domingo, 9 de junio de 2013

AL ESTE DEL EDÉN DE JHON STEINBECK

Epopeya de resonancias bíblicas que aborda aspectos de la condición humana como el bien o el mal, o la vida como una lucha incesante. Narra las vicisitudes de dos familias, Los Trasks y los Hamilton, a lo largo de tres generaciones, entre la guerra de Secesión y la Primera Guerra Mundial en el lejano valle Salinas, en la California septentrional. 
 
Es casi seguro que todos hemos visto en el cine la película incluso más de una vez y por esto quizás pocos se han dignado leer la novela. Pues bien, poco o casi nada tiene que ver con la película, debido en parte a su extensión. Resulta una novela fascinante, y constituye la obra principal del Premio Nobel Jhon Steinbeck y la más popularmente conocida además de ser en cierta manera autobiográfica, pues está narrada  por Jhon el hijo de Ernest Steinbeck y Olive Hamilton que hace de misterioso narrador omnisciente, contando sucesos muy próximos a él sin involucrarse nunca.
 
Esto es así porque en vez de circunscribirse a su propia familia, narra la historia de sus abuelos, Samuel y Liza Hamilton y mientras se extiende en las vidas de algunos de sus hijos como, por ejemplo, Tom, otros como Olive, la madre del autor, aparecen muy oblicuamente pasando desapercibidos.
 
La narración comienza contando la historia de Cyrus, el padre de Adam Trasks -el personaje principal- quien después de haber educado a sus hijos Charles y Adam como reclutas entrenándolos duramente e inculcándoles las excelencias de la milicia, se descubre la paradoja, al morir Cyrus, de que él no participó en ninguna batalla y que, por lo tanto, vivió e hizo vivir una mentira. Narra también en la primera parte el asentamiento y progenie de los Hamilton y es aquí dónde aparecen una rica galería de personajes que tendrán su importancia sólo en la segunda parte del relato, centrada en Adam Trasks y sus hijos Caleb y Arón. 
 
La primera parte está dominada por la poderosa presencia de Samuel Hamilton, personaje polifacético y de gran influencia en su entorno quien a la muerte de su hija Una se derrumba, perdiendo su alegría y vitalidad. Samuel, antes de eso, podía haber pensado y filosofado a propósito de la muerte pero, en realidad, no creía en ella. El y todo lo que le rodeaba eran inmutables. Cuando apareció la muerte verdadera la consideró un ultraje, una negación de la inmortalidad y aquella sola resquebrajadura en su muralla hizo derrumbarse todo el edificio. De hecho, toda su familia se resiente tan profundamente que muchos de ellos pierden la vida. Nada es concebible sin Samuel.
 
Otro personaje memorable es Lee, el cocinero y filósofo chino capaz de cuidar la casa y los niños de Adam Trasks y al final del día reunirse con otros sabios para filosofar sobre el significado de la Biblia y de la vida en general. Lee no se siente inclinado hacia los dioses pero experimente un gran amor por el resplandeciente instrumento que es el alma humana; algo maravilloso y único en el universo.
 
Será, sin embargo, Cathy Ames la mujer de Adam Trasks y madre de Caleb y Arón el personaje más misterioso y complejo de toda la novela además del más negativo y el epítome del mal. Ya desde niña da señales de ser diferente, peligrosa y causante de oscuros sucesos que nunca llegan a aclararse del todo pese a que la evidencia la señala a ella como culpable. Cathy no se sentirá unida a nadie, ni a sus padres a quienes hace morir en un incendio, ni a sus hijos a quienes abandona. Imposibilitada de sentir afecto o simpatía por nadie acabará sus días en un aislamiento lleno de incertidumbre y temor.
 
La descripción de los parajes naturales y el paso de las estaciones y del tiempo están tratados por Steinbeck con el profundo lirismo a que nos tiene acostumbrados, mientras que la prosa y el rítmo narrativo atrapan ineludiblemente al lector a lo largo de sus casi seiscientas páginas. Una obra maestra.

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