Kay Norris, editora, deja su viejo apartamento y se traslada a un lujoso y altísimo edificio, famoso por la muerte en extrañas circunstancias de varios de sus inquilinos, en los últimos años. Kay inicia una relación con Pete Henderson, uno de los inquilinos, que resulta ser el dueño del edificio, y una noche le confiesa su mayor secreto: tiene instaladas cámaras en todos los pisos y desde una habitación es testigo de las intimidades de todos los inquilinos.
Ira Levin es injustamente de los autores del género de terror más reconocidos a nivel mundial, tiene muy poca producción pero consiguió colocar tres de sus libros en el top de ventas y llevarlos a la gran pantalla: La Astilla, El Hijo del Diablo y Los Niños del Brasil. Y digo que es injustamente reconocido porque no es un buen escritor, pero eso sí, tiene mucha imaginación.
Para mí La Astilla es su mejor novela. Estamos en un edificio de lujo de Manhattan, dónde el dueño del edificio ha instalado cámaras en todos los pisos para espiar a sus vecinos. El voyeur se enamora y tiene relaciones con una de sus vecinas, que acaba conociendo el secreto y compartiéndolo con él. Pero en este edificio se producen muertes cada poco tiempo y es así porque a cada vecino que descubre las cámaras el voyeur lo mata.
El climax se de la novela se irá haciendo cada vez más intenso hasta acabar en tragedia. El final es algo inverosímil, pero me gusta la moraleja. El Gran Hermano que vemos por la tele no es nada real, es gente que sabe que toda España les está mirando, puede que con el paso del tiempo, se puedan llegar a olvidar que hay cámaras, al menos momentáneamente, pero jamás se olvidan de que el que gane se lleva el premio, así que jamás, por mucho que se diga, son genuinos y auténticos, sino actores de pacotilla. Pero hay que imaginarse que se puede ver lo que hacen los vecinos, sin que lo sepan, la moraleja del libro dice que espiar es un delito, pero si lo pruebas es peor que la heroína, y es que todos tenemos algo de voyeur.
La idea de la novela es muy buena, pero el desarrollo es lento, y daba mucho juego para que pasaran muchas más cosas, pero para mi gusto y como dije anteriormente, Ira Levin tiene mucha imaginación pero no le saca todo el juego a sus novelas, aún así es pasable.
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