entre un jockey en declive y tres hombres insensibles, culpables de que echen del negocio a un jockey amigo.
Madame Zilensky y el Rey de Jordania.
Narración esperpéntica  en clave de humor poblada de personajes freaks de MacCullers, dónde a través del amor y la comprensión puede el amante adoptar la visión irracional e ilógica del amado y ver el mundo a través del prisma de lo absurdo.
Correspondencia.
Relato epistolar humorístico que va cambiando de tono de una carta a otra: de amistoso a anhelante; de anhelante a enfadado; de enfadado a formal y encopetado. Lo que no varía es la tendencia de la autora, Henky, de centrarse únicamente en sí misma.
Un árbol. Una roca. Una nube.
Narración que se centra como ninguna otra en exponer de boca del protagonista y de forma diáfana la temática filosófico-existencialista de MacCullers: el amor es una ciencia que consigue que logremos nuestra verdadera identidad y nos realicemos como auténticos seres humanos.
El Arte y el Señor Mahoney.
Excelente boceto satírico en el que el protagonista, un hombre bueno y dócil pero rudo y sin sensibilidad para el arte se ve arrastrado por su mujer, una snob cultural, a propulsar todo tipo de arte.
El Transeunte.
Lo efímero de la vida y la fugacidad del tiempo son el tema principal de este relato en el que el protagonista, el periodista John Ferris, se dá cuenta tras la muerte de su padre, de los años que ha desperdiciado sin alcanzar la estabilidad de una vida compartida.
Dilema Doméstico.
Relato sobre la convivencia con una alcohólica y la ruina familiar que eso representa. Está centrado en los sentimientos ambivalentes del marido hacia su mujer que van desde el odio y el resentimiento cuando su afán es proteger a sus hijos, al amor y la pena por verla indefensa ante sí misma.
Muchacho Obsesionado.
Narración centrada en la locura como tabú social. Lo no dicho pesa en el ambiente adquiriendo tonos góticos y siniestros.
¿Quién Ha Visto el Viento?
Relato dramático de un escritor, Ken Harris, que al cabo de diez años de publicar su primera novela ve frustrarse su talento para escribir, volviéndose mezquino y amargado y dándose a la bebida.
Reflejos en un Ojo Dorado.
Intensa tragedia, ajustada y precisa, relatada con admirable maestría por Mc Cullers y poblada de personajes freaks y desmesurados. El capitán Pemderton, un homosexual estudioso e intelectual pero amargado y cínico que se esconde tras un matrimonio mal avenido para no quedarse solo se obsesiona por el soldado William. El capitán Pemderton, encarna la civilización occidental y el poder patriarcal con todo lo que tiene de represivo y cruel. Por el contrario, el soldado Williams aunque limitado intelectualmente, se asocia a la libertad y al mundo natural. Leonora, la mujer del capitán Pemderton aunque, ciertamente, con un estatus social superior al del soldado Williams también simboliza lo natural y salvaje. Por otro lado Allison, la mujer del comandante Morris, obsesionada por la pérdida de su hijita de once meses, Catherine, no se entiende con su marido que le es infiel con Leonora y su único consuelo es la compañía de su criado filipino Anacleto. Allison representa la feminidad ultrajada por el poder opresivo del mundo occidental como simboliza la mutilación de sus pechos y el acabar sus días en un sanatorio mental al que es ingresada por su marido, el coronel Morris.
La Balada del Café Triste.
Es un compendio de muchas cosas y encierra todo el mundo de Carson McCullers. Por una parte es una novela profundamente poética, tierna y entrañable de de claros elementos sureños. Por otra es una novela de humor negro, con marcados elementos grotescos y es la obra de la autora junto con Un árbol. Una roca. Una nube dónde mejor expone su filosofía del amor. Pero sobre todo es una historia de amores desencontrados, de odio y de traición, ambientada en un pueblo triste y desolado dónde la dureza de la vida hace a los habitantes ser tristes y mezquinos. Ideal para una obra de teatro, contiene elementos dramáticos y efectistas como la balada de la cadena de presos al final de la novela.
Frankie y la Boda.
Es la más larga de las novelas de MacCullers. Consiste en un elaborado rito de iniciación a la madurez de Frankie, una solitaria adolescente sin madre y a quién su padre le presta poca atención. La novela se divide en tres partes que giran en torno a la boda del hermano de Frankie: En la primera parte la protagonista espera con ansiedad la boda del hermano para irse con los novios y así empezar una nueva vida. En la segunda Frankie se llamará F. Jasmine para asemejarse al nombre de su hermano que se llama Jasper y al de su novia que se llama Janice y formar con ellos lo que ella llamará un "nosotros". F. Jasmine proclamará su deseo de fundirse en la otredad y de poder ser diferente, saliendo así de su pequeño "yo". El climax se alcanza en la boda del hermano, cuando Frankie ve frustrado su apasionado deseo de unirse a los novios y vivir con ellos para lograr así  "una nueva vida".
En la tercera parte Frankie supera su deseo de ser "nosotros" y se llamará Frances alcanzando su nueva identidad; para ello  tendrá que sufrir la experiencia de la pérdida de su primo y compañero de juegos, John Henry y de Berenice, la criada negra que le hace de compañera y amiga, e iniciar esta vez su propia y auténtica vida. 






martes, 20 de septiembre de 2011

UNA AFICIÓN PELIGROSA

UNA AFICIÓN PELIGROSA es el compendio de un conjunto de relatos de Patricia Highsmith muy diferentes entre sí, a través de los cuales podemos ver el desarrollo de su narrativa. Sin embargo, los personajes que pueblan estos relatos comparten ciertos rasgos distintivos que siempre han estado presente en la escritura de la autora. Se podría decir que todos son outsiders cuya estabilidad está al borde del precipicio. Ninguno está contento con la vida que lleva, se sienten frustrados y fracasados y como medio de liberación optan por el suicidio o el asesinato. No obstante, a algunos de ellos la autora les permite un momento de epifanía en sus vidas, en el cual se dan cuenta de sus errores aunque ya sea tarde para enmedarlos. En El Problema de la Señora Blymm, el Problema del mundo, nos encontramos con un relato bastante alejado de la temática de Highsmith y que tiene un trasfondo que casi prodríamos calificar de existencial. Vemos a la anciana señora Palmer rodeada de extraños pasar los últimos días de su vida muy alejada de su hogar. La señora Palmer se está muriendo y desearía poder tener cierto entendimiento con su enfermera, la señora Blynn, pero ésta la trata como si fuera simplemente un objeto, como si no fuera un ser humano con sentimientos y mira descaradamente, deseando apropiárselo, un broche de amatistas que tiene la señora Palmer. Esta, antes de morir, desea tener un gesto de buena voluntad y entendimiento con la señora Blymm regalándole el broche de amatistas, pero está demasiado débil para ello. Pese a todo, tiene un momento de epifanía  en el que se dá cuenta que el problema de la señora Blymm es la actitud que muchos tenemos en la vida, motivada por una cerrazón del corazón ante los demás, un fracaso de comprensión y de buena voluntad que nos hace vivir una vida imperfecta e inadecuada de la que no nos damos cuenta hasta el final.
 En Nada Extraño a Simple Vista asistimos a la trivialidad de un suicidio, idea que puede parecer chocante pero que es muy cercana a la realidad. Helene ha decidido despedirse de la vida y abandonarla. Pero es en los últimos días de esta decisión cuando logra ver con ojos luminosos la existencia y piensa que todo continuará hermoso durante largo tiempo cuando ella se haya ido. Tanto es así que todo el mundo se da cuenta del áura luminosa que ahora desprende y cae rendido a sus pies; el mundo nunca ha sido tan marravilloso como ahora para Helene ya que, como dice la autora, "nadie mira el mundo de una forma tan hermosa como alguien que va a abandonarlo". Sin embargo,  la decisión de Helene está tomada.
El Retorno. La vuelta a Alemania después de su exilio en Inglaterra no es para Esther Friedman lo que parece. Ella creía haber encontrado, por fín, la seguridad de un hogar en el que pasar su madurez. Sin embargo, se encuentra con que su actual marido, judío exiliado, le es infiel y la felicidad que pensaba haber encontrado junto a él, una vez pasada su turbulenta juventud, se convierte en egoismo e indiferencia. A través de este relato Patricia Highsmith reflexiona sobre el exilio.
Un Completo Fracaso. En esta especie de parábola teñida de humor y melancolía, la autora traza la historia de un hombre sencillo pero sin suerte, lo que se podría llamar un auténtico perdedor, para al final subvertirla y convertirle en un héroe. Highsmith hace una apuesta por valores totalmente distintos a los materiales.
El Mejor Amigo del Hombre. El mundo animal, tan loado por la autora, aparece aquí casi sublimizado en la figura de un perro perfecto que marca las pautas de superación de un amo con fuerte complejo de inferioridad a raíz de un fracaso sentimental.
Pájaro en Mano. Un pobre pero ingenioso pensionista que a duras penas consigue sobrevivir consigue difuminar la estrecha línea que separa a un timador de un creador de ilusiones en este relato que de nuevo recrea el mundo animal.
Una Afición Peligrosa. Interesante thriller psicológico que dá  título al libro y que trata de la guerra entre los sexos donde el protagonista, un veterano de la guerra de Corea que queda impotente por una herida, roba sistemáticamente a exitosas mujeres para vengarse, a través de ellas, de todo el género femenino, y como apropiación simbólica de una parte de su personalidad.
El Segundo Cigarrillo. Relato en clave casi humorística sobre el tema del doble percibido como juez de sí mismo, donde el protagonista, George Leister, obsesionado por los errores cometidos en el pasado, crea un fantasma que acabará llevándole a su propia destrucción.
En Las Cosas Salieron Mal la autora nos cuenta lo que le ocurre a un artista que tiene sublimizada a su musa, objeto de su amor, cuando ésta deja de simbolizar altos ideales estéticos y se vuelve el emblema la la cotidianidad más prosaica.
Dos Palomas muy Desagradables. Aquí de nuevo Patricia Highsmith se centra en el mundo animal, describiendo las peripecias de dos antipáticas palomas que como todos sus personajes son también outsiders y la violencia que genera en ellas la frustración por su entorno.
Trato Hecho. Si matas una vez es posible que tengas que volver a hacerlo, parece decirnos la autora en este brillante thriller que recuerda a otros tan memorables como El Talento de Mr. Ripley.
Música que Mata. Recrearse, imaginando los asesinatos de aquéllos que se desprecia, es motivo suficiente para declararse culpable y sufrir condena en este relato donde lo imaginado cobra realidad.    
Variaciones sobre un Juego.
Llegar a desaparecer para observar qué hacen los demás al no encontrarte puede ser divertido, pero hay muchas maneras de desaparecer, la más extrema es la muerte.
Una Chica como Phyl. Jeff se dá cuenta de que su gran amor de juventud, que él tenía idealizado, es, en realidad, el emblema de todo lo vano y supérfluo que el rechaza. A partir de ahí su vida carecerá de sentido y buscará el suicidio como única salida.

jueves, 8 de septiembre de 2011

EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER

EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER es un retrato épico de los azarosos años ochenta en América, particularmente en Colombia, y de la generación que creció marcada por el narcotráfico y el terrorismo. Resalta la ola de asesinatos, la inestabilidad, el terror y la gran corrupción que incluso siguen vigentes hoy en día. El eje de la novela  gira en torno al dolor producido por esa violencia que sesgó tantas vidas y a cuyos sobrevivientes solo les quedó el dolor de la pérdida, el miedo, la inestabilidad y la zozobra. Habla de como las seguridades se rompen de repente y allí donde había vida solo queda el recuerdo, es el ruido de los cuerpos que desaparecen al precipitarse al vacio, el ruido de la caída. De mi caída no había testimonio posible -cuenta el protagonista de la historia, Antonio Yammara. La trama empieza con un asesinato y se teje a través de la caja negra de un avión que se estrella, contándonos la vida misteriosa de Ricardo Laverde, figura enigmática y compleja, que es un reflejo de multitud de personas que como él vieron iniciar el peligroso camino de Colombia hacia el borde del abismo. Pero el ruido sólo lo producen las cosas, las vidas en cambio no hacen ruido, sin remedio emprenden su propia caída sin contar con esos lujos tecnológicos, como el que representa la caja negra de un avión. Vemos a través de los ojos del narrador a Bogotá -una ciudad bella y soberbia, populosa y loca- dónde se vive como si hubiera estallado la guerra, sin que nadie la haya declarado. EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER es la historia de una amistad frustrada entre Antonio Yammara, un joven profesor universitario y Ricardo Laverde, el enigmático piloto y cartógrafo sobre cuya vida gira la novela, es una doble historia de amor en tiemos difíciles, es también  la radiografía de una generación atrapada en el miedo pero sobre todo es la epopeya de una ciudad y de un país evocados con dolor infinito y nostalgia, con amor y con pena en una narrativa llena de lirismo y profundidad construída a través del recuerdo y la memoria.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL IDIOTA

Si todas las novelas de Dostovieski son excesivas, podemos decir que EL IDIOTA es la más excesiva de todas; en primer lugar por el carácter y sobreabundancia de sus personajes, en segundo lugar por los vericuetos y las situaciones imposibles que  aborda y en tercer lugar por  la complejidad de la trama y el argumento.  También parece claro que en EL IDIOTA es dónde los elementos autobiográficos de Dostovieski más abundan y  dónde coloca mayor sentimiento; todo es superlativo en esta gran novela de Dostovieski. EL IDIOTA destila ternura de principio a fín y no sólo por los principales personajes sino que incluso los secundarios están tratados con un celo y una ternura inauditas. Podríamos decir  que en  EL IDIOTA Dostovieski  nos presenta trasuntos de su propia vida,  que es el alma del autor la que está expuesta a la luz y nos la muestra  desvelándose a sí mismo a los ojos del lector en un alarde de valentía extraordinario, casi diríamos que sin ningún pudor. La figura del protagonista, el príncipe Mischkin, la dibuja y elabora el autor con los elementos más exquisitos y entrañables del alma humana, un alma tan excelsamente delicada, noble y amable que hace peligrar a cada momento la esencia misma del ser en provecho de la otredad, entendida en sentido universal. En efecto, darse al prójimo (para el príncipe Mischkin el prójimo es la humanidad entera, o al menos todos los seres con los que tiene contacto y conoce) en detrimento de su propia personalidad, e incluso de su integridad física y psíquica es para nuestro protagonista lo más natural, o mejor dicho, la única manera de relacionarse con los otros. En el trascurso de la novela su entrega es absoluta. Además de entregarse a los dos heroínas coprotagonistas de la novela, Nastasia Filipovna y Aglaya Ivanovna, se entrega a todos los otros personajes con los que tiene algún tipo de trato o relación; pero sobre todo, se entrega a los más débiles, a los que más sufren, aunque ocurra que sean usureros y aprovechados como Lebedec, o egoistas como Ippolit; con todos es de una consideración exquisita pese a la traición de que es objeto. Pero a quienes más ama el príncipe son sin duda a Rogochin y a Nastasia Filipovna. El primero intenta matarle a él y será al final el asesino de Nastasia Filipovna, sin embargo, el príncipe, percibiendo la desgracia de Rogochín, le consuela y acaricia antes de que lo descubran y apresen, tratándole como a un hermano muy querido. La segunda,  como la Magdalena de Jesús, supone para el príncipe tanto un intenso sufrimiento, como una profunda atracción, precisamente porque ve en el fondo de su ser el abismo en el que está inmersa. Naturalmente, todo este torrente incontrolable de efusiones, generosidad y desprendimiento tiene un alto precio para Mischkin quién acaba perdiendo totalmente la razón. El mundo ha sido demasiado cruel y complicado para este ser puro y excelso con alma de niño y sentimientos altruistas. En efecto, nuestro héroe no es terrenal, es un héroe mítico, un Cristo  sin el poder salvador de Jesucristo, quien queriendo arrojar sobre sí todo el dolor del mundo acaba destruyendose a sí mismo. Dostovieski nos presenta a su héroe como un trasunto de la pureza del alma rusa, contraponiéndolo a diferentes clases sociales que van desde la aristocracia, representada por Aglaya (aunque no es aristócrata, la familia Yepanchina tiene relaciones con el gran mundo) hasta la hez de la sociedad, representada por Nastasia Filipovna, entre otra serie de personajes secundarios, que reforzando las posiciones de esas dos mujeres contrapuestas podrían simbolizar una clase intermedia. El príncipe Mischkin aparece, pues, como el vínculo entre la aristocracia y el campesinado ruso, pero al ser las dos mujeres que simbolizan estas dos clases tan orgullosas y egoistas no hay posible entendimiento entre ellas, no hay pues salvación ni para el pueblo ruso ni para la aristocracia, todo está destinado a desaparecer. Nastasia Filipovna es asesinada por un hombre que dice amarla, y Aglaya que podría haber sido feliz con el príncipe de haber mostrado más comprensión y menos capricho, acaba dedicando su vida a la causa religiosa en un afán altruista pero carente de significado. Dostovieski no parece encontrar solución al complicado problema del entendimiento entre las clases sociales de la nación rusa; lo que sí parece claro es que la solución no puede llegar de fuera, de imitar modelos del extranjero, es un problema ruso y debe ser resuelto por Rusia tal como apunta Lizabeta Prokovievna al final de la novela.