jueves, 1 de octubre de 2015

LA PUERTA AL PAÍS DE LAS MUJERES DE SHERI S. TEPPER

Me apasiona la ciencia ficción cuando es rebelde, radical romántica, orgullosa de su marginalidad, lúcida, dura y amarga, utópica o idealista, implacable o insobornable. Pero siempre me ha sorprendido que esta ciencia ficción de la que hablo (no desde luego la que es conservadora y hasta reaccionaria) haya abordado tan pocas cuestiones humanas tan esenciales como las identidades de género y opciones sexuales no normativas y el pacifismo y antimilitarismo.

Incluso la ciencia ficción feminista (un subgénero construido por muchas autoras que han encontrado en él un territorio muy propicio no sólo para criticar las sociedades patriarcales existentes, sino para presentar alternativas) apenas ha cuestionado el militarismo y la violencia bélica. Quizás porque el feminismo ha tenido que enfrentar demasiadas urgencias en la vida cotidiana de las mujeres: las guerras privadas, los infiernos domésticos.

O tal vez la causa esté en algo que le ocurrió a Alice Sheldon James Jr. la escritora de Chicago que se hizo pasar durante años por autor varón, engañando a todo el mundo. Feminista, y muy sensibilizada hacia la opresión de unos pueblos y comunidades por otros, Sheldon Tiptree nunca logró librarse, sin embargo, de esta paranoia tan extendida en su país, según la cual la guerra es una necesidad ineludible para la autodefensa frente a la maldad de un presunto enemigo.

Pero hay una ciencia ficción pacifista, aunque sea minoritaria dentro del vasto océano de novelas y películas que apuestan por las batallas galácticas de éxito comercial asegurado. Más aún, hay ficciones que cuestionan a un tiempo el militarismo y el patriarcado como sistemas de poder que se refuerzan mutuamente.

Un ejemplo interesante de ello es La Puerta al País de las Mujeres. Sheri S. Tepper nació en U.S.A., Colorado, en 1929, y ha publicado también otras obras como Despertar, Hierba, la Bella Durmiente o Las Siete Margarets. La acción de la Puerta al País de las Mujeres se sitúa en un futuro postapocalíptico dónde la humanidad ha retrocedido hasta un estado de desarrollo que correspondería a nuestra Antigüedad precristiana. De hecho, el grupo humano protagonista de la historia recuerda a los personajes de La Ilíada de Homero. A la epopeya sobre el fín de Troya se hace referencia además en una pieza teatral que las mujeres de la novela representan, igual que a Las Troyanas de  Eurípides, (el dramaturgo griego que mostró allí la violencia específica que supone un conflicto bélico para nosotras, del mismo modo que Homero dijo en la Ilíada casi todo lo que se puede decir sobre la guerra).

En esa comunidad pseudohomérica mujeres y varones viven separados, ellas en ciudades amuralladas dónde se dedican a la agricultura, ganadería y cuidados, mientras ellos, afuera, tienen como ocupación básica la militar. Cada cierto tiempo hombres y mujeres se emparejan para tener hijos, que son criados por sus madres hasta los cinco años, y entonces son entregados a los guerreros.

La mayoría de los muchachos decide permanecer con los guerreros y sólo algunos "los desertores" regresan al País de las Mujeres para convertirse en sirvientes. La escritora plantea en su ficción una cuestión polémica todavía hoy: si las identidades de género masculino-femenino tienen una base biológica o son meras construcciones culturales e ideológicas. Aunque parezca que la obra se decanta por el biologicismo, una reflexión más detenida nos permite plantearnos si una dicotomía tan radical como la que muestra la autora no acaba resultando puro artificio, simulacro.

Muestra Tepper, asímismo, como la educación de niños y niñas los va separando, y como la idea del amor romántico supone una forma de manipulación para las mujeres. Parece claro que esa educación y los valores que se imponen a un género y a otro perjudican igualmente a los hombres, que se ven obligados a seguir un camino guerrero de "honor" y "valentía" que tal vez no desean, y del que poca escapatoria tienen, pues los desertores son despreciados y ridiculizados.

Todo parece moverse con estereotipos tan extremos que percibimos su falsedad, su no naturalidad. Sin embargo, es una novela entretenida y con buen ritmo, y que ofrece mucho para debatir.

martes, 8 de septiembre de 2015

DÍA CERO DE DAVID BALDACCI

John Puller es un combatiente veterano y el miembro más experto del Departamento de Investigación Criminal del Ejército estadounidense. Su padre, militar como él fue toda una leyenda, pero su hermano cumple condena por traición y Puller esta empeñado en averiguar la verdad. A Puller se le asigna un caso en una zona rural y aislada de la región minera de Virginia Occidental. Una familia ha sido asesinada, y la escena del crimen es espeluznante. La inspectora de homicidios local, una mujer obstinada que arrastra con sus propios demonios personales se alía con Puller para emprender la investigación. Mientras este se lleva una decepción tras otra, se da cuenta de que nada ni nadie es lo que parece.

Enfrentado a una posible conspiración que va mucho más allá de las colinas de Virginia, se convertirá en un hombre que  busca hacer justicia, pero debe enfrentarse a una fuerza abrumadora.

Es la primera novela que leo sobre este consagrado escritor que lleva a sus espaldas una multitud de títulos publicados, y que inicialmente no decepciona en su género. Al parecer, también es la primera novela en la que su protagonista es el agente especial John Puller.

Cuando comencé con este libro, debo confesar que me costó mucho dejarlo, tiene un inicio bestial. En cuanto John Puller llega a Drake y se acerca a la escena del crimen para ver los cadáveres, así como posibles pruebas, comienza una narración que difícilmente no te enganchará a continuar leyendo más. No puedo contar mucho más porque ya directamente estaría dando spoilers y a pesar de que es algo que ocurre técnicamente desde el principio, me gustaría que lo descubrierais por vosotros mismos.

Lamentablemente, a mitad del libro comienza a ser bastante pesado, las resoluciones de las pruebas, la jerga y toda la temática militar, así como el tema de la familia de la sargento Samantha Cole, tienen momentos demasiado lentos.

A pesar de mis quejas con respecto a la temática militar, se nota que el escritor se ha documentado de una manera excelente y no ha dejado escapar ningún detalle. La toma en escena de cada momento está muy bien cuidada y aunque es muy lenta en cuanto a la verificación de las pruebas, así como  los posibles enlaces para alcanzar la conclusión de la historia, está muy bien redactado todo.

Otro punto a destacar son los personajes. Por un lado tenemos a John Puller, un veterano de Afganistán e Irak con un marcado carácter no sólo por su profesión militar sino también  por su característica familia. Su padre, un famoso militar retirado y condecorado que es considerado por todos como un héroe, con indicios claros de Alzheimer y su hermano Robert Puller, que a pesar de haber sido uno de los mayores talentos del Ejército, fue acusado de traición y encarcelado.

Pero junto a Puller también tenemos otra personalidad bastante marcada como es la de la sargento San Cole, que ha atenido que demostrar a lo largo de su carrera que su condición de mujer no perjudicaba su condición de policía. También afectada por una familia algo peculiar tras el fallecimiento de sus padres.

Después de hacer hincapié en los caracteres de ambos personajes principales, os aseguro que no os dejarán indiferentes algunas de sus conversaciones, lo que es obvio teniendo en cuenta el carácter de ambos.

Sin embargo, a pesar de que algunas veces ambos necesitan recalcar su autoridad es incluso agradable el ver como conectan estos personajes casi desde el principio de la historia.

En conclusión, está todo muy bien descrito, sin dejar detalles al azar, todo medido al dedillo y muy buen trabajo de de investigación por parte del escritor. Vuelvo a insistir en lo increíblemente bien que comienza la novela y es una pena que no continúe de esa manera tan arrolladora.


LA NOVELA DE REBECA DE MIKEL ALVIRA

La Novela de Rebeca nos presenta a Simón Lugar, un afamado escritor de best sellers con obras reconocidas internacionalmente, que sin embargo, está pasando por un período de falta de inspiración, mientras intenta crear la que se va a convertir en su primera novela negra. Pero todo cambia cuando Simón se cruza una mañana en la playa con una joven desconocida, que desde ese momento comienza a obsesionarle, pero también comienza a servirle para que el don de la escritura vuelva a despertar en él. Pronto esos encuentros esporádicos se convertirán en habituales y nacerá una sincera amistad entre Simón y la joven Eme, quien se convierte en la lectora de su obra, La Novela de Rebeca, dónde los crímenes se sucederán sin que la policía pueda ser capaz de atrapar al asesino.

Leer La Novela de Rebeca es enfrentarte a una lectura absolutamente original y novedosa, una apuesta arriesgada por parte de Mikel Alvira que se la juega con el planteamiento casi malabarista que realiza en este libro y del que no sólo sale airoso sino que lo hace de forma triunfal, pues ha escrito una novela que se va convirtiendo en un laberinto en el que el lector, cual Teseo, tendrá que ir desentrañando no una, sino dos historias, ya que La Novela de Rebeca nos cuenta la trama de Simón Lugar, el escritor, pero también nos cuenta la propia novela a la que este está dando forma y que se convierte en una trama tan potente e importante del libro como la primera, llegando un momento en el que no se entienden la primera sin la otra. Además Mikel Alvira no escribe sólo una novela negra sin más, sino que hay un trasfondo social importante en ella: acoso escolar, discriminación social, prejuicios entre clases sociales, la soledad auto impuesta y elegida frente al miedo al daño que los demás nos puedan causar.

Escrita con un estilo ágil y fuerte, el autor realiza cambios en el ritmo de la novela según nos enfrentamos a las partes protagonizadas por Simón Lugar, un poco más pausadas, frente al ritmo más rápido que la novela adquiere cuando leemos la parte correspondiente a La Novela de Rebeca, haciendo que de esa forma el lector pueda ser testigo de la diferencia entre "la vida real" del protagonista y de su obra.

También se ayuda del cambio de prosa, que siempre es contundente, para hacer notar estas diferencias al lector, que aunque sutiles, encontramos entre ambas partes de la novela. Aunque en amabas tramas nos vamos a encontrar con un narrador omnisciente que utiliza la tercera persona, hay que tener en cuenta que Alvira se convierte en Simón Lugar para narrar la Novela de Rebeca, ya que no debemos olvidar que en este libro encontramos una novela dentro de otra, pero que llega a tener tanto peso dentro de la trama que todo el conjunto del libro se convierte en un enorme entramado literario que el lector tendrá que ir desmadejando poco a poco, pues las sorpresas y los hechos inesperados se irán sucediendo lentamente, levantando capa a capa secretos que el lector no imaginaba encontrar ahí, para que cuando piense que ya tiene atrapada la clave, otra pieza hará su aparición en escena y así la hipótesis creada tendrá que ser replanteada de nuevo, y con ello, el interés del lector se eleva hasta límites insospechados.

En la novela los saltos temporales son constantes, y aunque Mikel Alvira se ha encargado de dejar bien marcado al principio de cada capítulo en qué momento de la narración nos encontramos, sí recomiendo estar muy pendientes del momento de la historia en el que estemos, pues esto es fundamental para seguir de forma correcta el hilo de la trama, sobre todo en la parte protagonizada por Simón Lugar, pues La Novela de Rebeca se va desarrollando de forma lineal. Y toda esta trama, como he dicho antes, construida sabiamente como un laberinto del que el lector irá conociendo poco a poco el camino de salida, nos conduce a un final inesperado y brillante, que sirve de colofón a una de las novelas más originales que he leído en los últimos años.

Y si la trama se va desarrollando rodeada de un halo de misterio, no lo hacen menos sus personajes, todos ellos bien dibujados dentro de la novela. Empezamos sabiendo que Simón  Lugar es un hombre introvertido y solitario que intenta mantener el contacto justo con el resto del mundo, sin embargo, el lector irá averiguando que su parte afectiva sale en contadas ocasiones, pero está ahí, aunque sólo la muestra con aquellas personas que son capaces de ganarse su confianza. Algo que me ha parecido un recurso muy bueno a la par que complicado es como Alvira consigue crear una gran complicidad entre el personaje de Eme y el lector, siendo este un personaje que aunque bien perfilado, el autor lo deja "entre la niebla" rodeado de un halo de misterio, pues consigue que el mismo efecto de atracción que ejerce sobre Simón, sin conocer casi ningún aspecto de su vida, lo consiga también sobre aquellos que nos encontramos al otro lado de la página. 

Y entrando ya de lleno en La Novela de Rebeca, también aquí vamos a encontrar personajes "creados "a su vez por el personaje de Simón que consiguen la complicidad del lector, aunque en algunas ocasiones, evite plantear esta complicidad, ni siquiera una posible comprensión.

La Novela de Rebeca va a dar mucho que hablar por su originalidad y calidad, por sus grandes escenas creadas con diálogos brillantes y por sus descripciones que recrean los escenarios a la perfección sin abusar. Mikel Alvira demuestra que llega para quedarse, y Rebeca no estará sola.

martes, 21 de julio de 2015

REGRESO A TU PIEL DE LUZ GABÁS

La novela está narrada en 3ª persona, con dos líneas temporales, una en el presente y otra en 1585 y 1592. Consta de cuarenta y cinco capítulos y la historia sucede en Madrid y en el Alto Aragón. Su lectura es fácil y sencilla, con una prosa cuidada y deliciosa dónde Gabás describe a unos personajes profundos y cuidados y unos paisajes entrañables y evocadores. Al principio la historia es un poco lenta, pero a medida que avanza la lectura y sobre todo al final, nos encontramos con una novela adictiva llena de misterio e intriga.

La primera línea temporal está situada en el presente dónde conoceremos a Brianda, una joven ingeniera que vive en Madrid y le apasiona su trabajo, pero que desde hace un tiempo sus ataques de ansiedad y sus pesadillas la obligan a recurrir al médico y a tomar medicación. En el terreno sentimental es muy feliz junto a su novio, Esteban. Su madre le aconseja que pase unos días en la montaña junto a su tía Isolina para que pueda descansar. Con los recuerdos de la infancia llega a Tiles en lo Alto de Aragón. Allí conocerá a Neli, una joven que la ayudará con su problema y también se encontrará con su tío Colau con el que tuvo algunos desacuerdos en la infancia. Sus paseos la llevarán a la casa de Lubich que perteneció a una familia adinerada en el siglo XVI y está siendo restaurada por su nuevo dueño, un joven italiano muy apuesto. Tanto los paisajes de Tiles, la casa de Lubich y los encuentros con Corso, la llevan a unos recuerdos del pasado y a los sueños que tiene últimamente. Brianda descubre que su vida está vinculada a la de una joven llamada  Brianda de Lubich que vivió hace cuatro siglos y murió acusada de brujería.

En la segunda línea temporal conocemos a Brianda de Lubich hija y heredera de Johan Lubitch uno de los señores más poderosos del condado de Oriun. Nos encontramos en el siglo XVI a principios de la edad moderna. El condado se encuentra dividido por los enfrentamientos entre vecinos debido a preferencias e intrigas políticas. Esos enfrentamientos llegarán muy lejos hasta hacer peligrar la herencia de Brianda de Lubitch. A la casa de Anels llegará Corso, un guerrero italiano que será acogido como un hijo y que luchará por el amor de Brianda. En el poblado habrá una cacería de brujas dónde veintitrés mujeres serán acusadas y asesinadas en la horca.



En las notas que presenta la autora nos  cuenta que en el año 1980 en una pequeña localidad de Orense aparecieron escondidos unos documentos sobre 1576 y 1592 y entre ellos se encontraron dos folios que explican como varias mujeres fueron asesinadas en 1592 acusadas de brujería y  cómo se llevaron a cabo los juicios. Lo curioso del  caso es que no fueron acusadas por la Inquisición, sino por la sociedad civil. Luz Gabás se inspiró para su novela en esos dos folios y los lugares que aparecen en la novela aunque son ficticios tienen relación con el antiguo  condado de la Ribagorza, lugar muy cercano a la autora. La historia de la novela nos lleva a la magia, a la mitología y a la leyenda de las montañas en lo Alto de Aragón. Parte de la documentación de los hechos históricos es real como las acusaciones, los juicios, la política, la religión, las guerras, etc..

Nos volvemos a encontrar con otra novela narrada en dos tiempos, donde la autora nos cuenta una historia muy diferente a la anterior. Los personajes femeninos son los principales en la novela, quedando los masculinos en segundo lugar. Las dos Briandas son los personajes centrales y conoceremos sus vidas, siendo el pasado quizás más interesante que el presente. La descripción de los paisajes es es una parte fundamental de la historia para situar el entorno en el que gira la trama. Es una novela romántica con alta dosis de fantasía ya que el amor de las protagonistas traspasa la barrera del tiempo para volver a reencontrarse después de cuatro siglos.

Recomiendo Regreso a tu Piel al igual que la anterior de la autora, Palmeras en la Nieve. En ellas se podrá encontrar una novela adictiva cargada de amor, odio venganza, aventura lucha...con unos personajes bien delineados que destilan realismo, con una descripción maravillosa de los paisajes y una historia mezcla de realidad y fantasía.

viernes, 17 de julio de 2015

PASIÓN INDIA DE JAVIER MORO

El comienzo es bien conocido. Lo cuenta Ricardo Baroja en uno de esos libros que se recomienda leer a los estudiantes, Gente de la Generación del 98. A comienzos del siglo pasado un frontón madrileño cercano a la plaza del Carmen se convertía por las noches en improvisado teatro de variedades: se colocaba un escenario, se llenaba de butacas media cancha, con sillas y mesas de café la otra mitad. En el Kursaal -que tal era el nombre que recibía el frontón travestido- acostumbraban a reunirse y pasar sus buenos ratos los bohemios de la época: "Por una pesetilla", rememora don Ricardo, "se pasaba uno la noche viendo bailar a Pastora Imperio, a la Argentina, a las Esmeraldas, a la Bella Belén, a Mata Hari, y oyendo a la Fornarina, a la Malaguita, a Candelaria Medina". De teloneras actuaban dos adolescentes malagueñas, Victoria y Anita Delgado, que recibían el nombre de "las hermanas Camelia". Las acompañaba siempre su madre, gorda y simpática, celosa guardiana de la virtud de las niñas. En 1906, Madrid se llenó de príncipes y aristócratas para asistir a la boda del rey. Uno de los invitados -el maharajá de Kapurthala- entró una noche en el Kursaal y  quedó inmediatamente prendado de Anita. Le envió joyas y dinero que la muchacha rechazó indignada. Tras el atentado de Mateo Morral los invitados se apresuraron a regresar a sus países. El maharajá siguió el asedio desde París: regalos, cartas. Anita decidió escribirle. Enseñó la carta a sus amigos escritores para que le corrigieran la ortografía: Mi cerido rey, malegrará que esté usté con la cabal salú que yo para mí deseo. La mía bien. Adiós gracias. Sabrá usted..." Los amigos hicieron algo más: Valle Inclán le redactó una carta digna de una princesa, luego la tradujeron al francés y pagaron a tocateja el franqueo. Valle Inclán siempre creyó que el final feliz de aquella historia se debía a él en buena parte, y se pasó la vida esperando una exótica condecoración concedida por el príncipe indio. ¿Qué fue de aquella adolescente semianalfabaeta en su país de las mil y una noches?..

Javier Moro nos lo cuenta ahora con rigurosa domentación y magia de novelista en Pasión India, un libro que comienza en noviembre de 1907 cuando el buque de ocho mil toneladas de la naviera francesa Messageries Maritimes SS Aurore, se acerca a las costas de la India. En el viajan Ana Delgado  Briones, ya casada con el maharajá y madame Dijon, su dama de compañía. En unos pocos meses pasados en París, Anita ha cambiado mucho: ahora habla francés, luce trajes de alta costura, sabe comportarse en la mesa. Pronto sabrá también otras cosas: que su marido tiene otras cuatro mujeres y cuatro hijos (alguno de la edad de ella) que en Kapurthala la consideran una intrusa y una aventurera, que las autoridades inglesas no reconocen su matrimonio. Javier Moro sabe hacer revivir ante nosotros aquel mundo exótico con el que se encuentra Anita y el que pronto aprenderá a desenvolverse con sorprendente inteligencia y capacidad de adaptación. Por entonces más de medio millar de maharajás reinaban sobre un tercio de la India, consentidos y protegidos por los ingleses. Competían en refinamiento y extravagancia.

 Javier Moro enumera algunos ejemplos: el nabab de Junagadh invitó a más de trescientas personas, incluido el virrey a la boda de su perra favorita; el maharajá de Alwar enterraba sus Hispano Suiza detrás de su palacio cuando se cansaba de ellos; el nizam de Hydebarad se excitaba con el gemido de las parturientas; no faltaba quien utilizaba bebés como cebo para cazar tigres...Ana poco a poco concita la admiración de todos a pesar de la nostalgia, el asombro y el terror. Un día intentan envenenar a su hijo, otro es ella quien está a punto de ser asesinada. En 1910 regresa por primera vez a Europa. Se ha convertido en una mujer famosa. Los periodistas le hacen una y otra vez las mismas preguntas. ¿Es cierto que come carne de serpiente todos los días? ¿Es verdad que vive encerrada en un harén? ¿Será su hijo rey de la India?. Javier Moro recrea ante nosotros la vida de Anita Delgado -aquel cuento de hadas que fascinó a sus contemporáneos- y también algo más: mundos desaparecidos para siempre, el antiguo gran mundo que comenzó a desmoronarse en 1914 tras el pistoletazo de Sarajevo y la refinada y bárbara India de Kipling. Un día invitada por el maharajá Ganga Singh, en el palacio de Bikaner, Anita le pregunta la receta de un plato que encuentra especialmeante suculento, y él responde : Se coge un camello entero, despellejado y limpio, se mete una cabra en su interior, y dentro de la cabra un pavo y dentro del pavo un pollo. El pollo  ha de estar relleno con un urogayo. Dentro del urogayo se mete una codorniz y, finalmente, un gorrión. Luego sazónelo biien y ase el camello en un hoyo en el suelo".

El cuento de hadas de Anita Delgado no terminó en 1923. Ella tenía treinta y tres años cuando su marido se separó de ella, tras el escándalo que supuso haberla descubierto en un hotel londinense en íntima compañía con Karan, el hijo mayor del maharajá  -a quién su padre obligó a casarse de inmediato; Karan fue el gran amor de Anita. Siguieron viéndose a escondidas después de abandonar la India: fugaces encuentros en Deauville, en Biarritz, en Londres, en París. Cuando murió el maharajá, poco después de la independencia de la India, en 1947, Franco quiso darle el pésame personalmente a aquella mujer fascinante. La historia fabulosa que comenzó a contarnos Ricardo Baroja, y que nos parecía increíble con Valle Inclán haciendo de barbuda celestina, termina de contárnosla Javier Moro en Pasión India, una novela verdadera, una minuciosa colección de asombros.