miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL HÉROE DISCRETO DE MARIO VARGAS LLOSA

El Héroe Discreto, la nueva novela del Premio Nobel Mario Vargas Llosa está elaborada de tal manera que atrapa irresistiblemente la atención del lector desde el principio al final. La novela consta de dos historias independientes pero que convergen al final, dándole pleno sentido de unidad.
 
Por un lado, tenemos a uno de los protagonistas, Felícito Yanaqué, dueño de la compañía de transportes Narihualá, cuya vida gira en torno a las últimas palabras de su padre antes de morir y que constituyen para él el abecedario de su existencia: "Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo. Este consejo es la única herencia que vas a tener". Le había hecho caso nunca se había dejado pisotear y con su medio siglo y pico a las espaldas ya estaba viejo para cambiar de costumbres.
 
Personajes clave en su vida son el pulpero Lau quien le enseña los movimientos de esa especie de gimnasia lenta que practica todas las mañanas al levantarse, y la adivinadora Adelaida, quien siempre le advierte de los sucesos importantes que van a ocurrirle. Sin ellos a Felícito Yanaqué jamás le habría ido bien en los negocios, ni hubiera sacado adelante su empresa de transportes, ni constituido una familia honorable, ni tampoco tendría una salud de hierro.
 
Pero la vida de Felícito cambia cuando recibe una carta en la que un supuesto mafioso le hace chantaje para que pague todos los meses. Nuestro héroe no puede acceder a pagar algo que es una extorsión porque renunciaría así a la tesis heredada de su padre. No le harán flaquear ni el secuestro de su amante, Mabel, ni el incendio de su empresa, ni en última instancia su propia vida. Dará muestras de ser un hombre de gran valor que antepone su honor y sus principios a su propia vida e intereses.
 
Por otro lado, tenemos de nuevo antiguos personajes de otras novelas como don Rigoberto, doña Lucrecia, Fonchito de Los Cuadernos de don Rigoberto así como al sargento Lituma. Mario Vargas Llosa añade con estos personajes y las peripecias casi inverosímiles que cuenta elementos muy queridos suyos como son el melodrama y la farsa que impregnan toda la novela sin perder ni un ápice de realismo.
 
Rigoberto está próximo a jubilarse y emprender junto con su familia un viaje a Europa para vivir la verdadera vida. La vida que lo desagraviaba de las pólizas y los contratos de la compañía de seguros, de las intrigas y menudencias de la política local, de la mendacidad y el victimismo de la gente con la que estaba obligado a tratar a diario. Porque Rigoberto tiene la idea de los espacios salvadores, la idea de que la civilización no era, no había sido nunca un estado de cosas general, un ambiente que abrazara al conjunto de la sociedad, sino diminutas ciudadelas levantadas a lo largo del tiempo y el espacio que resistían el asalto permanente de esa fuerza instintiva, violente, obtusa, fea, destructora y bestial que dominaba el mundo.
 
Sin embargo, el soñado viaje se interrumpe cuando su jefe y amigo, Ismael Cabrera, dueño de la empresa de seguros en la que trabaja Rigoberto, decide casarse a los ochenta y dos años con Armida, su ama de llaves, cuarenta años más joven que él y le pide hacer de testigo en la boda. En realidad, Ismael se casa con Armida para desheredar a sus hijos de quien ya está harto y dolido por la crueldad de que hacen gala. Los mellizos, Miki y Escobita tienen un amplio bagaje de pillerías y actos violentos a sus espaldas como vaciar la caja de la oficina donde se guardaba el dinero de los gastos corrientes, violación a una menor a la que además pegaron y maltrataron, por lo que hubo que pagar cincuenta mil dólares para que los padres retiraran los cargos, se embolsaron la matrícula y la pensión de la Universidad de Boston dónde les habían enviado sus padres falsificando notas e informes, además de uno de los mellizos estar prófugo de la justicia por haber atropellado a un peatón en Miami y escaparse a Lima durante la libertad provisional, etc, etc.
 
Los mellizos intentarán por todos los medios declarar incapacitado a su padre con demencia senil y culpan a Armida y a Rigoberto de haberle obligado a casarse, pero como Armida está con Ismael de luna de miel, Rigoberto será el blanco donde descarguen su cólera y así se verá envuelto en una trama legal y un escándalo gigantescos.
 
Pero ese no será el único problema de Rigoberto. Fonchito tiene unos encuentros imposibles, coincidencias improbables con un extraño personaje llamado Edilberto Torres y Rigoberto para tratar de entender la situación y saber si es un personaje real o imaginario, hombre o demonio se propone releer de inmediato ese capítulo del Doktor Faustus de Thomas Mann dónde el cráter, el episodio de máxima concentración de vivencias, el que hacia cambiar la naturaleza de toda la historia, introduciendo en un mundo realista una dimensión sobrenatural, es aquél en el que por primera vez aparece el diablo y conversa con el joven compositor Adrian Leverkihn en su retiro italiano de Palestrina  y le propone el celebérrimo pacto. El diablo en la novela de Thomas Mann se refiere a la sífilis y a la música como las dos manifestaciones de su poderío maléfico en la vida y, sin embargo, su hijo Fonchito jamás había oído al tal Edilberto Torres  hablar de esos temas.
 
Rigoberto será el encargado por el autor de rendir tributo a la pintora Tamara de Lempika cuyos dedos transmitían una lascivia exaltante y a la vez helada a esos desnudos cimbreantes, serpenteantes, bulbosos, opulentos que desfilaban bajo los ojos de Rigoberto: Rhythm, la Belle Rafaela, Myrto, The Model, the Slave serán sus preferidas.
 
Mario Vargas Llosa oscila entre las alturas del arte y la farsa y el melodrama para ofrecernos una novela inolvidable que con toda seguridad hará las delicias del lector.
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario