miércoles, 14 de diciembre de 2011

CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

Cien Años de Soledad es una epopeya, una saga familiar, un lugar mítico y de leyenda donde se suceden cosas reales, fantásticas y maravillosas que configuran el mundo, la aldea, Macondo. La crónica, pues de crónica se trata al fín y al cabo abarca, aproximadamente, un siglo desde que José Arcadio Buendía fundó Macondo, que entonces constaba de veinte casas de barro y cañabrava construídas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos, hasta la muerte del último Aureliano y la destrucción de Macondo, la ciudad de los espejos o de los espejismos. "Pues estaba previsto que la ciudad de Macondo sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos de Melquíades, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra." Escrita en un lenguaje altamente poético, rítmico y profundo, está contada por un narrador omnisciente que está de acuerdo con las ideas de los personajes, aunque luego sabremos que es Melquíades, el gitano sabio, quíen predijo y escribió la saga de los Buendía y la historia de Macondo en sus pergaminos. Los nombres de la saga se repiten constantemente en los diferentes personajes. Los José Arcadio son siempre apasionados, inventores y emprendedores aunque suelen tener un final trágico. Los Aurelianos recuerdan el pasado que no vivieron ni nadie les contó y son lúcidos, inteligentes y estudiosos. Todo es exótico y desorbitado en los personajes como si la exuberante naturaleza de la tierra de Macondo les hubiera exaltado para desarrollar tanto las aptitudes y virtudes como los defectos y vicios hasta la exageración. Así Ursula es de una enorme fortaleza y no se rinde jamás; Remedios, la bella no tiene rival en hermosura y todos caen muertos de amor a sus pies; la pasión de Remedios es tan desaforada que la lleva a matar a Arcadio José de un disparo de rifle; los rencores y odios de Amaranta serán eternos.Todo es tremendo en la familia de los Buendía como lo es también la soledad en la que vive y el peso que sobre ellos tienen los espíritus de los muertos. Gracias al realismo mágico de García Márquez entendemos la verdad que nos narra en una forma que no entenderíamos si no conllevara todos los elementos fantásticos en ella.  Pero hay algo extraño en todos los Buendía: ninguno sintió nunca amor y por lo tanto siempre vivieron en soledad, extrañados de sí mismos como demuestra el coronel Aureliano Buendía quien al volver a Macondo después de haber estado ausente treinta años haciendo la guerra "ve a Ursula, su madre, devastada por el más de medio siglo de vida cotidiana y hace un último esfuerzo para buscar en su corazón el sitio dónde se le habían podrido los afectos y no pudo encontrarlo. El único afecto que prevaleció contra el tiempo y la guerra fue el que sintió por su hermano José Arcadio cuando ámbos eran niños y estaba fundado en la complicidad." El hijo del último Aureliano y de Amaranta Ursula, su tía, nacido por fín del amor de sus padres hubiera sido el único capaz de desterrar la soledad para siempre de la estirpe y romper así el conjuro pero, sin embargo, el niño es abandonado y muere totalmente carcomido por las hormigas que invaden la casa. Porque la soledad se repite en la historia, es la constante de la que está hecha el tiempo y no sólo alcanza a los Buendía y a Macondo sino que,  inevitablemente, alcanza al mundo y a todos nosotros. Cien Años de Soledad es una epopeya grandiosa, narrada en un lenguaje inspirado y glorioso que no sólo engrandece Latinoamerica sino que enriquece la lengua española y equipara esta obra de García Márquez a la de Cervantes y los clásicos de todos los tiempos. 

1 comentario:

  1. Bajo una prosa poética, el autor nos invita recorrer con él un viaje inigulable por Macondo durante todo un siglo, junto a una serie de linajes que repiten sus prototipos genéticos a lo largo de los días y de los años.
    Resulta imposible leerlo sin convertirte en partípe y sin identificarte con los Buendia, ya que sus pensamientos y su actitud son las mismas que cualquiera de nosotros podríamos mantener en situaciones similares.

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