viernes, 29 de abril de 2016

LA ASTILLA DE IRA LEVIN

Kay Norris, editora, deja su viejo apartamento y se traslada a un lujoso y altísimo edificio, famoso por la muerte en extrañas circunstancias de varios de sus inquilinos, en los últimos años. Kay inicia una relación con Pete Henderson, uno de los inquilinos, que resulta ser el dueño del edificio, y una noche le confiesa su mayor secreto: tiene instaladas cámaras en todos los pisos y desde una habitación es testigo de las intimidades de todos los inquilinos.

Ira Levin es injustamente de los autores del género de terror más reconocidos a nivel mundial, tiene muy poca producción pero consiguió colocar tres de sus libros en el top de ventas y llevarlos a la gran pantalla: La Astilla, El Hijo del Diablo y Los Niños del Brasil. Y digo que es injustamente reconocido porque no es un buen escritor, pero eso sí, tiene mucha imaginación.

Para mí La Astilla es su mejor novela. Estamos en un edificio de lujo de Manhattan, dónde el dueño del edificio ha instalado cámaras en todos los pisos para espiar a sus vecinos. El voyeur se enamora y tiene relaciones con una de sus vecinas, que acaba conociendo el secreto y compartiéndolo con él. Pero en este edificio se producen muertes cada poco tiempo y es así porque a cada vecino que descubre las cámaras el voyeur lo mata.

El climax se de la novela se irá haciendo cada vez más intenso hasta acabar en tragedia. El final es algo inverosímil, pero me gusta la moraleja. El Gran Hermano que vemos por la tele no es nada real, es gente que sabe que toda España les está mirando, puede que con el paso del tiempo, se puedan llegar a olvidar que hay cámaras, al menos momentáneamente, pero jamás se olvidan de que el que gane se lleva el premio, así que jamás, por mucho que se diga, son genuinos y auténticos, sino actores de pacotilla. Pero hay que imaginarse que se puede ver lo que hacen los vecinos, sin que lo sepan, la moraleja del libro dice que espiar es un delito, pero si lo pruebas es peor que la heroína, y es que todos tenemos algo de voyeur.

La idea de la novela es muy buena, pero el desarrollo es lento, y daba mucho juego para que pasaran muchas más cosas, pero para mi gusto y como dije anteriormente, Ira Levin tiene mucha imaginación pero no le saca todo el juego a sus novelas, aún así es pasable.

martes, 26 de abril de 2016

LA CAJA DE MARFIL DE JOSE CARLOS SOMOZA

La Caja de Marfil guía a los lectores de Somoza por caminos menos enrevesados de los acostumbrados. Nos narra la historia de la búsqueda de una adolescente en un pequeño pueblo andaluz. Búsqueda que empieza por una frase (Nunca regresaré y si me buscas me encontrarás muerta) que ayuda a intuir al lector los derroteros por dónde podría circular el argumento. Aunque nos narra con verosimilitud la vida de un pueblo costero andaluz no es una novela costumbrista.

Tampoco, aunque lo parezca, es una novela detectivesca al uso (más propicio del también magnífico Lorenzo Silva) pese a que las palabras de la mayoría de los diálogos salgan de la boca de uno de ellos. Esta es, simplemente, otra obra de Somoza, enrocada en sus libros basados en el pueblo ficticio Roquedal, dónde vuelve a calibrar con excelencia la personalidad de cada protagonista, haciéndonos participar de sus sueños y deseos más profundos, rayando a veces, la genialidad de Mirakami, artista contemporáneo de lo etéreo.

Es, para muchos, una novela menor del cubano, en el sentido de que nos narra universos más mundanos y cercanos, diferentes a los que ya estamos acostumbrados de él (viajes en el tiempo, ciencia ficción, terror, sectas, erotismo).

Quizás en esa dirección esté de acuerdo con sus detractores, aunque bien es cierto que la culpa no es la inexistente baja calidad literaria de esta caja de marfil sino de lo enormemente mal acostumbrados que estamos sus seguidores.

En esta pequeña historia, como ya he dicho, nos encontramos con la búsqueda de una adolescente perdida. Quirós, un investigador privado venido a menos y Nieves, una antigua profesora de la desaparecida se unen en colorido grupo en medio de ese pueblo desconocido para ellos.

Como es habitual en este tipo de literatura, las pistas van y vienen en la trama y los personajes secundarios -algunos estupendos como el grupo de jóvenes skins- introducen en la búsqueda diversas tonalidades que hacen que no te aburras con el paso de las páginas. Tambiés es extraordinaria la capacidad del autor de introducir elementos metaliterarios de gran nivel o los acertados momentos de vigilia o ensoñación.

Si no has leído a Somoza te recomiendo que empieces por otros libros más espectaculares o atrayentes -y que más encajan con la idiosincrasia de la página- como pueden ser La Dama número trece o Zig Zag, pero no duddes en adentrarte en esta trama andaluza si sólo recuerdas maravillas de este prolífico escritor. No te decepcionará. Por cierto, sacará pronto una nueva novela Habrá otro día Somoza.

miércoles, 6 de abril de 2016

CINCO ESQUINAS DE MARIO VARGAS LLOSA

"Si hay un tema que permea, que impregna toda la historia es el periodismo, el periodismo amarillo, el periodismo del escándalo, como un arma política para desprestigiar y aniquilar moralmente a todos sus adversarios. Al mismo tiempo, también está la otra cara, cómo el periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un instrumento de liberación, de defensa moral y cívica de una sociedad. Esas dos caras del periodismo son uno de los temas centrales de Cinco Esquinas."

Corren los años 90 y Lima se desangra entre los secuestros extorsivos y la violencia de Sendero Luminoso. El toque de queda obliga a Chabela a quedarse a dormir en la casa de su amiga Marisa. Y así, en medio de la noche, casi por casualidad y sin previo aviso, nace una pasión inconfesable. Las amigas se convierten en amantes.

Marisa está casada con el exitoso empresario chileno Enrique Cárdenas, Quique para los amigos. Uno de ellos y muy bueno es Luciano, el marido de Chabela, un intachable y conservador abogado. Ambas familias representan lo mejor de la sociedad limeña. Y mientras las amigas se entregan a su aventura amorosa, Quique recibe en su oficina a Rolando Garro, el inescrupuloso director del semanario amarillista Destapes, que viene a enseñarle las comprometidas fotografías de una orgía en la que el empresario participó hace tiempo y quiere olvidar. En principio, el periodista no parece dispuesto a extorsionarlo, pero la reputación de Quique está en juego y angustiado recurre a su amigo Luciano. Juntos deciden esperar la próxima jugada de Garro que no tarda en llegar.

Cuando Quique lo despacha con cajas destempladas y Garro publica las fotografías, estalla finalmente el escándalo. Como si fuera poco, al día siguiente el cadáver de Garro aparece en el marginal barrio limeño de Cinco Esquinas. Y es allí dónde irrumpen dos personajes cruciales. Por un lado, Juan Peineta, un anciano recitador de versos y mediocre excómico televisivo al que Garro llevó a la ruina en otra época con sus hirientes artículos y al que intentarán cargarle el crimen. Y por el otro, Julieta Leguizamón, alias Retaquita, implacable reportera y fiel discípula de Garro, que no se detendrá hasta conocer la verdad sobre el asesinato de su jefe. Sus denuncias van contra Enrique Cárdenas, pero todo se alterará cuando la Retaquita reciba una llamada del Doctor, verdadero hombre fuerte en la sombra del régimen de Alberto Fujimori.

Cinco Esquinas es una gran novela coral de ágil diálogos y ritmo vertiginoso en el que el autor se sirve del marco y de algunos elementos del género negro -como bien hizo en el pasado con novelas como ¿Quién mató a Palomino Molero?, Lituma en los Andes o incluso la reciente El héroe Discreto- para llevar el relato más allá de una trama detectivesca.

Heredero de la mejor tradición realista, Vargas Llosa traza aquí un implacable retrato del Perú de Fujimori. Pero Cinco Esquinas no es sólo una novela política o de denuncia. Es mucho más que eso. El agudo escrutinio psicológico al que somete el autor a sus personajes, sin caer jamás en valoraciones morales ni juicios fáciles, abre el juego argumental a reflexiones de gran calado sobre la hipocresía y el cinismo, tanto de la clase dirigente como del establishment económico, o sobre la doble moral de unos y otros entre la esfera pública y la vida privada. Pero la novela también incita a reflexionar sobre la libertad de prensa y los peligros de la adulteración informativa -cuando el periodismo degenera en sensacionalismo -, o ya de plano, en la manipulación política de los medios bajo regímenes corruptos.

Tan intensa y cautivadora como incómoda en su trasfondo, Cinco Esquinas es el regreso del mejor Mario Vargas Llosa a su ámbito natural; la novela. Un regalo del noble peruano que se deja paladear con fruición y hará pensar al lector, tras un agridulce, desconcertante y ocurrente happy end.

lunes, 4 de abril de 2016

INES DEL ALMA MÍA DE ISABEL ALLENDE

"El héroe de las campañas de Flandes e Italia, de las revueltas del Perú y la conquista de Chile, el militar más famoso y valiente del Nuevo Mundo, no se atrevía a enfrentarse a una mujer y por eso llevaba dos meses escondido en una nave".

Me lo pensé varias veces antes de animarme a leer Inés del Alma Mía de Isabel Allende. El título me sugería una novela romanticona escrita a modo de cartas de amor entre Pedro de Valdivia, conquistador y fundador de Chile, y su valerosa amante, Inés Suárez. Acababa de leerme La Malinche de Laura Esquivel y no quería volver a tropezar con una de esas escribientes hispanoamericanas que publican para mujeres de clases altas que leen un rato mientras se les seca la pintura de los pies. Me lo pensé varias veces porque son muchos los críticos que catalogan a Isabel Allende como una mala escritora, una mala copia de los grandes maestros del boom latinoamericano. 

Por esa regla la Casa de los Espíritus sería algo así como una hija bastarda de Cien Años de Soledad. Yo pienso que hija sí lo es; pero sobre lo de bastarda tengo mis dudas. Porque si  bien al principio se nota a la autora pisando cautelosa sobre terrenos ajenos, ya avanzada la novela camina sobre firme, encontrando su propio tono y estilo. La Casa de los Espíritus es una de mis novelas favoritas y la razón de que a pesar de las dudas decidiera darle a Isabel Allende un voto de confianza para entrar en las páginas de Inés del Alma Mía.

Para mi sorpresa la novela no es ni de lejos una novela epistolar de corte romántico, sino una crónica autobiográfica -¿quién demonios elige los títulos de las novelas?- La autora construye su narración desde el respeto a una extensa investigación documental y a sus orígenes mestizos. Este dato es importante porque no es fácil para los escritores iberoamericanos enfrentar el tema de la conquista sin lastimar fibras patrias. Además, Isabel Allende ha defendido el rescate, para la literatura, de personajes femeninos llenos de fuerza y pasión y la extremeña Inés Suárez encaja a la perfección con este perfil. Pero ¿qué ocurre cuando el personaje femenino pertenece a esos "extraños enemigos" sobre los que se ha construido la identidad nacional americana durante los últimos doscientos años? La autora comete el acierto de no limitarse a juzgar sino a tratar de entender.

¿Qué llevó a esos hombres y mujeres de Castilla a dejar su tierra en busca de un Nuevo Mundo? Para la historia oficial de los países americanos sólo existe una respuesta: su ambición desmedida por el oro. Pero la realidad es mucho más compleja. Allende dedica los dos primeros capítulos de la novela a narrar la realidad española de la época: sus guerras en Flandes y en Italia, sus conflictos internos, el perfil de sus habitantes, las historias de sus protagonistas antes de cruzar el mar océano. Es a partir del tercer capítulo que empieza a contarse la expedición de la conquista de Chile y la fundación y construcción de la ciudad de Santiago.

Uno podrá cuestionarse si es realmente necesario que la autora dedique tantas páginas a ambientar la historia que quiere contar, pero para cuando empieza la aventura de Chile el lector es plenamente consciente de que el protagonista, Pedro de Valdivia, no es un oportunista cualquiera, sino un valiente soldado del emperador Carlos V que combatió en Flandes y en Italia; para cuando empieza la aventura de Chile el lector es consciente de que no a todos los conquistadores les movía su sed de oro; a los verdaderamente grandes les movía algo más profundo; la necesidad de "dejar fama y memoria".

La historia de la conquista de Chile, como la conquista de América en general, es una historia fascinante y desgarradora que se cuenta por sí sola. No necesita demasiados artificios literarios para atrapar al lector. Algunos de esos artificios te los ofrece la misma realidad iberoamericana....En Inés del Alma Mía la autora se encuentra una y otra vez con historias casi mágicas que no puede ignorar y que deja que pueblen su relato: la aparición a caballo del apóstol Santiago en su encarnizada lucha contra los indios, el descubrimiento milagroso de un ojo de agua en pleno desierto de Atacama, cuando ya la expedición estaba al borde del colapso, las predicciones sabias de su fiel india y yanacona que sabe siempre lo que va a ocurrir antes de que ocurra...

Los ejemplos son abundantes; sin embargo no es una novela de aventura y fantasía contada para celebrar la conquista. La autora no se censura a la hora de enumerar las atrocidades cometidas por los españoles contra los pueblos nativos -sería injustificable e imperdonable que no lo hiciera-. Siento que ese es uno de los grandes aciertos de la novela: esa sensación de grandeza y miseria, de aventura y lucha, de orgullo y vergüenza , que transmite en cada una de sus páginas. Porque ese es el origen de la historia nacional de los iberoamericanos y por eso les cuesta tanto reconciliarse con su pasado.

Los personajes además, son reconstruidos por las circunstancias: el Pedro de Valdivia original: soñador, noble y amante termina convertido en un gobernador despótico, sanguinario -hay páginas sobre los castigos a los indios mapuche que destrozan al lector más insensible- y amargado. Su trágica muerte en el capítulo final (perdón por el spoiler pero es Historia) se agradece como justicia divina. Inés, mientras tanto, protagonista indiscutible de la novela, se eleva como la gran mujer al lado del gran hombre sin cuya participación la conquista, fundación y construcción del Reino de Chile no hubiera sido posible.

Sólo un gran defecto le veo a la novela: a la autora se le olvidó novelar. El enfoque elegido de la crónica autobiográfica queda aplastado por la propia historia que se lee más como un ensayo bien contado que como una buena novela. A la autora le sobraron conocimientos y buenas intenciones pero le faltó el talento del escritor que sabe lo que quiere contar y sabe cómo contarlo. Y al final se le nota la prisa, la necesidad de terminar una historia de la que todavía le queda mucho por decir, una historia a la que le crecen nuevas historias -la guerra de la Araucaria frente al fascinante mapuche Lautaro-, una historia enorme, la conquista de América, sobre la que todavía queda mucho por escribir, discutir y, sobre todo, novelar con maestría.