martes, 8 de noviembre de 2011

TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA

Ricardo está enamorado desde su adolescencia de una aventurera impostora y camaleónica de la que no sabe nada, pero a la que irá adivinando en sus sucesivos encuentros, convirtiéndose en el único amor de su vida. De esta manera, Mario Vargas Llosa nos presenta el París de los años sesenta, cuando la capital vivía la fiebre de la revolución cubana y pululaba de jóvenes venidos de los cinco continentes, que soñaban con repetir la gesta de Fidel Castro; nos traslada al Londres de mediados de los sesenta y principios de los setenta cuando Carnaby Street sustituye a Saint Germain como centro neurálgico del mundo. Años en que la música reemplaza a los libros y a las ideas, dónde los Beatles, los Rolling Stones, los hippies y los grandes musicales hacen furor. Época en que se rechaza completamente el establishment burgués y los parques y Trafalgar Square son invadidos por grandes manifestaciones contra la guerra de Vietnan, decidiendo que había que ser realistas y elegir lo imposible. Visitamos el Perú de los años setenta cuando el general Velasco toma el poder y se inaugura una dictadura que durará doce ños, llevándose a cabo grandes nacionalizaciones, reformas agrarias, enormes controles y gran dirigismo económico que dan lugar a grandes injusticias sociales, culminando con la rebelión armada de Sendero Luminoso que provoca una gran matanza. Estos lugares y ambientes serán los escenarios de un gran amor con sus encuentros y desencuentros que marcará a Ricardo para siempre, haciendo de su vida una amalgama de felicidad y angustia, de profundos deleites y del desasosiego más devastador. Nada hay en la personalidad de su amada que le pueda deparar una felicidad duradera pero, sin embargo, pronto comprende que su destino es querer a esa mujer misteriosa cada vez que ella se digne recurrir a él o cada vez que el destino, con sus azarosos designios, vuelve a hacer que se encuentren. Será solo cuando ha renunciado definitivamente a ella cuando la eterna desconocida vuelve a él aunque ya sea demasiado tarde para prolongar el tiempo que han de permanecer unidos. Una historia de amor sobrecogedora y extraña que mantiene en vilo al lector de principio a fín y que demuestra, una vez más, que el amor presenta las caras más insospechadas y las más amargas realidades, sin que por ello dejemos de desearlo aún al coste de nuestra propia vida, porque el deseo es, quizá, el impulso más poderoso de la vida y el amor es para el amante el sustento del que se nutre su existencia.

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