miércoles, 30 de noviembre de 2011

LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

La Guerra del Fín del Mundo está inspirada en "Los Sertones" de Euclides da Cunha, el último episodio de la guerra de Canudos, el conflicto que vivivieron en una esquina de Brasil el ejército Federal y una muchedumbre de iluminados, seguidores de un peregrino con aires mesiánicos, Antonio Conselheiro. Imbuído del espíritu positivista que triunfaba en el Brasil de la época, el escritor creyó acudir a la derrota de unas ideas primitivas a manos de la razón, pero acabó testimoniando "un crimen". Fue a presenciar el "aplastamiento inevitable de las razas débiles por las fuertes "y solo pudo cerrar su relato "con una página sin brillo". Mario Vargas Llosa se inspira  en este relato para crear su epopeya, su obra magistral.  Una obra que está narrada en tercera persona pero que notamos inmediata, cercana, pues el autor nos acerca a los hechos desde el punto de vista de cada uno de los personajes que constituyen el relato. Asistimos, de esta forma, a la manera en que se inicia un grupo en torno a un peregrino místico, Antonio Consejero, compuesto por personajes que han sido asesinos y maleantes, como Joao Grande y Joao Abade; filicidas, como María Quadrado; seres deformes, como el León de Nantuba, frustrados en sus aspiraciones, como el Beatito y en cómo se establecen en Canudos, en la zona de Bahía. Pronto se corre la voz de la santidad de Antonio Consejero e irán llegando gentes de todas partes con un denominador común: son personas pobres, necesitadas de consuelo, seres maltratados, ex-convictos, maleantes y crean en Canudos la ciudad de Bello Monte. Corre el año 1896 y es presidente de Brasil Prudente de Marais cuyo gobierno de bachilleres y cosmopolitas quieren derribar los republicanos y jacobinos para restaurar la República Dictatorial. Marais y los paulistas van a servirse de la crisis y la derrota para limpiar el ejército y la Administración de jacobinos pero Epaminondas Gonçalves hace un pacto con los terratenientes para formar un nuevo gobierno que crea un Censo, instaura el matrimonio civil y separa la Iglesia del Estado. Antonio Consejero y sus prosélitos se niegan a aceptar estas medidas en las que ven la venida del Anticristo y la llegada del fín del mundo. Ellos crearán una pequeña sociedad en la que además se negarán a negociar con moneda de cambio y sólo aceptarán el trueque. Una sociedad que había llegado por oscuros caminos y acaso equivocaciones y accidentes a desembarazarse de las preocupaciones del cuerpo, de la economía, de la vida inmediata, de todo aquéllo que era primordial en el mundo. Pero los republicanos urden una conspiración contra los campesinos y hacen creer que entre ellos hay espías ingleses y que Inglaterra les abastece de armamento y manda tropas para atacar a los republicanos. Mario Vargas Llosa relata magistralmente con una prosa envolvente la guerra que libraron estos pobres campesinos con un ejército que era muy superior a ellos, no sólo en número sino también en armas y estrategias y cómo regimientos enteros fueron derrotados por una banda de pordioseros fanáticos, perdiendo totalmente el armamento, desde los cañones hasta las espadas, llegando los soldados sobrevivientes desnudos en calzoncillos, desvariando; tal es el arrojo de los campesinos que el ejército republicano de Brasil llega a creer que cuentan con oficiales ingleses y armamento monárquico.  En julio los campesinos habían contenido a los soldados dentro de la misma ciudad de Bello Monte, pero en agosto llegó la brigada Gérard: 5000 hombres más, doce batallones más, miles de armas, decenas de cañones y comida en abundancia. ¿Qué esperanza podían tener ya los habitantes de Canudos? Sin embargo las encarnizadas luchas han sido tan cruentas y ha habido tantas bajas y muertes entre los republicanos, han necesitando tantos batallones y armamento para sofocar a un hatajo de pordioseros rebeldes y éstos han sido tan magníficos en la lucha, que lo que antes se inventaron sobre la ayuda inglesa para atacarlos ahora lo creen cierto y así en el periódico de Bahía hay diferentes versiones sobre lo ocurrido. En la primera, los oficiales republicanos sorprenden en  las alturas de Canudos a cuatro observadores rubios y bien trajeados mezclados con los campesinos. En la segunda, el ejército republicano encuentra entre los rebeldes muertos a un sujeto blanco, rubio, con correaje de oficial y con un uniforme que jamás había sido usado por ninguno de los cuerpos militares del país. En la tercera, aparece una carta rescatada del bolsillo de un campesino prisionero sin firma pero de letra inequívocamente "aristocrática", dirijida al Consejero, explicándole por qué es preciso restablecer un gobierno conservador y monárquico temeroso de Dios. Pero lo importante de las diferentes versiones son los sobreentendidos, no lo que dicen, sino lo que sugieren, lo que queda librado a la imaginación. El autor incide en la fantástica desproporción entre ejército y campesinos y en que nadie comprendía como éstos pudieron aguantar tanto y el porqué de la fiereza de sus convicciones para luchar de la manera que lo hicieron. La gente se preguntó si el Consejero fue un nuevo Cristo, aunque si fue así no quedaron esta vez discípulos para propagar el mito,  y llevar la buena nueva a los paganos. Pero más que su divinidad lo que es sorprendente es el espíritu solidario que logró provocar; el espíritu fraterno que consiguió forjar entre los pordioseros. Tal vez la mejor explicación a lo que ocurrió en Canudos la tenga el único sobreviviente a la catástrofe, el periodista del Jornal de Bahía cuando dice que en Canudos algo distinto a la razón ordenaba las cosas, algo distinto de la locura y demasiado general para llamarlo fe, superstición. El silencio con que escuchaban al Consejero era como en los ritos frenéticos del Candomblé, dónde se percibe una organización de la vida, un contubernio de las cosas y de los hombres, del tiempo, el espacio y la experiencia humana totalmente prescindente de la lógica, del sentido común, de la razón, como la que percibía en esos seres a los que aliviaba, daba fuerzas y asiento esa voz profunda del Consejero concentrada en el espíritu.   

martes, 22 de noviembre de 2011

LOS CUADERNOS DE DON RIGOBERTO

En Los Cuadernos de don Rigoberto Mario Vargas Llosa hace una incursión al mundo del erotismo en su estado más puro. Para ello toma lo más selecto del mundo de la pintura y la literatura y crea un personaje con un rico mundo interior, Don Rigoberto, gerente de seguros que palia su monótona existencia burocrática y burguesa alimentando su fértil imaginación de refinados cuadros de los mejores maestros y de la más sugerente literatura erótica,  que dan lugar junto con sus ensoñaciones y sugerentes ideas al material que plasma en sus cuadernos, que constituyen así construídos,  la más excelsa obra erótica de todos los tiempos. Pero don Rigoberto, en cierta manera, se adelanta a sus lecturas y pinturas como le ocurre a Juan María Braunsen el protagonista de la Vida Breve De Onetti que se imagina cuadros de Paul Delvaux que el propio Onetti no podía conocer cuando escribió esta obra porque el surrealista belga no los había pintado todavía. Don Rigoberto se considera un fracasado al que se le desmorona todo: la mujer que ama, el hijo que procreó, los sueños que quiso incrustar en la realidad y que declina cada día, cada noche, detrás de la repelente mascarada de gerente de una exitosa compañía de seguros, convertido en ese desesperado "puro" del que habla la novela de Onetti, en un remedo del masoquista pesimista de La Vida Breve. Pero Braunsen al menos se las arreglaba para escapar de Buenos Aires y tomando trenes, autos, barcos o autobuses conseguía llegar a Santa María, la colonia rioplatense de su invención. Don Rigoberto, sin embargo, estaba todavía lo bastante lúcido para saber que no podía contrabandearse en las ficciones, brincar al sueño. No era Braunsen todavía. Había tiempo de reaccionar, de hacer algo. El problema es que Lucrecia, su mujer, la que le secundaba en sus fantasías, haciendo así realidad sus sueños y anhelos más profundos, ya no está con él. El propio don Rigoberto la ha desterrado de su lado por su implicación con Fonchito, su hijo,  quizá el personaje más controvertido de Mario Vargas Llosa en esta historia, quién augura convertirse en un genio precoz y sutil. Admirador irredento del pintor expresionista Egon Shiele de quien se cree la reencarnación viviente y al que imita en todo, Fonchito será el motivo de la separación de Lucrecia y don Rigoberto. Con su aparente espontaneidad, mezcla de candor y malicia a la vez y con su empeño en dirigir las vidas de su padre y de su madrastra, el hijo de don Rigoberto será un peligro y una bendición, constituyéndose pese a su corta edad en el seductor de su madrastra  y en la celestina masculina  que hará posible la reconciliación de su padre con Lucrecia, en una vida en la que el erotismo es la parte central de la existencia, un juego (en la alta acepción que daba Johan Huizinga a la palabra) privado, en el que solo el yo, los fantasmas y los jugadores pueden participar y cuyo éxito depende de su carácter secreto, impermeable a la curiosidad pública, pues de ésta solo puede derivarse su reglamentación y manipulación desvirtualizadora por agentes írritos al juego erótico.

lunes, 21 de noviembre de 2011

LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR

 En LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR Mario Vargos Llosa hace un homenaje entre irónico y burlón pero también muy sentido a las radionovelas de los años cincuenta y a sus redactores, ejemplificados por uno de los protagonistas de la novela, el escribidor Pedro Camacho. La novela, autobiográfica, consta de dos historias entrelazadas. Por una parte, asistimos a una historia de amor apasionada entre un joven de dieciocho años, aprendiz de escritor, Varguitas o Marito y una hermana de su tía política, la tía Julia, divorciada y catorce años mayor que él. Lo que empieza como un juego galante se irá convirtiendo en una pasión prohibida que los enamorados deben ocultar tanto a la familia como a los conocidos en la Lima de los años cincuenta, dónde es impensable esta relación desigual. Pero cuando la familia los descubre, los enamorados deciden, pese a todo, casarse y para lograrlo Varguitas recurrirá a todos los ardides, desde buscar por todo Perú un juez que acceda a casarlos, hasta falsificar su partida de nacimiento mientras para mantener a su esposa conseguirá tener hasta cinco trabajos distintos. Por otra parte, se nos presenta el escritor de folletines, Pedro Camacho, personaje de mediana edad, estrafalario, grandilocuente y pagado de sí mismo, pero con una imaginación portentosa para los radioteatros y uno de los más logrados personajes de Mario Vargas Llosa, generándose, entre él y Marito que trabaja en la misma emisora de radio, una entrañable amistad. El amante de la gran literatura sentirá una gran admiración, teñida de envidia, por el redactor de radionovelas y el rítmo al que éste escribe, prepara a los locutores y emite los folletines; tanto es así que incluso se atreverá a pedirle consejos de amor cuando se cree traicionado. Por su parte, Pedro Camacho le trata con condescendencia y proteccionismo y se ofrece a escribirle una carta a su ingrata enamorada, la tía Julia. En tercer lugar, asistimos al desarrollo de los radioteatros del escribidor con sus truculencias, estereotipos, excesos y cursilerías características del género, aunque tomando siempre, por su autor, la distancia irónica indispensable para que no se vuelvan caricaturas. Pero al escribidor, agotado por la enorme cantidad de radionovelas que tiene que escribir, preparar a los locutores y lograr los efectos especiales adecuados para su transmisión en las ondas, su cabeza termina jugándole malas pasadas y, a medida que escribe, confundirá unas historias con otras, cambiando también  los nombres, caracteres y profesiones de los personajes, dando lugar a unos episodios divertidísimos aunque cada vez más enredados y confusos. La Tia Julia y el Escribidor nos muestra, de esta manera, la relación que tiene el propio Mario Vargas Llosa con el melodrama y la gran atracción que ejerce sobre él a pesar de las sonrisas y burlas con que el narrador cuenta las pasiones desaforadas y las intrigas de folletín. La propia historia de amor entre la tía Julia y Varguitas es truculenta y exagerada como cuando tienen que recorrer el centro del Perú de pueblo en pueblo hasta conseguir que un juez los case, o como cuando el padre del joven escritor  amenaza con una pistola a Javier, amigo de Marito, para que le diga dónde están los amantes. Si la propia vida está llena de truculencia y exageración no es menos cierto que la propia literatura contiene en sí muchos elementos melodramáticos, aquéllos de que gusta tanto Mario Vargas Llosa y que nosotros podemos disfrutar en esta novela.

martes, 8 de noviembre de 2011

TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA

Ricardo está enamorado desde su adolescencia de una aventurera impostora y camaleónica de la que no sabe nada, pero a la que irá adivinando en sus sucesivos encuentros, convirtiéndose en el único amor de su vida. De esta manera, Mario Vargas Llosa nos presenta el París de los años sesenta, cuando la capital vivía la fiebre de la revolución cubana y pululaba de jóvenes venidos de los cinco continentes, que soñaban con repetir la gesta de Fidel Castro; nos traslada al Londres de mediados de los sesenta y principios de los setenta cuando Carnaby Street sustituye a Saint Germain como centro neurálgico del mundo. Años en que la música reemplaza a los libros y a las ideas, dónde los Beatles, los Rolling Stones, los hippies y los grandes musicales hacen furor. Época en que se rechaza completamente el establishment burgués y los parques y Trafalgar Square son invadidos por grandes manifestaciones contra la guerra de Vietnan, decidiendo que había que ser realistas y elegir lo imposible. Visitamos el Perú de los años setenta cuando el general Velasco toma el poder y se inaugura una dictadura que durará doce ños, llevándose a cabo grandes nacionalizaciones, reformas agrarias, enormes controles y gran dirigismo económico que dan lugar a grandes injusticias sociales, culminando con la rebelión armada de Sendero Luminoso que provoca una gran matanza. Estos lugares y ambientes serán los escenarios de un gran amor con sus encuentros y desencuentros que marcará a Ricardo para siempre, haciendo de su vida una amalgama de felicidad y angustia, de profundos deleites y del desasosiego más devastador. Nada hay en la personalidad de su amada que le pueda deparar una felicidad duradera pero, sin embargo, pronto comprende que su destino es querer a esa mujer misteriosa cada vez que ella se digne recurrir a él o cada vez que el destino, con sus azarosos designios, vuelve a hacer que se encuentren. Será solo cuando ha renunciado definitivamente a ella cuando la eterna desconocida vuelve a él aunque ya sea demasiado tarde para prolongar el tiempo que han de permanecer unidos. Una historia de amor sobrecogedora y extraña que mantiene en vilo al lector de principio a fín y que demuestra, una vez más, que el amor presenta las caras más insospechadas y las más amargas realidades, sin que por ello dejemos de desearlo aún al coste de nuestra propia vida, porque el deseo es, quizá, el impulso más poderoso de la vida y el amor es para el amante el sustento del que se nutre su existencia.

jueves, 3 de noviembre de 2011

LA FIESTA DEL CHIVO

En la Fiesta del Chivo Mario Vargas Llosa se centra en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, apodado "El Chivo" y los atroces crímenes cometidos durante ella. La narración comienza con la visita de Urania -una mujer marcada por un terrible suceso en su adolescencia que le hace prometer no volver a pisar nunca más Ciudad Trujillo y así, corta toda relación con su familia- a Santo Domingo y se retrotrae al año 1961 y a los terribles hechos que sucedieron entonces. Mario Vargas Llosa dá voz al General Trujillo, al presidente Balaguer y a otros personajes históricos para explicar el sin sentido atroz de todos los horrores cometidos: las torturas, los asesinatos, las violaciones, las confiscaciones de las propiedades. Pero sobre todo la anulación de la voluntad y el libre albedrío de los ciudadanos y funcionarios públicos sometidos a la voluntad inquebrantable e hipnótica de un ser de desmedida ambición y crueldad cuyo odio no conocía fronteras. Su gobierno consistió en el sometimiento aterrador de 5.000 personas por el poder del miedo que cercenaba su autoestima y voluntad. El significado de "caer en desgracia" en la época de Trujillo consistía no sólo en perder la propia vida alguien, después de terribles torturas, sino también el asesinato de toda su familia y la destrucción o confiscación de todas sus propiedades. Santo Domingo se convirtió en un lugar dónde todo el mundo corría potencialmente un peligro inminente: las niñas y jovencitas eran violadas, las mujeres casadas debían ser sometidas a los lujuriosos deseos de aquél que ostentaba el poder absoluto, de aquél que con un gesto decidía los destinos de todos los habitantes de Santo Domingo. Pero su mano también alcanzaba cualquier parte del mundo dónde osara esconderse quien se opusiera a sus designios.  Mario Vargas Llosa, a través de su espléndida prosa combina la historia con la ficción para ofrecer una obra magnífica y absorbente, cuyo interés no decae en ningún momento y que siempre nos deja sobrecogidos. 

LIBERTAD

 Libertad es una novela monumental que cuestiona la libertad de nuestro mundo moderno; la libertad del libre mercado que promulga el capitalismo; la libertad que tenemos como sociedad y como indivíduos. Si la libertad es un bien, no todos sabemos cómo utilizarla y aún con nuestros mejores propósitos nos equivocamos. Tomando como paradigma Estados Unidos Jonathan Franzen hace universal esta reflexión. La ecología, la superpoblación, el cambio climático y el deterioro del planeta son algunas de las cuestiones que aborda y que están implícitas en la conducta de su protagonista, cuyo trabajo es salvaguardar las especies de pájaros en extinción y concienciar a la sociedad de la amenaza que existe en la superpoblación. Pero, sobre todo, Libertad es la historia de Patty y Walter Berglund, una pareja que se presenta al principio como ideal pero cuya convivencia se va deteriorando e influyendo negativamente en su hijo Joey. El descontento de Patty hará que sea infiel a Walter y mantenga relaciones con Richard Katz, el mejor amigo de Walter,  un músico rockero inconformista del que siempre ha estado en secreto enamorada. Richard, a su vez, comprondrá sus mejores canciones a raíz de su idilio con Patty. Mientras ésto ocurre, Walter no acepta los problemas familiares con Patty y Joey y los traslada al ámbito impersonal y público. Walter tardará años en descubrir la relación entre Patty y Richard, pero cuando se entera  se sentirá cruelmente traicionado por los dos y no querrá saber nada de ellos, iniciando un romance con Latitha, su compañera de trabajo. Con humor e ironía y a través de los aciertos y errores de sus personajes, Jonathan Franzen desgrana los problemas y errores que conlleva la libertad, un ideal quizá inalcanzable en su totalidad y que lleva consigo tremendas obligaciones que no todos son capaces de realizar, porque para entender bien la libertad debemos siempre considerar la libertad del otro.