lunes, 15 de diciembre de 2014

CARTHAGE DE JOYCE CAROL OATES.

Una y otra vez compro novelas de Joyce Carol Oates y en la contraportada siempre leo "Todo un clásico sobre el que aletea el Nobel. Ojalá se lo den algún día. Me cae bien Oates. Tiene setenta y seis años y una imagen que parece sacada de un albún de fotos del grupo Bloomsbury. La imagino en el supermercado de su pueblo, comprando comida macrobiótica, escribiendo a mano y llevando a recliclar sus pilas. Se ve que es obstinada e infatigable y tiene un estilo propio muy acusado.

Las suyas son historias en las que el dolor que produce la violencia se hace fuerte en el cuerpo y la mente de los personajes para habitar allí durante largas temporadas, a veces años, mientras los efectos del golpe -una violación, una paliza, un asesinato, una cadena de malos tratos- se extienden como una mancha de aceite alrededor de la víctima, contaminando a familias enteras y ensuciando la claridad con la que en un principio distinguíamos a víctimas y verdugos. Casi nadie sale limpio de los golpes de Oates.

En esta ocasión, como en su, tal vez, más famosa novela: La Hija del Sepulturero, y como también en Mamá, Violacion, Mujer de Barro, Qué fue de los Mulvaney o Hermana mía, mi Amor, Oates escribe una novela en la que la violencia arroja a los personajes lejos de su entorno y les obliga a reconstruirse.

La hija de un ciudadano de primera, exalcalde de la localidad de Carthage, desaparece una noche, tras haber sido vista en compañía del exnovio de su hermana, un excombatiente condecorado en la guerra de Irak. En ese momento descarrila el tren de la tranquila familia Mayfield y los personajes se deslizan hacia un mundo cada vez más ajeno al escenario social de telefilm con que había arrancado la novela.

Sale a flote cuánto de feo y doloroso puede haber en la relación entre dos hermanas profundamente desiguales -la lista y la guapa- y cuánto de trágico puede haber en las heridas de la guerra. Los afectos se desintegran y aparecen otros nuevos, pero ya no están en las tranquilas calles residenciales de Carthage, sino en mundos alternativos, marginales, en los que seres que tampoco son del todo puros dan refugio a almas desubicadas y a personajes dolientes en proceso de reconstrucción.

Hay un gran manejo del suspense, y la voz que narra la historia es originalísima. Oates es una maga de la escritura, tiene un dominio magistral de los puntos de vista. A ratos se diría que escuchamos a los vecinos de Zeno Mayfield contar la tragedia de su hija, porque cuando quiere, la autora construye un narrador muy oral que subraya en cursiva palabras clave a modo de titulares, a modo de tópicos, y parece que estamos escuchando a alguien comentar lo que cuenta la radio. Otras veces es un narrador omnisciente, más clásico, quien nos transmite el escalofrío del miedo, la soledad, la impotencia, la culpa, la confusión o el abandono de los personajes y qué potencia, qué credibilidad cuando Oates deja que sea uno de ellos quien tome la palabra.

Oates es tan grande que entiendes a todos y a todo, al agresor y a la víctima; a las causas y a los efectos, pero se alarga demasiado en ciertos pasajes que ulteriormente no tienen desarrollo apenas por lo que resultan poco aprovechados.

Sin embargo, con Oates casi siempre te encuentras con una escritora que seduce y nunca desilusiona. Una excelente novela.

lunes, 1 de diciembre de 2014

MI COLOR FAVORITO ES VERTE DE PILAR EYRE

Mi Color Favorito es Verte es una novela interesante, escrita con mucho sentido del humor, y como no podía ser menos tratándose de una mujer tan inteligente y buena escritora como es Pilar Eyre con mucho oficio y  buen olfato "mercadotécnico". Se trata de una novela que a primera vista puede parecer ligera, improvisada o escrita casi sin pensar y ese es uno de sus grandes aciertos. Pilar Eyre nos presenta un texto cuyo mayor mérito es que no se nota todo el trabajo y el conocimiento técnico que desarrolla, y da una sensación de frescura como si estuviese escrito de un tirón. La autora nos demuestra que una de las mayores dificultades de la literatura es hacer que las cosas difíciles parezca que fluyen sin esfuerzo, con naturalidad, sin artificio.

Por otro lado, Pilar Eyre, dada su condición de personaje popular, habitual de algunos programas de la crónica social, ha sabido escribir una novela en la que juega con la ambigüedad, entre la realidad y la ficción. La autora opta en esta novela por poner la voz narrativa en primera persona, en su alter ego literario, en su homónima, obviamente esta decisión condicionará toda la subjetividad de la narración.

El narrador, dada la estructura dramática del texto, es omnisciente porque el relato se produce en un tiempo anterior al verdadero tiempo presente narrativo. En esta novela utilizará en muchas ocasiones la técnica de la anticipación para fidelizar la atención del lector.

Estructuralmente, Mi Color Favorito es Verte está dividida en catorce capítulos que mantienen una continuidad narrativa. Es indudable que esta novela tiene una concepción muy visual, muy cinematográfica. La autora nos va a plantear una serie de recursos que apelarán directamente a nuestros sentidos, buscando hacernos cómplices de las sensaciones que vivirá el personaje. Fundamentalmente, va a utilizar dos tipos de técnicas para acercarnos a esa "comunión" de sensaciones.

Por un lado, el uso que va a hacer de la música. Todo el texto esta lleno de canciones muy alusivas y alguna de ellas ya forma parte del patrimonio sentimental de todos nosotros. Por otro lado, la autora va a utilizar las condiciones climatológicas, estacionales en este caso, para ir marcando el devenir de la narración. Correspondiendo al verano, en un primer momento, todo lo relacionado con el enamoramiento y la pasión, el otoño con la melancolía y, en este caso, la Navidad como marco temporal del final de la novela.

Es una novela que nos provoca un fuerte sentimiento de empatía con el sufrimiento y la desazón de la protagonista pero que, sin embargo, nos hará sonrreir en muchísimos momentos. Es probable que alguien, dada la temática, pueda pensar que se trata de una novela "femenina" pero Mi Color Favorito es Verte es una novela que gustará tanto a hombres como a mujeres porque la autora nos plantea un tema universal que sobrepasa cualquier diferencia sexista.

La autora nos vuelve a mostrar una pléyade de personajes que, como es habitual en ella, cumplen a la perfección su función dentro de la narración. Eyre explorará a través de ellos todo ese universo de las relaciones personales especialmente entre mujeres que, sin duda alguna, resultan más complejas e interesantes que las de sus compañeros de otro sexo.

A pesar del sentido del humor que destila la novela, hay una lúcida reflexión sobre el paso de los años, la soledad, el desamor, en definitiva no acabar de encontrara tu lugar en la vida. Sin embargo, es una novela vital y optimista. El uso de la prosa que hace la autora será el de un lenguaje conciso y directo, con frases breves e incisivas. Este uso de la prosa va a producir un efecto muy dinámico, dotando de ritmo y agilidad a la narración. Los párrafos son cortos y nerviosos para meternos en la piel de la protagonista y en sus anhelos.

Una novela muy inteligente con un gran sentido del humor que, con toda seguridad, nos hará pasar un buen momento con su lectura. Pilar Eyre demuestra ser una escritora de talento y, sobre todo, de mucho oficio que demuestra sobradamente durante toda la novela.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

HISTORIA DE UNA MAESTRA DE JOSEFINA ALDECOA

Historia de una Maestra narra desde la memoria la historia de Gabriela, una maestra que ejerce en varios pueblos rurales e incluso en Guinea ecuatorial tras terminar sus estudios de Magisterio.

El período histórico que abarca va desde los años veinte, pasando por la época de la República, hasta los inicios de la guerra civil.

Acompañando a Gabriela nos damos cuenta de cuanta ignorancia y pobreza había en aquellos años y más aún en las apartadas zonas rurales donde ejerce nuestra protagonista.

Es por ello que esta novela supone un reconocimiento a todos esos maestros que trataron de ejercer una labor importantísima a la hora de educar a un país que estaba sumido en la más absoluta ignorancia y en dónde la iglesia estaba por encima de todo.

Gabriela es una mujer adelantada a su tiempo. Ama su profesión por encima de todo y por ella decide dejar la península y viajar a Guinea, dónde descubrirá las desigualdades sociales entre los nativos y los españoles. Allí entablará una gran amistad con un médico guineano aunque deja entrever que siente por él algo más que una simple amistad. Por ello, será fuertemente criticada por la sociedad guineana.  Pese a todo se verá fuertemente influenciada por África y su recuerdo perdurará durante toda la vida.

El padre de Gabriela será el artífice de la personalidad fuerte y liberal que muestra la protagonista. Con él mantiene una estrecha relación y nos lo presenta como un hombre culto al que le apasiona leer y con el que mantiene largas conversaciones.

Pero a pesar de su independencia, terminará por sucumbir a las convenciones de la época: se casa y tiene una hija, Juana. Junto a su marido, también maestro, lucharán en pro de la libertad y del laicismo, a pesar de que muchos no vean con buenos ojos los cambios traídos por la República, topándose así con un sin fin de dificultades.

A través de un narrador en primera persona Josefina Aldecoa nos muestra un estilo ameno, de fácil lectura y fluido, sin recargar. La novela muestra la época de la República como ocasión de oro para la modernización de España. La agitación política y la instauración del nuevo gobierno se vivía con mucha intensidad en el pueblo minero en el que se halla nuestra protagonista.

Más que Gabriela, su marido Ezequiel representa a todos esos maestros que lucharon hasta el final y a toda costa por sus ideales republicanos. El primer tropiezo que tuvieron todos ellos fue, por supuesto, con la Iglesia ya que una de las medidas era instaurar una educación laica y para ello comenzaron eliminando los crucifijos de las aulas. Ezequiel trata de justificarlo: "No es un ataque a vuestras creencias. No es un insulto ni un desprecio. Pero tenéis que entender que la escuela no es un lugar para hacer fieles, sino un lugar dónde aprender lo más posible y llegar a ser hombres y mujeres cultos"

Aldecoa plantea con acierto el estupor y las dudas que plantea la gente. Se ve muy bien en los comentarios de Ezequiel: "Hay muchas reservas entre la gente que ha sido engañada tantas veces. Por otra parte, es una actitud primitiva. Les domina el miedo a lo desconocido y eso es lo que explotan los que desean mantenerlos en la ignorancia"

Hay un choque entre Gabriela y el radicalismo de Ezequiel. A lo largo de los acontecimientos nos damos cuenta de como los ideales de él se van volviendo cada vez más radicales. Ella, sin embargo, respeta su opinión pero no la secunda. A pesar de querer a su marido el lector intuye que en su ánimo todavía permanece aquel médico africano. Ella misma reconoce que lo que siente por él es una gran ternura. Entre ellos existen grandes diferencias. Ella le tiene incluso en un cierto grado de inferioridad. Pero será ese radicalismo de su pareja el que terminará por separarlos definitivamente.

Historia de una Maestra es una excelente novela que ha sido de lectura obligatoria en muchos colegios. En ella aprendemos de primera mano las circunstancias que vivieron tantos maestros en esa etapa decisiva de la historia de España y como por sus ideas e ideales fueron perseguidos y asesinados con el estallido de la guerra civil.

Sin embargo, como dice Gabriela: "No puede existir dedicación más hermosa que ésta. Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí."

viernes, 14 de noviembre de 2014

MILENA O EL FÉMUR MÁS BELLO DEL MUNDO DE JORGE ZEPEDA PATTERSON

Milena es convertida en esclava sexual desde la adolescencia. Intenta huir cuando muere su protector, un magnate de la comunicación que sufre un fallo cardíaco mientras hace el amor con ella. En su angustiosa fuga, se cruza con los Azules, un trío de justicieros formado por el periodista Tomás Arizmendi, la política Amelia Navarro y el especialista en alta seguridad Jaime Lemus. Ellos desean liberarla, pero Milena guarda con recelo un espinoso misterio que atesora en su libreta negra y que supone su salvación y, sobre todo, su venganza.

Durante el funeral, Claudia, la única hija del fallecido, le pide a Tomás Arizmendi que se encargue de la dirección del rotativo. Además, también le informa de que ha recibido una nota que su padre había ordenado que le llegase en caso de muerte repentina. Le pide que proteja a Milena pero le alerta de que destruya su libreta negra porque podría "arruinar a la familia".

La novela se puede leer de forma independiente pero continúa la trama de "Los Corruptores", el brillante y prometedor debut como novelista de Zepeda Patterson, publicado en 2013, también en torno a las relaciones del periodismo con el poder, y en dónde se hablaba igualmente de la corrupción y el sexo en las altas esferas. Allí hicieron su aparición por primera vez Los Azules, el particular grupo de justicieros que reaparece ahora (se ganaron el sobrenombre por las libretas que utilizaban cuando iban juntos al colegio, proporcionadas por el padre de uno de ellos). Posiblemente estos personajes darán más juego en el futuro.

El autor denuncia ahora a través de la literatura de ficción la podredumbre del sistema, como ya hizo en sus ensayos, a través de una obra ágil con personajes que puedan conectar con un público general, es decir, con aquéllos que de otra forma quizás no le hubieran leído.

Así, crea hechos ficticios pero muy reconocibles. Aunque la acción se sitúa en Méjico lo cierto es que lo que cuenta tiene muchos rasgos en común con la realidad de cualquier otro país, especialmente España. Se centra sobre todo en la falta de moralidad y principios de los que están arriba, pero además muestra la cruda verdad sobre la trata de blancas, el blanqueo de dinero o la delincuencia en internet.

Se nota que el escritor ha profundizado por su labor periodística en lo que narra, por lo que imprime un sello de veracidad documental muy elevado. Además, consigue conectar con el lector gracias a la profundidad con la que dota a los personajes, especialmente a Alka, la chica croata, y a Tomás Arizmendi, el más atractivo de los protagonistas, quizas por su cercanía con el propio autor, y que a veces está a punto de eclipsar a los demás. Éste le sirve para lanzar una reivindicación del papel de los medios de comunicación en la sociedad actual.

En suma, una obra idónea para quienes no quieran esconder la cabeza ante lo que está ocurriendo delante de los ojos de los ciudadanos. 

lunes, 10 de noviembre de 2014

EL LECTOR DE JULIO VERNE DE ALMUDENA GRANDES

Nino, hijo de guardia civil, tiene nueve años, vive en la Sierra Sur de Jaén, y nunca podrá olvidar el verano de 1947. Pepe el Portugués, el forastero misterioso, fascinante, que acaba de instalarse en un molino apartado, se convierte en su amigo y su modelo. Mientras pasan juntos las tardes a la orilla del río, Nino se jurará a sí mismo que nunca será guardia civil como su padre, y comenzará a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las Rubias, donde una familia de mujeres solas, viudas y huérfanas, resiste en la frontera entre el monte y el llano. Cuando descubre un mundo nuevo gracias a las novelas de aventuras que le convertirán en otra persona, Nino comprende una verdad que nadie había querido contarle.

Por encima de todo, Nino aprenderá que la Guerra Civil ocho años después, en Fuensanta de Martos, en Jaén, en Andalucía y en tantos lugares de España todavía no ha terminado y no terminará mientras haya guerrilleros como Cencerro, una leyenda antes y después de su muerte, y guardias civiles dispuestos a todo con tal de matarlos uno por uno.

¿Por qué lucha su padre? ¿Por qué arriesga su vida y la de toda la familia? ¿Por qué se siente culpable? ¿Por qué los otros niños no quieren jugar con él? ¿Por qué no puede invitar a churros a la nieta de una roja?

A lo largo de tres años, entre 1947 y 1949, el denominado trienio del Terror, Nino encontrará las respuestas a estas y a muchas otras preguntas y entenderá por fín que la verdad es también lo que ha sucedido aunque nos guste tan poco que habríamos dado cualquier cosa por haberlo podido evitar.

Así crecerá Nino, dejará de ser el Canijo para ser un Carajita, algo que aunque no lo sabía nunca había dejado de ser. Porque uno puede elegir a los amigos, a los enemigos, los motivos por los que lucha, pero no se puede elegir ni cambiar la familia, el pasado, los orígenes, los ideales.

Entre redadas, detenciones, chivatos traidores, torturas, asesinatos, suicidios, robos, viudas, huérfanos, entre el pueblo y el monte, entre el llano y las montañas, entre guerrilleros y guardias civiles, Nino entenderá, aprenderá, comprenderá, llorará y reirá, descubrirá el amor, comprenderá quién es él, quiénes son los suyos y quién quiere ser él ahora y en el futuro.

Entenderá que muchas veces no queda más remedio que obedecer órdenes, olvidarse de los ideales y pensar únicamente en sobrevivir. Y por encima de todo aprenderá que los piratas como John Silver el Largo no viven sólo en los libros de Stevenson, sino que también pueden vivir en su pueblo y ser buenos y, por último, que en medio de una guerra que no se va a acabar nunca, un restaurante de Toulusse llamado Casa Inés no está tan lejos de Fuensanta de Martos.

viernes, 31 de octubre de 2014

EL CAMINO DE MIGUEL DELIBES

El Camino es una de las obras más importantes de Miguel Delibes. Es considerada una obra maestra de la narrativa contemporánea. La novela está ambientada en la época de la posguerra, cuando España quedó sumida en la más mísera pobreza tras finalizar la Guerra Civil y el malestar social, junto a la fuerte represión, eran una constante en todo el país.

La novela cuenta la historia de Daniel el Mochuelo, un niño que tiene que dejar su pueblo natal para mudarse a Madrid y acabar allí sus estudios. Durante la noche antes de la partida, Daniel recuerda todo lo que le ha ocurrido en ese lugar: sus amigos, sus peripecias, y descubre que su camino está en esa aldea, no en la capital; que ese pueblo es su vida y no puede dejarlo.

Bajo este argumento Delibes sabe trasladar con gran acierto al lector al mundo rural de la época, a su vida cotidiana y a sus costumbres. Evoca un tiempo cuyo encanto se advierte cuando ya se ha escapado de las manos.

Otros temas como la muerte, el amor, la amistad o la religión también son recurrentes a lo largo de la obra. Delibes realiza una crítica al excesivo afán religioso de la época (los primeros años de la posguerra) lo que se plasma a través de personajes como don José, el cura, las Guindillas, o los castigos que Sara, la Moñiga, hermana de Roque, le hacía a su hermano.

La aldea donde acontece la historia está inspirada en Molledo (Cantabria) pueblo natal de los padres de Delibes y dónde este pasó largas temporadas de su infancia. Allí vive Daniel, un niño de once años que todos conocen como el Mochelo. Este apodo se lo puso un amigo suyo, Germán el Tiñoso, ya que, según él, miraba todo como si le asustase.

La historia comienza cuando la noche antes a su partida a la capital Daniel, insomne en la cama, no puede parar de darle vueltas a la decisión de su padre, el quesero del pueblo, de que vaya a estudiar Bachillerato a Madrid al día siguiente. Es entonces cuando comienza a recordar todas las aventuras que le han sucedido a lo largo de su vida en el pueblo, sobre todo las que ha vivido con sus dos mejores amigos, Germán el Tiñoso y Roque el Moñigo. Empieza por contar la vida de Roque. Su madre murió tras nacer él y a partir de entonces fue su hermana Sara, trece años mayor, quien cuidó de él, aunque siempre le ha echado la culpa de la muerte de su madre, por lo que la relación entre ambos no es muy buena. Su padre es el herrero del pueblo y suele beber bastante mientras trabaja, con lo que se ha ganado la fama de borracho.

Según avanza la historia, Daniel habla de los habitantes del pueblo, de su vida, sus costumbres, sus historias. Por ejemplo, cuenta la historia de las Guindillas, tres hermanas que se encargaban de la tienda del pueblo hasta que cerró, poco después de que la hermana mediana muriera de una enfermedad y las otras dos discutieran debido a que la pequeña se marchó con su pareja sin estar casados. Lola, la hermana mayor como era muy religiosa fue a contárselo al cura para confesarse pensando que había pecado.

La novela está escrita en tercera persona y en pasado. Para ello Delibes utiliza un narrador omnisciente que conoce tanto los hechos pasados y futuros como los pensamientos más íntimos de los personajes. Habitualmente utiliza el estilo indirecto, aunque también cede la palabra a los personajes, pasando entonces al estilo directo. Tiene un desarrollo circular ya que empieza la noche antes de que Daniel se marche a Madrid y termina con su partida a la ciudad.

En cuanto a su estructura interna esta se desarrolla en dos partes paralelas: la última noche que pasa Daniel en el pueblo antes de marcharse y las historias y vivencias que va contando a lo largo de la obra. Externamente se podría decir que tiene introducción, nudo y desenlace. La introducción se desarrolla en el primer capítulo y transcurre durante la última noche de Daniel en el pueblo antes de su marcha. El nudo de la historia va desde el capítulo dos hasta el veinte, cuando Daniel habla del pueblo y sus habitantes. Finalmente, el desenlace se desarrolla en el último capítulo cuando se despide del pueblo y parte hacia Madrid.

En definitiva, El Camino es una novela conmovedora, nostálgica, con tintes realistas y que no en vano es considerada una de las mejores obras escritas por Miguel Delibes.

jueves, 23 de octubre de 2014

EL INTENSO CALOR DE LA LUNA DE GIOCONDA BELLI

Tras dedicarse por entero a formar una familia, dejando atrás proyectos profesionales, Emma llega a la madurez de sus cuarenta y ocho años. Sus dos hijos ya se han marchado de casa y la relación con su marido ha perdido el encanto de los primeros años. Cuando su cuerpo de mujer atractiva y sensual muestra los primeros signos de cambio, Emma se angustia y teme perder los atributos de su feminidad. En medio de una vorágine de pensamientos negativos, un hecho fortuito la lleva a entrar en contacto con una realidad ajena a la suya, donde encuentra una inesperada pasión que cuestiona su apacible rutina y le descubre el gozo, la sexualidad y las posibilidades de realización en esta nueva etapa de su vida. Emma es, por tanto, un personaje flaubertiano que se rebela contra el papel que impone la sociedad a la mujer madura. Gioconda Belli explora la identidad femenina pasada la juventud, cuando la mujer debe ir más allá de los mitos que centran su valor en la belleza juvenil y la fertilidad, para descubrir un nuevo erotismo y el poder de ser ella misma.

Emma descubre que le llega la hora de ser más mujer, de ser sólo mujer, enteramente mujer, de vivir para sí misma y darse cuenta de que su poder no reside en bailar la danza del apareamiento, ni en tener las plumas más vistosas. Su capital, su mina de diamantes es el amor. Lo que las mujeres poseen en abundancia es una innata capacidad de dar y recibir amor. Practicar eso es lo que da poder a las mujeres porque los hombres necesitan ese intercambio.

Sin embargo, ellos han puesto los términos de quiénes deben  beneficiarse y en qué marco debe realizarse ese amor. La mujer que ocupa ese poder para sí misma es sospechosa, porque el amor aceptado, requerido de la mujer es el amor de la autonegación, del sacrificio, el amor que cede y no pide nada para sí. Por muchos avances que haya habido en el campo del trabajo, el campo del amor interpersonal sigue siendo regido por esos patrones. Unas veces el patrón es más flexible, más sofisticado, pero amar demasiado es una tendencia femenina. Por muy fuerte que sea la mujer se  le cuela la disposición a ponerse en segundo plano. 

Nos han condicionado para que el amor se comporte como debilidad, no como fuerza. La menopausia transforma las condiciones del amor. Una se vuelve más selectiva una vez que cesa el imperativo de la reproducción y eso le plantea al hombre un intercambio diferente, menos sumiso, más exigente.

En el Intenso Calor de la Luna Gioconda Belli también explora las diferentes clases sociales. Emma pertenece a la burguesía, Ernesto, su amante, al proletariado. Pero la igualdad es un mito. Siempre había unos que eran más iguales que otros. El fin de las revoluciones era acabar con el proletariado. Se hacía la revolución para que el proletariado se apropiara de lo que poseía la burguesía, no para hacer apología de la pobreza. Llegados al poder muchos no tenían empacho en aprovecharse, repetir el ciclo y justificarlo con otro discurso.

Ernesto recuerda acudir a las plazas y las torres que armaban los adolescentes subiéndose unos sobre otros, la algarabía y alegría, la pasión de los discursos, pero no olvida la desesperación en el barrio cuando mataban a los muchachos y llegaban los ataúdes y había que ir a los velatorios. En el recuerdo surgen imágenes del recorrido: las ventas desabastecidas, mujeres de luto, las velas en las noches de largos apagones, la desilusión creciente de su madre lamentado que le tocara vivir de nuevo lo mismo que pensó no sucedería más, lo que juraron no se repetiría una vez que triunfara la revolución. 

lunes, 15 de septiembre de 2014

EL ULTIMO VERANO DE CESARINA VIGHY.

Ganadora del Premio Campiello de la Crítica 2009 y Finalista Premio Strega 2009, la escritora Cesarina Vighy nos deja su opera prima, una novela, o más bien memorias en forma de novela, escrita en los últimos momentos de su vida de manera tardía, al verse azotada por una esclerosis lateral amotrófica, el mal de Stephen Hawkings

El último verano es un libro que narrando toda una vida, acerca de forma intimista una dolorosa sabiduría con un lenguaje preciso, conmovedor y a la vez irónico. Es el testimonio de una mujer que lega en la palabra la resistencia extraña contra la enfermedad y finitud de la vida.

Este libro es el recorrido de una vida dónde el personaje es un narrador omnisciente con hilos autobiográficos, pero dónde la autora no utiliza su verdadero nombre como protagonista de la historia. En el último verano una voz que se llama Z va narrando su vida. Se van repasando los momentos más importantes, se contextualizan históricamente y, poco a poco, se va juntando la memoria de una mujer apasionada por la vida.  Sus coqueteos con  el psicoanálisis llaman poderosamente la atención. Su infancia, su feminismo, el trauma del aborto, el amor. Una experiencia contada con agilidad, con la cercanía de las anécdotas protagonizadas, con una mirada de despedida sin aspavientos ni llantos: pura serenidad e ironía.

Pero el verdadero centro de este testimonio, lo que recorre cada uno de los capítulos de esta evocación vital, es la sombra de una enfermedad repentina, paralizante, que priva a su protagonista de las ganas de vivir. La merma paulatina de sus capacidades, la imposibilidad de dar marcha atrás, son elementos de esta despedida que es, a la vez un canto a la vida, al deseo de seguir adelante pese a todo.

El diagnóstico, el peregrinar por el laberinto de la sanidad, los siete neurólogos que conoce y que diagnostican, que le cuentan de su enfermedad, de lo que vendrá. Ella se va levantando con humor y con ironía de cada una de esas noticias sobre  sí misma y su futuro, Un momento difícil que activa los resortes de la creatividad y la memoria.

Vighy se ríe de sí misma, desdramatiza; quiere dejar algo en este planeta que ayude a otros a caminar por el desierto de esta durísima enfermedad.

Está bien que de vez en cuando nos llegue a las manos un libro como éste, valiente divertido y que aborda un tema tan natural como la muerte. Cesarina Vighy nos deja su canto a la vida y nos dice adiós con una prosa suelta, envolvente y que apunta al corazón, haciéndolo latir al ritmo de la alegría.

ADULTERIO DE PAULO COELHO

El aburrimiento ante una vida sin problemas o complicaciones parece ser, a su vez, una causa de grandes frustraciones para el ser humano, no sólo en la actualidad sino a lo largo de la historia. Ello obliga a muchas personas a coquetear con lo prohibido, especialmente si implica infidelidades, básicamente porque ésto aporta un nivel de emoción y excitación elevados. Pero rara vez conduce a alcanzar la felicidad. Esta parece ser la moraleja que Coelho trata de explicar en Adulterio, a través de la experiencia vivida por Linda, la protagonista. A su vez, como explícitamente afirma, el amor será la única forma de escapar de una vida monótona y sin sentido. El problema está  en descubrir dónde está realmente el amor ¿en una vinculación espiritual y comprometida aunque carezca de emoción? ¿en un romance? ¿o en ninguna de éstas?

En primer lugar, cuesta determinar si Adulterio es una novela corta o un cuento largo. No tanto por la extensión (más de doscientas páginas en letra de considerable tamaño), sino por su construcción. Se espera de una buena novela que desarrolle en detalle la personalidad y demás características de los distintos personajes, que describa con prolijidad los sitios dónde transcurre e incluso los objetos y, sobre todo, que mantenga cierta ilación, cierto paso suave o al menos no muy brusco de una escena a otra. Nada de ésto está presente en la más reciente obra de Paulo Coelho. 

Por lo demás está escrita con el característico estilo claro y sencillo de este autor de best sellers aunque no tiene la frescura ni la novedad de El Alquimista o de Diario de un Peregrino. Aunque en mucha menor medida que en sus conocidos trabajos de espiritualidad y superación personal intercala, como de costumbre pasajes bíblicos, enseñanzas místicas e incluso anécdotas de la mitología griega. También sobresalen sus frases impactantes, como cuando el chamán aconseja a Linda que "debemos llevar todas las cosas hasta el final" o cuando Linda afirma que "no escogemos nuestra vida pero decidimos qué hacer con las alegrías y tristezas que recibimos (un planteamiento muy parecido al de la frase del final de Bajo la misma estrella de John Green.)

Coelho utiliza la narración en primera persona para darle un carácter más intimista al relato. Toda la historia es contada por la propia Linda, en forma directa y sin grandes elucubraciones. Es de destacar un "toque" distinto en Adulterio al del resto de sus novelas. Se trata de una especie de introducción  o de experimento hacia el género de la llamada novela erótico-romántica que tanto tirón ha generado en los últimos años.

En efecto, las pocas escenas íntimas entre Linda y Jacob están salpicadas de una descripción de sexo explícito, cargado de cierto nivel de sadomasoquismo.Tanto este último aspecto como la caracterización de los protagonistas -jóvenes, bien parecidos, con éxito- constituyen el núcleo de la mayoría de las novelas de este género.

La obra gira en torno al último año en la vida de Linda, una mujer suiza, guapa, de treinta y un años, casada con uno de los trescientos hombres más ricos del país; tiene dos hijos y trabaja como periodista en un diario importante de Ginebra, dónde vive. Posee todos los lujos y comodidades que el dinero puede comprar, además del amor de un marido amable y cariñoso. Pero no es feliz. Duerme mal y siente que su vida es monótona y aburrida. Hasta que casi por casualidad deber ir a entrevistar a un joven político en ascenso, con una carrera prometedora. Resulta que se trata de Jacob Köning, un año menor que ella con quien había tenido un romance en los años de instituto y a quien no veía desde entonces. 

Comienza así una obsesión de Linda por Jacob, quien trata de ignorarla durante algún tiempo. Desesperada, la protagonista llega incluso a maquinar un plan contra Marianne, la mujer de Jacob para que éste la abandone, que la lleva a comprar cocaína con el fin de dejarla en el despacho de Marianne para que ésta sea acusada de traficante de drogas.

La historia es pesada y repetitiva y sólo se aligera un poco al final del relato. Nada que ver con sus primeras obras dónde si no se distinguía por su lenguaje sí que lo hacía por su originalidad, frescura e imaginación. Ninguna de estas cualidades está presente en Adulterio. Una pena. Echaremos de menos al Paulo Coelho de los primeros tiempos.

martes, 9 de septiembre de 2014

LAS RATAS DE MIGUEL DELIBES

Las Ratas fue galardonado con el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana 1963. Es uno de los libros en que mejor ha reflejado Delibes el drama de la Castilla rural, de una Castilla que no obstante rezuma grandeza en su misma miseria.

Muerte, infancia, naturaleza y prójimo aparecen simultáneamente tratados en Las Ratas: Un niño que vive en contacto directo con la naturaleza, unos hombres unidos ante la adversidad, la muerte violenta; los grandes motivos de Miguel Delibes se muestran en este drama de la Castilla rural.

Las Ratas es la novela de una colectividad, la que forman los vecinos de un mísero pueblo castellano que saben que su subsistencia no depende solo de su trabajo, sino de unas condiciones climatológicas que ellos no pueden controlar. Pero sería ingenuo buscar la clave del fracaso de esta comunidad campesina en las consecuencias de un pedrisco o de una helada a destiempo. La clave más profunda ha de buscarse en la propia estructura socioeconómica del pueblo, en el reparto profundamente desigual de la riqueza.

Las Ratas es una novela de denuncia y sería incompleta una lectura que atendiese únicamente a sus valores estéticos o al desenlace de una trama, por otro lado, apenas existente. Son claros los motivos que llevaron a su autor a plantear en forma de estructura novelesca lo que de otro modo nunca le hubiera sido permitido decir. El fracaso de la colectividad tiene causas muy reales y esas son las que Delibes, sin hacerlas explícitas claramente pero sí sugiriendo, haciendo leer entre líneas, trata de apuntar en esta novela.

Para el desvelamiento de las razones profundas que llevan al fracaso de esta comunidad rural se contraponen en la novela tres grupos o sistemas sociales. En primer lugar "la máquina estatal burocratizada", un sistema que tiene su principal representante en Fito Solórzano, el Gobernador, y cuyo nexo de unión con la colectividad es Justito, el Alcalde, un personaje que participa de las características que Delibes da a ambos sistemas (tratamiento irónico que se corresponde con el caricaturesco dado al Gobernador, pero también amante de su tierra como el resto de sus convecinos). 

Un segundo sistema social es el representado por los vecinos del pueblo, unas treinta y cinco familias que viven de la tierra pero tienen distinta manera de aproximación y de relación con ella: desde don Antero, el terrateniente, que cuenta con empleados fijos, hasta los pequeños propietarios que cultivan directamente su escasa tierra o la que tienen en arriendo. Por último, frente y junto a ellos, el tercer grupo social está constituído por el clan familiar de el Ratero, símbolo del individuo libre, asocial y primitivo, en oposición al primer grupo pero en armónica convivencia con el segundo.

De entre la galería de personajes que pueblan Las Ratas destaca, sin duda el Nini, un niño sabio, al que le corresponde el papel de aglutinar las diferentes anécdotas y situaciones que constituyen el contenido de la obra, así como establecer puntos de contacto entre los variados personajes que desfilan por ella.

El Nini tiene también una importante función simbólica. Este niño de entre diez y doce años además de ser una especie de maestro de la comunidad, aparece desde el comienzo de la novela rodeado de claras reminiscencias religiosas. Especialmente relevante resulta  a este respecto la cita evangélica con que abre Delibes su novela, o el hecho de que a algunos de sus convecinos les recuerde a Jesús entre los doctores. Constantemente se alude a su grave aplomo, a su ciencia infusa y a su hablar sentencioso.

Este niño es un producto de las leyes biológicas no reguladas socialmente. Hijo de hermanos, personaje solitario que se relacione con los adultos y no con los niños de su edad, tiene como única compañera a su perra Fa y su ocupación consiste en recorrer el pueblo y sus alrededores avisando a sus vecinos de los signos que observa en la naturaleza.

El Nini es requerido por todos los vecinos que le consideran el más capaz de realizar determinadas tareas: eliminar los zánganos de una colmena, capar un marrano, seleccionar los conejos defectuosos, separar la gallina de sus polluelos, etc.

Curioso, de espíritu observador, amante de la tierra y de los animales, el Nini ha aprendido cuanto sabe del magisterio de cuatro personajes importantes en su vida: su abuelo Abundio le ha instruído en el arte de podar; su abuelo Román le ha transmitido todo tipo de conocimientos sobre las liebres; de la abuela Iluminada ha aprendido los secretos de la matanza. Pero muchos de los conocimientos del Nini proceden del Centenario: un hombre de experiencia que sabía mucho de todas las cosas, hablaba por refranes y conocía al dedillo el santo de cada día. En sus charlas con el tío Rufo aprendió el niño a relacionar el tiempo con el calendario, el campo con el Santoral y a predecir los días de sol, la llegada de las golondrinas y las heladas tardías. 

Es un ser receptivo que está a gusto consigo mismo siendo como es, que sabe gozar del espectáculo que ofrece continuamente la naturaleza, ríe contemplando a los conejos rebozados de luna y disfruta cuidando de un zorrito que se se ha ido a vivir con él a la cueva.

Junto al personaje del Nini emerge con fuerza el de su padre, el Ratero, un tipo marginado, producto puro de la naturaleza, ajeno a todo sistema de leyes, rudo y primitivo. Hombre de un marcado individualismo, el Ratero se siente acosado por quienes pretenden arrebatarle sus únicas posesiones: el Nini, la cueva, y las ratas. Así discutirá con doña Resu empeñada en hacer del niño un hombre de provecho, se enfrentará al alcalde que intenta por todos los medios que abandone la cueva porque así se lo ha prometido a su amigo el Gobernador y acabará dando muerte al ratero del pueblo vecino que se ha adentrado en lo que él considera como su territorio.

En clara correspondencia con el ciclo agrícola que se novela en la obra, las Ratas presenta una estructura circular cerrada. Al comienzo de la novela el Nini observa la cuenca desde la cueva y baja al pueblo. El final es de nueva una imagen del pueblo visto por el chiquillo cuando se dispone a hacer el camino de regreso a la cueva tras el asesinato del que ha sido testigo. Pero el signo más evidente de este tiempo circular repetitivo es la figura de la señora Clo, barriendo los dos peldaños de cemento que dan acceso al estanco y la referencia al cartel de los quintos que el Nini ve al comienzo del relato. 

La misma acción, enunciada casi con las mismas palabras cierra la novela cuando ya el ciclo agrario ha terminado en tragedia y, sin embargo, todo parece seguir igual, como si nada hubiera cambiado en la vida de estos labradores  condenados a repetir gestos, trabajos y esperanzas.

viernes, 5 de septiembre de 2014

LA HOJA ROJA DE MIGUEL DELIBES

Situémonos para empezar en esa noche en que se jubila Eloy, el anciano protagonista de la novela tras medio siglo de trabajo en el Departamento de Sanidad. El festejo que organizan ante su marcha es bien poca cosa, sobre todo si se advierte el desinterés de quienes asisten a él. Tras el adiós previsiblemente llega el vacío, la sensación de ausencia y sobre todo la idea de que las manecillas del reloj no han de seguir girando por mucho tiempo. A partir de ahí Eloy Muñoz irá decayendo poco a poco, inmerso en la rutina, las conversaciones recurrentes y el peso de los recuerdos. Por eso el narrador hace que el anciano repita las mismas frases para que la atmósfera resulte más tediosa. Ese período es particularmente intenso y decisivo para Eloy, cuya única compañía fiel es Desi, la joven pueblerina que le atiende en las tareas domésticas.

En torno a ese par de personajes deambulan otros de no menor interés: Leoncito, el hijo desagradecido y egoista, Isaías, amigo de Eloy con el que pasea diariamente y Picaza el violento bribón con quien Desi pretende casarse y que acabará
en la cárcel.

Al final, puesto que la soledad incumbe tanto al viejo protagonista como a la criada, él le hace una propuesta que puede atenuar el desconsuelo: un matrimonio de conveniencia sin otro fin que el de buscar el beneficio común, ésto es: la compañía para Eloy y el hecho de que a la muerte de éste ella reciba la pensión de viudedad; cuando el jubilado plantea su propósito a Desi, le confiesa algo que resume todo el sentido de la novela: "Tendrás estorbo por poco tiempo, hija. A mí me ha salido ya la hoja roja en el librillo del papel de fumar."

A pesar de que la síntesis del libro puede dar la idea de que se trata de una narración angustiosa, muy inspirada en el desarrollo de la pesadumbre del jubilado, lo cierto es que el tono de la obra desmiente esa sospecha. Lo mismo en su inicio y desarrollo que en su inesperado final es la ausencia de aflicción lo que caracteriza tanto a Desi como a Eloy, ambos víctimas de vidas y eventos tristes y difíciles, pero los dos personajes con calor humano y positiva vitalidad.

Como en todas sus demás obras el escritor vallisoletano nos hace ver el conjunto de cualidades de cada personaje a través del modo que éste tiene de expresarse.

Si bien la narración puede resultar repetitiva, ésto no es ninguna torpeza por parte del autor sino todo lo contrario: El viejo Eloy vuelve continuamente a las mismas frases, recupera junto a su amigo Isaías los mismos recuerdos y se olvida sistemáticamente de los mismos detalles del día a día; además intenta infructuosamente comunicarse con los que le rodean a través de la neblina que le empaña las ideas.

Delibes es de aquellos escritores para quienes la novela ha de ser de alguna manera un compendio de la vida: "Una novela requiere al menos un hombre, un paisaje y una pasión. Sin ellos no puede haber novela" La Hoja Roja aúna todos estos elementos y es un reflejo de la vida cotidiana de la época en que fue escrita, 1959, es decir, cuando ya había pasado el tiempo de la posguerra y España entraba en los planes de desarrollo.

El lector se enternece ante el retrato de los miedos y las obsesiones de un hombre al que le ha salido la hoja roja en el librillo del papel de fumar y que sabe que él también tiene las horas contadas.


lunes, 1 de septiembre de 2014

LA HIJA DEL CANIBAL DE ROSA MONTERO

Lucía y Ramón llevan juntos diez años, unidos más por la costumbre que por el amor. Deciden pasar el fin de año en Viena, pero en el aeropuerto, minutos antes de que salga el vuelo, Ramón desaparece. Tras denunciar el caso a la policía, Lucía emprende la búsqueda por su cuenta acompañada de dos personas singulares: Adrián un turbador muchacho de veintiún años y Fortuna, un viejo anarquista de ochenta, antiguo torero y pistolero con Durruti: Esta es la historia de un misterio que pugna por desvelarse: el de la desaparición de Ramón, pero el del sentido de la existencia.

La Hija del Caníbal  incluye, junto a la trama policíaca y el elemento paródico, las memorias del viejo Felix que rastrea sin muchas pretensiones históricas la vida del anarquismo en España. A su vez, las reflexiones de la protagonista ocupan un espacio considerable en la obra. Esta combinación de elementos narrativos nos lleva a interrogarnos sobre el papel que juegan las estructuras del relato policíaco y la parodia en el conjunto de la novela.

Lucía asume el rol masculino que anhela combatir. La parodia se activa con la copia dialógica de las ideas machistas y tiene por objeto subvertir el lenguaje patriarcal. En la Hija del Caníbal la narradora advierte al lector que ella está escribiendo la novela. Desde las primeras páginas Lucía afirma que está escribiendo el libro como forma de encontrar su identidad. Es el motivo que constituye el núcleo temático de la novela: " Yo estoy convencida de que el arte primordial es el narrativo porque para poder ser los humanos nos tenemos previamente que contar. La identidad no es más que el relato que hacemos de nosotros mismos.

La narradora juega con el lector. Comenta en varias ocasiones su tendencia hacia el invento y la mentira: "Es algo natural en mí, no puedo evitarlo; de repente se me dispara la cabeza y todo lo que pienso me lo creo".

Lucía está sumergida en un laberinto de sentimientos y contradicciones que tiene que ordenar para rehacer su identidad: La escritura llega a ser un medio de introspección de la protagonista y un análisis del acto narrativo. La narradora subvierte y transcontextualiza la imagen de la escritora en la novela, al mismo tiempo, con este recurso metaficticio, Rosa Montero ausculta la realidad con los parámetros de la ficción.

El elemento lúdico recorre todo este proceso paródico. No sólo la autora nos informa sobre su actitud jocosa y juguetona, sino que las situaciones que viven los protagonistas ponen de manifiesto la intención humorística del relato.

Rosa Montero ha escrito una magnífica novela: ágil, sabiamente construída y llena de humor y de emoción que retrata, a tres voces el paso de la juventud a la madurez, esa edad fronteriza en la que de nuevo se nos reordena el mundo y creemos poder descifrar el enigma de lo que somos.

viernes, 29 de agosto de 2014

CUENTOS DE FIODOR M. DOSTOIEVSKI

En los cuentos de Dostoievski en lugar de encontrarse el lector con el príncipe Myshkin de El Idiota, se topará con el narrador de El Sueño de un Hombre Ridículo. En lugar de Raskolnikov, Svidrigailov, Stavroguin o Iván Karamazov, se encontrará con Polzunkov, Iván Matveievich, Projarchin, Vasia Shumkov o Nastenka. Sin embargo, es de vital importancia decir que es precisamente en el relato breve y en el cuento donde el autor concentra con más intensidad el contenido filosófico de su obra.

Los héroes de sus cuentos están íntimamente ligados al conjunto de los grandes protagonistas de sus novelas, como si se les legara el don de proseguir por su cuenta la narrativa cambiando únicamente el nombre o el lugar de residencia. Por eso, la novela o el cuento de Dostoievski tienen una cierta circularidad que no permite desasirse de la continuidad de una idea, como si en el fondo no quisiera enterrar definitivamente a sus protagonistas, portadores de sus ideas.

Este pequeño detalle literario lo refleja claramente el autor al final de sus Memorias del Subsuelo, donde la obra es sólo un pretexto para seguir escribiendo y proseguir con otro héroe, en otro lugar y con otra historia. Así es como lo confiesa el autor al final, cuando dices que "no obstante, no terminan aquí las anotaciones de este ser tan paradójico", y que, sin poder contenerse, continuó escribiendo.

De este modo, no resulta extraño que lo grande y lo pequeño tengan una dimensión diferente en la obra del autor. Pues, si bien el delirio llevó a Iván Karamazov a dialogar con un diablo canijo y resfriado sentado en una silla frente a su cama, no sucederá lo mismo en los cuentos de El Corazón Débil o El señor Projarchin, cuyos delirios tienen otros matices. Se podría decir que el origen del mal de Iván Karamazov, así como el del pobre Vasia Shumkov, desbordado por el amor y por su cansina labor de copista, y también el del usurero señor Projarchin, conservan un cordón umbilical que los une a la concepción filosófica e histórica de Dostoievski.

Se trata del mal que asedia Europa y que se encarna y sintetiza en la historia y el devenir de ese San Petersburgo de Projarchin, donde las oficinas aparecen y desaparecen como por arte de magia y donde los librepensadores desempeñan un papel que se escapa a la comprensión. Todo ello, aún pareciendo conjugarse en cosmos distinto al de las grandes novelas del autor, no lo es; pues en él todo tiene una ligazón, una unión y un hilo conductor.

Aquella época de la gris influencia burocrática sobre el ser humano, anulado e insignificante como un mosquito, sólo tiene cabida en un Dostoievski eternamente preocupado por el hombre, al que quiere alertar del peligro burocrático, Su comienzo literario fue con Pobres Gentes, donde el funcionario Dévushkin, escribiente de profesión, lucha para no escindirse en su labor de copista, por lo que escribe cartas a cual más bella, puliendo el arte epistolar con tal de no quebrarse en vida, como le ocurrió a Vasia en El Corazón Débil.

Por todo ello, también el miedo a desaparecer de Projarchin, a esfumarse, en definitiva, entre la niebla y los fuegos petersburgueses, no dista de la extraña y fantasmal situación del esperpento en que se ve sumergido el individuo que habita la ciudad más burocrática del planeta, en la que resulta imposible sobrevivir sin desasirse de las catorce categorías que marcó la Tabla de rangos instituída por Pedro I el Grande.

En este sentido El Cocodrilo es una obra clave y sumamente importante por la alegoría que encierra en relación con el mal burocrático encarnado en la figura del pobre Iván Matveievich, tragado por un cocodrilo y que mora en las entrañas de la burocracia, mientras se devana los sesos en escribir algún nuevo tratado sobre el principio económico para convertirse en un nuevo Fourier.

Kafka debió de captar el secreto petersburgués y lo reflejó en sus obras, pero lo cierto es que de no existir Projarchin, Devushkin y Goliadkin, probablemente tampoco existirían ni George, ni Joseph K. ni Gregorio Samsa. Aquéllos se anticiparon geográfica y temporalmente a la obra de Kafka, a El Proceso, a La Condena y a La Metamorfosis.

Aunque el tema de los funcionarios tenga su raíz trágica, tal y como había plasmado Chéjov en La Muerte de un Funcionario, o Gógol en La Nariz, El Capote o Las Almas Muertas, sin embargo no le falta su pincelada de humor a todo cuanto se relacione con la vida de sus personajes, cuyos nombres propios, la mayoría de las veces, tienen un significado cómico.

El héroe suele enredarse en su apellido, en el que unas veces se confunde su identidad, y otras refuerza la carga que pesa sobre él. Una larga y dilatada trayectoria naturalista lega a Dostoievski la herencia de Gógol y Saltikov-Shedrín, que insistieron mucho en esa particularidad literaria rusa.

Otra particularidad del idioma ruso son los diminutivos de los nombres propios que no dejan de sorprender por su enorme variedad. Tal es el caso del cuento El Corazón Débil, en el que el lector tan pronto se topará con Vasia Shumkov como con Vasenka, Vasiutka, Vaska, Vasiuk o Vasinka, así como también con Arcadi o Arcasha. Lo mismo ocurre en El Ladrón Honrado con el borrachín al que mata su buen corazón y cuya moral no le permite morir sin confesar el robo. A este personaje el narrador de la historia se refiere de muchas formas: Iemeliá, Iemeléi. Iemelián, Iemeliúshka etc.

Toda esta variedad en la forma de nombrar a sus personajes obedece a un deseo de plasmar la complejidad del alma rusa, que el autor siempre consideró que sintetizaba el alma humana.

lunes, 4 de agosto de 2014

LOS AÑOS CON LAURA DÍAZ DE CARLOS FUENTES

La trama de la novela abarca un lapso de cien años, desde 1868 a 1968. La historia de la protagonista va siendo narrada al mismo tiempo que la historia del país. La intención del autor parece ser recuperar la parte femenina que ha quedado diluída en la historia de un país fundamentalmente masculino, dónde la herencia azteca, árabe y española la ha marginado del acontecer histórico. Carlos Fuentes escribe la memoria del siglo XX mejicano apoyando su narración en hechos y personas que determinaron la conformación del Méjico actual.

De manera simultánea, el autor realiza un recorrido por la vida íntima de una mujer, Laura Díaz, y de las pasiones, los obstáculos los prejuicios, el amor filial, las alegrías y las penas que la conducen a conquistar su propia libertad y su libertad creativa.

Los Años con Laura Díaz es la historia de una saga familiar, originada en Veracruz que sirve de sustento a esta novela histórica. Como nunca antes Carlos Fuentes es fiel a su propósito de describirnos el cruce de caminos dónde se dan cita la vida individual y la vida colectiva. El autor nos lleva a un mundo mágico en un país que en el siglo XX fue lugar de encuentro de diferentes personajes históricos debido a los avatares políticos de esos años.

El relato se inicia con la abuela de Laura Díaz, doña Cósima que nació en Alemania y está casada con otro alemán, don Felipe, dueño de una plantación en Veracruz. Cósima vivió un evento fugaz que marcó para siempre su vida cuando era joven. Viajaba en una diligencia que fue asaltada por uno de los bandidos más famosos de su tiempo, "El Guapo de Paplanta", quien con el propósito de despojarla de sus joyas le dijo que le entregara los anillos que llevaba, a lo que Cósima contestó que para que los tuviera tendría que cortarle los dedos. El bandido así lo hizo, de un machetazo le cortó los dedos. Sin embargo, Cósima siempre recordaría su apostura, pues le dejó una gran impresión y solventaría la mutilación usando unos guantes rellenos que hacían parecer que tenía dedos.

Laura Díaz aparece desde muy niña muy apegada a su abuela con quien comparte secretos y confidencias. Cada capítulo describe sus progresos, sus sentimientos, sus anhelos, sus deseos e inquietudes transitando por las tradiciones veracruzanas de socialización de vida en familia. Laura pasó algún tiempo en la ciudad de Xalapa, en Veracruz, dónde fue testigo de atroces sucesos como la muerte de su medio hermano Santiago a manos de sus enemigos ideológicos.

La protagonista se relaciona con hombres que desean verse favorecidos con su aceptación hasta que llegó Juan Francisco López Greene que con sus ojos verdes y su fisonomía extraña, entre negra e indígena, la cautiva y se casa con él, teniendo dos hijos Santiago y Dantón.

Aparecen en la narración personajes históricos tan conocidos como los pintores Diego Rivera y Frida Khalo, su mujer, haciendo hincapié en el Méjico post-revolucionario y la forma en que Laura Díaz participa, su interacción con estos artistas y la sociedad de intelectuales a la que pertenecen.

La ciudad de Méjico fué el lugar de encuentro con nuevas personas con quienes se relaciona nuestra protagonista y comparte eventos sociales así como amoríos clandestinos que lograron en ella transformaciones importantes en su manera de ver la vida, las personas y las situaciones. Laura Díaz se nos presenta como una mujer que logró romper con esquemas y patrones sociales y culturales, lo que le permite construir su vida y sus convicciones, valorar a las personas que la rodean, obtener ventaja de las situaciones y lograr un crecimiento como mujer fuera de serie.

Estamos ante una obra maestra. Carlos Fuentes aparece en esta gran novela como muy digno merecedor de sus numerosos galardones como el Premio Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias.

martes, 22 de julio de 2014

LAS TRES BODAS DE MANOLITA DE ALMUDENA GRANDES

En un Madrid recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antronio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimir la propaganda clandestina. Y pretenderá que sea su hermana Manolita, la señorita "Conmigo No Conteis" quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamente penitenciario de El Valle de los Caídos. Pero antes tiene que descubrir quién es el delator que merodea por el barrio.

Junto a Manolita conoceremos a la Palmera y a Eulalia unidas por el amor a su hermano Antonio, a los restos de la pandilla del barrio, a las mujeres que afrontan largas colas para ver, alambrada mediante, a sus maridos o a sus hijos en cárceles como Porlier. También conoceremos los intentos de los perdedores de organizarse en la clandestinidad y cómo el Orejas juega a dos barajas para alcanzar el éxito a pesar del fracaso que constituye su vida.

Magistralmente escrita, Las Tres Bodas de Manolita describe hechos muy poco conocidos como el de las niñas esclavas del Colegio Zabalbide de Bilbao que producen verguenza y estupor al constatar cómo colectivos supuestamente piadosos actúan con la máxima crueldad hacia unas niñas inocentes que nada tuvieron que ver en la génesis de la contienda. La lectura de la novela es un ejercicio de memoria histórica narrado desde lugares poco comunes. Es una historia de política, pobreza y lucha, de amor y de odio, de temas mundanos y utópicos. El relato es muy compacto, muy trabajado. Una novela coral en la que toman un importante protagonismo los personajes secundarios como la Palmera y Eulalia, personajes con historias muy distintas pero que se van enlazando eslabón a eslabón hasta ensamblarse en un todo. Son historias de una trama aparentemente menos atractiva que la principal pero dónde todo está unido y esta unión se hace a través de saltos temporales, de referencias al pasado y al futuro.

El lector como ya ocurriera en Inés y la Alegría ses ve empujado a una historia que desde la primera línea ya está en marcha. Desde el comienzo de la novela los personajes tratan de temas importantes y ésto que parece una complejidad añadida atrapa al lector y le hace seguir la lectura con interés.

Las Tres Bodas de Manolita es una novela completísima que radiografía uno de los momentos más oscuros de la historia de España. Pero más allá del contexto histórico, esta nueva novela de Almudena Grandes es una historia de amor, por la familia, por los amigos; dónde las emociones surgen en cada frase y cada diálogo. La autora consigue que la atención del lector no disminuya a lo largo de las setecientas páginas de la novela. Esta proeza la logra con el equilibrio que mantiene en cada momento y con los cambios de registro (si la historia de Manolita tiene varios saltos temporales, la de Isabel es lineal).

La sensación es que Grandes vuelve a sus orígenes, esto es, a las historias de mujeres fuertes que buscan sobrevivir en cualquier situación. Son mujeres con personalidades muy dispares pero con las ideas muy claras que luchan por lo que les importa. Si con El Corazón Helado la autora consiguió darle una vuelta de tuerca a una historia de amor, con Las Tres Bodas de Manolita subyuga a un lector al que mantiene con el corazón encogido y que se da cuenta de la inteligencia plasmada en la novela.

viernes, 4 de julio de 2014

GUERRA Y PAZ DE LEÓN TOLSTOI

Guerra y Paz constituye la epopeya por excelencia del pueblo ruso, su maravillosa exaltación y grandeza. En esta gran novela Tolstoi narra las alternativas de la vida de numerosos personajes de toda clase y describe casi cincuenta años de historia, desde las guerras napoleónicas hasta más allá de mediados del siglo XIX.  Describe la campaña de los rusos en Prusia con la reputada batalla de Austerlitz, la campaña de los ejércitos franceses en Rusia con la batalla de Borodino y el incendio de Moscú. Junto con las aventuras de dos familias nobles rusas, los Bolkonski y los Rostov, el autor nos ofrece la epopeya de dos emperadores Napoleón y Alejandro.

Es difícil igualar la hondura y magnificencia de esta novela que tiene por escenario los salones de San Petersburgo, las cárceles de Moscú, esplendorosos palacios y campos de batalla. Guerra y Paz se centra en la invasión napoleónica a Rusia, donde el joven Pedro Bezukhov, asume su compromiso con Elena Kagarin a quién después abandona y es partícipe del frustrado atentado contra Napoleón, por el que resulta preso y allí en la cárcel descubre el significado de la vida. La obra expone con magistral destreza la historia del ser humano y la historia de la guerra, realidad infausta que provoca desconcierto sentimental e intelectual en las almas.

Adentrarse en la lectura de Guerra y Paz es situarse ante un monumento colosal de la literatura, una de esas catedrales góticas que se edificaban sin tener en cuenta el nombre del arquitecto ni su época. Desde sus inicios hasta la recreación de sus personajes constituye una obra ambiciosa, esperanzadora e irrefrenable,
quizá una de las obras más grandes de la literatura moderna.

Es ineludible recordar aquí a Victor Hugo, su conducción de las masas y la manera pintoresca con la que definía sus personajes. Distanciados por la estepa, la educación y algunos años ambos autores realizan un cuadro en forma de epopeya de un período histórico (Victor Hugo concibe un fresco sobre Waterloo y Tolstoi sobre las invasiones de Napoleón en Rusia) además existen entre ambos numerosos puntos en común tanto en el tratamiento de la novela como en la aproximación a la psicología de sus personajes.
Sobresaliente y ajustada (sólo comparada quizá con Ana Karenina) es la caracterización de los personajes que sirve de marco a la guerra de antagonismos que dan título al libro. La dualidad sugerida es dualidad en el conflicto y en la calma y el novelista concibe desde su perspectiva de alto aristócarata la estupidez de su propia posición. De la calma inicial Tolstoi nos lleva hasta el mayúsculo caos del conflicto.

Guerra y Paz es uno de esos títulos difíciles de encontrar tanto por su extensión como por su tratamiento. Se trata sin duda de un poema sinfónico en el que las partes del texto se completan narrativamente en el contexto histórico que las entrelaza. La lectura de Guerra y Paz jamás podrá ser repetida en otra obra.

jueves, 12 de junio de 2014

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT DE JOEL DICKER

La novela comienza con la notificación de una persecución de una joven en el bosque en el verano de 1977 y continúa treinta y tres años después, en octubre de 2008.

Después de la publicación de su primera novela a los veintiocho años a Marcus Goldman le sonríe el éxito y se convierte en millonario: se muda de la casa de sus padres a un piso señorial en el Village, cambia su Ford de tercera mano por un flamante Range Rover con los cristales tintados, comienza a frecuentar restaurantes exclusivos y contrata los servicios de un agente literario que se encarga de su agenda. Alquila en Central Park un despacho en el que una secretaria llamada Denise clasifica su correspondencia, le prepara café y archiva sus documentos importantes.

Pero Marcus se bloquea y es víctima del "temor a la página en blanco" por lo que no consigue volver a escribir y cumplir sus compromisos editoriales. Llama entonces a Harry Quebert, su antiguo profesor de la universidad y uno de los escritores más leídos y respetados de América. Nuestro protagonista se instala en la casa de su mentor en la pequeña ciudad de Aurora, New Hampshire pocos meses antes de los dramáticos acontecimientos que sucederán a lo largo de la narración.

Marcus descubre que Harry estuvo enamorado de una joven de quince años llamada Nola Kellergan cuando él tenía treinta y cuatro años. Poco después unos jardineros descubren lo que sería el esqueleto enterrado de Nola Kellergan en el jardín de la casa. Harry es arrestado no sólo por considerarle culpable del asesinato de Nola sino también de la última persona que vió a Nola con vida, Deborah Cooper, una anciana de setenta y dos años.

Además se descubre junto al cadaver de Nora el manuscrito de Los Orígenes del Mal, el libro que catapultó a la fama a Harry Quebert. Marcus decide investigar en Aurora a la gente que conoció a Nola Kellerman y a Harry para poder defenderle y escribir un libro sobre el caso. Pronto se dá cuenta de que Nola es una gran desconocida para la mayoría de las personas que la trataron.

Nadie sabe, en realidad, quien fué Nola que aparece con una personalidad extraña y misteriosa. Nadie sabe por qué salieron los Kellergan de Alabama y vinieron a parar a Aurora. Nadie sabe que los movimientos de Nola los observaba alguien que se agazapaba entre las sombras. Y sobre todo, nadie sabe que Nola tenía una relación con Elijah Stern un rico industrial de la ciudad de Concord, de cuarenta años y con el jefe Pratt de la policía estatal.

Nola es una joven perdida, golpeada y torturada, sometida en su casa  a simulacros de ahogo como los que se llevan a cabo en Guantánamo. Se había convertido en el objeto sexual de Elijah Stern quien enviaba a su hombre de confianza a recogerla para llevarla a su casa. Mitad mujer, mitad niña, a merced de las fantasías de los hombres de Aurora Nora es una víctima y todo lo que la rodea un misterio.

La verdad sobre el caso Harry Quebert es una excelente novela que atrapa la atención del lector de principio a fin. Ha ganado el Premio Goncourt des Lycéens,  Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa.


viernes, 6 de junio de 2014

LUCIA, LUCIA DE ADRIANA TRIGIANI.

Lucía, Lucía es una atractiva historia pero Adriana Trigiani no ha sido capaz de desarrollarla suficientemente por lo que queda bastante limitada. Sin embargo, comienza con una buena estrategia narrativa: la de partir del presente para a partir de ahí relatar el pasado en primera persona. La novela adolece de defectos narrativos evidentes que restan brillantez a la narración y hacen que resulte anodina. Se echa de menos una mayor versatilidad en el lenguaje y un rítmo más fluido.

La historia comienza con la aparición de Kit Zanetti, una aspirante a dramaturga que ocupa un apartamento en un viejo edificio del East Village, dónde las reparaciones siempre son a medias y siempre quedan sin realizarse del todo. Allí vive también Lucía, una mujer de setenta y ocho años que es tía del propietario del edificio. Una tarde Lucía invita a Kit a tomar el té a su apartamento y allí le cuenta la historia de su vida. La narración vuelve así al pasado que será relatado como tiempo presente y en primera persona.

Nueva York, decada de los cincuenta. Lucía Sartori tiene veinticinco años, es hija de un próspero inmigrante italiano y vive en el corazón de Greenwich Village. La joven parece tenerlo todo: un buen trabajo como modista especializada en los prestigiosos almacenes Altman y Co. de la Quinta Avenida, una familia que la quiere, unos amigos con los que comparte buenos ratos y un prometido. Lucía disfruta de las reuniones familiares, las salidas con las amigas, las charlas con su jefe el diseñador Delmarr, las fiestas de barrio en Litle Italy y las noches de jazz en el hotel Carlyle. Sin embargo, el tiempo pasa, la presión social que espera de ella matrimonio e hijos aumenta y Lucía se ve ante el dilema de casarse, lo que supondría ejercer exclusivamente de esposa y madre o continuar con su trabajo y sus sueños.

Para escándalo de muchos elegirá su independencia y aunque la ruptura de las convenciones sociales deje, inevitablemente, secuelas saldrá adelante hasta que conoce a un hombre joven y misterioso con el que se promete en contra de la opinión de su padre. Sin embargo, la familia cede y se organiza una gran boda que tendrá para Lucía un desenlace funesto.

Pese a todos sus defectos narrativos es un relato agradable y  está bien presentada en la novela el modo de vida de los inmigrantes italianos de Greenwich Village en los años cincuenta, sus costumbres, cultura y aspiraciones así como la diferencia de vida entre Italia y América y sobre todo el mundo de la alta costura en ese tiempo. 

martes, 27 de mayo de 2014

CUENTOS COMPLETOS DE SCOTT FITZERALD

Cabeza y Hombros. Titulado en un principio Nest Feathers, el cuento fue uno de los que Fitzgerald escribió en el otoño de 1910, después de que aceptasen publicar su primera novela, A este lado del Paraíso. El relato anticipa, de manera curiosa, su propia vida. Si el matrimonio obliga a Horace, un prometedor joven erudito en Filosofía, a abandonar sus estudios y dedicarse al mundo del espectáculo, el matrimonio del autor con Zelda Sayra en abril de 1920 pronto obligaría a Fitzerald a dedicarse a escribir y vender literatura de evasión.

Berenice se Corta el Pelo. Ocupa una posición importante en el canon de Fitzerald como temprano e ingenioso tratamiento de un tema característico sobre el que el autor volvería, más tarde en un tono más serio: la lucha por el éxito en la sociedad y la determinación con que sus personajes se entregan a ella. El cuento se basa en el detallado memorandum que el autor le envió a su hermana Annabel aconsejándole como conquistar la admiración de los chicos: cultiva un determinado encanto físico.

El Palacio de Hielo. Fue el primero de una serie de relatos en los que Fitzerald consideraba las diferencias tanto culturales como sociales entre el Norte y el Sur. El autor era completamente consciente de la influencia del Sur sobre sus heroínas, reforzada por su matrimonio con una belleza de Alabama.

El Pirata de la Costa. Fue el tercer cuento que el autor publicó en el Saturday Evening Post y demuestra sus rápidos progresos como versátil narrador. Es el primer relato en el que se desarrolla el tema, recurrente en la obra de Fitzerald, de una heroína conquistada por la extraordinaria hazaña de su enamorado.

Primero de mayo. Es la primera gran novela corta de Fitzerald, publicada durante su primer año de escritor profesional. Primero de mayo (S.O.S.) fue la obra de mayor éxito entre las que inspiró el interés ocasional del autor por la escuela narrativa naturalista y determinista. Está inspirado en la sensación de fracaso del autor durante la primavera de 1919 cuando trabajaba en una agencia de publicidad de Nueva York.

El Gominola. Fue escrito como continuación de El Palacio de Hielo. Fitzerald añadió este comentario cuando incluyó el Gominola en Cuentos de la era del jazz: "Esta es una historia del Sur que se desarrolla en la pequeña ciudad de Tarleton en Georgia. Siento un gran afecto por Tarleton pero no sé por qué cada vez que escribo un cuento sobre Tarleton recibo cartas de todos los puntos del Sur criticándome abiertamente. El Gominola también mereció una buena dosis de cartas reprobatorias".

El Extraño Caso de Benjamin Button.  Fue su segundo relato de corte fantástico, un estilo en el que escribió algunos de sus cuentos más brillantes y que quizá le atraía por su tensión entre romanticismo y realismo, así como por el desafío que la fantasía plantea: convertir lo imposible en verosímil.

El Diamante tan Grande como el Ritz. Titulado primero el Diamante en el Cielo. Este clásico de la novela breve fue rechazado por el Post y por otras revistas de gran circulación, incluso después de que Fitzerald eliminara entre cuatro y cinco mil palabras. Los responsables de las revistas consideraron el cuento incomprensible, blasfemo, o una desagradable sátira contra los ricos.

Sueños de Invierno. Escrito mientras Fitzerald ideaba su tercera novela, El Gran Gatsby. Es el más convincente de los cuentos que guardan relación con el mundo de Gatsby. Trata, como la novela, de un joven cuyas ambiciones acaban identificándose con la conquista de una muchacha rica y egoista. Los cuatro últimos párrafos del relato destacan por la compleja explicación que Fitzerald ofrece sobre la sensación de transitoriedad de Dexter, el protagonista, que se duele por haber perdido la capacidad para sentir dolor.

Estos cuentos se caracterizan por haber sido los precursores y las pruebas de El Gran Gatsby y de Suave es la Noche. Generalmente, en ellos Fitzerald cosifica las sensaciones al mismo tiempo que humaniza los objetos dotándolos de vida lo que da lugar a un original efectismo. En cuentos sucesivos el protagonista luchará tenazmente aunque sin éxito por el amor de una muchacha bella y frívola. Sin embargo, conseguirá salir indemne de la prueba y optará por dedicarse a su realización personal.

jueves, 8 de mayo de 2014

HISTORIA DE MAYTA DE MARIO VARGAS LLOSA

Mario Vargas Llosa fragua la historia de Mayta basándose en  un hombre que conoce de referencias y a través de periódicos, recortes y testimonios de diferentes conocidos implicados en la vida del verdadero Mayta y en las acciones que llevó a cabo.

Pero, pese a todo, la historia de Mayta es pura ficción basada en una historia real. El autor hace pasar a Mayta por un antiguo condiscípulo del colegio de los Salesianos dónde Mario Vargas Llosa estudió. A partir de ahí finge una amistad con él  y una posterior desvinculación con su vida para paso a paso ir reconstruyendo la historia con testimonios de familiares y compañeros de partido, de lucha, de vivencias.

El método que emplea el autor es ir intercalando las entrevistas y averiguaciones que hace sobre su supuesto condiscípulo con la vida novelada y ficticia de su personaje, manteniendo de esta manera más vivamente la atención del lector.

La historia está narrada en primera persona y parece autobiográfica. Mario Vargas Llosa rememora su adolescencia y juventud en Lima, ciudad a la que dedica especial atención al describirla. Una atención que es a la vez de amor y de resentimiento. De amor, por los agradables recuerdos de los lugares que frecuentaba en su adolescencia, de resentimiento por la pobreza, suciedad y carencias de la capital durante los años cincuenta  y sesenta.

Mayta es un cuarentón de pies planos que se ha pasado la vida en las catacumbas de la revolución teórica y de las intrigas revolucionarias. Aprista, disidente, moscovita, disidente y troskista. Todas las idas y venidas, todas las contradicciones de la izquierda de los años cincuenta se reflejan en la narración. El protagonista ha estado escondido, preso, ha vivido siempre en la penuria, pero la frustración no lo ha amargado ni corrompido. Se conserva honesto, idealista a pesar de una vida castrante.

En la cara de Mayta, exhausta y tensa se trasluce, de algún modo esa probidad secreta, incólume ante los reveses, esa pureza juvenil capaz de reaccionar con la misma indignación contra cualquier injusticia en su país o en el último rincón del mundo, y esa convicción justiciera de que la única tarea impostergable y urgentísima era cambiar el mundo.

El protagonista perteneció al partido comunista del que le expulsaron mientras estuvo en la cárcel. El partido estaba en la ilegalidad y era minúsculo. En la cárcel, con su espíritu de contradicción empezó a sentir simpatias heréticas. Daba conferencias a los presos sobre el doble poder, la revolución permanente y la esclearosis del estalinismo.

Mayta junto con Vallejos,  un teniente que conoce en una fiesta de su tía Josefa, planea una acción revolucionaria en Jauja, en los Andes peruanos. Si la insurrección conseguía durar, desarrollarse, socavar aquí y allá el poder burgués obligándole a quitarse la máscara liberal y a mostrar su cara sangrienta, la clase obrera iría sacudiéndose de su letargo, de los engaños reformistas de sus líderes corruptos, de la ilusión de que podía coexistir con la clase entreguista e incorporarse a la lucha.

La historia de Mayta sirve de pretexto a Mario Vargas Llosa para hacernos una radiografía del Perú de la época, los años sesenta, los diferentes partidos políticos de izquierdas que se enfrentaban al poder reinante: el POR, los pablistas, los antipablistas, las luchas y desencuentros en sus filas. El genio narrativo del autor permite aunar todos estos elementos sin que el relato resulte pesado gracias a la sabia interpolación de realidad con ficción.