Lucía, Lucía es una atractiva historia pero Adriana Trigiani no ha sido capaz de desarrollarla suficientemente por lo que queda bastante limitada. Sin embargo, comienza con una buena estrategia narrativa: la de partir del presente para a partir de ahí relatar el pasado en primera persona. La novela adolece de defectos narrativos evidentes que restan brillantez a la narración y hacen que resulte anodina. Se echa de menos una mayor versatilidad en el lenguaje y un rítmo más fluido.
La historia comienza con la aparición de Kit Zanetti, una aspirante a dramaturga que ocupa un apartamento en un viejo edificio del East Village, dónde las reparaciones siempre son a medias y siempre quedan sin realizarse del todo. Allí vive también Lucía, una mujer de setenta y ocho años que es tía del propietario del edificio. Una tarde Lucía invita a Kit a tomar el té a su apartamento y allí le cuenta la historia de su vida. La narración vuelve así al pasado que será relatado como tiempo presente y en primera persona.
Nueva York, decada de los cincuenta. Lucía Sartori tiene veinticinco años, es hija de un próspero inmigrante italiano y vive en el corazón de Greenwich Village. La joven parece tenerlo todo: un buen trabajo como modista especializada en los prestigiosos almacenes Altman y Co. de la Quinta Avenida, una familia que la quiere, unos amigos con los que comparte buenos ratos y un prometido. Lucía disfruta de las reuniones familiares, las salidas con las amigas, las charlas con su jefe el diseñador Delmarr, las fiestas de barrio en Litle Italy y las noches de jazz en el hotel Carlyle. Sin embargo, el tiempo pasa, la presión social que espera de ella matrimonio e hijos aumenta y Lucía se ve ante el dilema de casarse, lo que supondría ejercer exclusivamente de esposa y madre o continuar con su trabajo y sus sueños.
Para escándalo de muchos elegirá su independencia y aunque la ruptura de las convenciones sociales deje, inevitablemente, secuelas saldrá adelante hasta que conoce a un hombre joven y misterioso con el que se promete en contra de la opinión de su padre. Sin embargo, la familia cede y se organiza una gran boda que tendrá para Lucía un desenlace funesto.
Pese a todos sus defectos narrativos es un relato agradable y está bien presentada en la novela el modo de vida de los inmigrantes italianos de Greenwich Village en los años cincuenta, sus costumbres, cultura y aspiraciones así como la diferencia de vida entre Italia y América y sobre todo el mundo de la alta costura en ese tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario