lunes, 15 de septiembre de 2014

ADULTERIO DE PAULO COELHO

El aburrimiento ante una vida sin problemas o complicaciones parece ser, a su vez, una causa de grandes frustraciones para el ser humano, no sólo en la actualidad sino a lo largo de la historia. Ello obliga a muchas personas a coquetear con lo prohibido, especialmente si implica infidelidades, básicamente porque ésto aporta un nivel de emoción y excitación elevados. Pero rara vez conduce a alcanzar la felicidad. Esta parece ser la moraleja que Coelho trata de explicar en Adulterio, a través de la experiencia vivida por Linda, la protagonista. A su vez, como explícitamente afirma, el amor será la única forma de escapar de una vida monótona y sin sentido. El problema está  en descubrir dónde está realmente el amor ¿en una vinculación espiritual y comprometida aunque carezca de emoción? ¿en un romance? ¿o en ninguna de éstas?

En primer lugar, cuesta determinar si Adulterio es una novela corta o un cuento largo. No tanto por la extensión (más de doscientas páginas en letra de considerable tamaño), sino por su construcción. Se espera de una buena novela que desarrolle en detalle la personalidad y demás características de los distintos personajes, que describa con prolijidad los sitios dónde transcurre e incluso los objetos y, sobre todo, que mantenga cierta ilación, cierto paso suave o al menos no muy brusco de una escena a otra. Nada de ésto está presente en la más reciente obra de Paulo Coelho. 

Por lo demás está escrita con el característico estilo claro y sencillo de este autor de best sellers aunque no tiene la frescura ni la novedad de El Alquimista o de Diario de un Peregrino. Aunque en mucha menor medida que en sus conocidos trabajos de espiritualidad y superación personal intercala, como de costumbre pasajes bíblicos, enseñanzas místicas e incluso anécdotas de la mitología griega. También sobresalen sus frases impactantes, como cuando el chamán aconseja a Linda que "debemos llevar todas las cosas hasta el final" o cuando Linda afirma que "no escogemos nuestra vida pero decidimos qué hacer con las alegrías y tristezas que recibimos (un planteamiento muy parecido al de la frase del final de Bajo la misma estrella de John Green.)

Coelho utiliza la narración en primera persona para darle un carácter más intimista al relato. Toda la historia es contada por la propia Linda, en forma directa y sin grandes elucubraciones. Es de destacar un "toque" distinto en Adulterio al del resto de sus novelas. Se trata de una especie de introducción  o de experimento hacia el género de la llamada novela erótico-romántica que tanto tirón ha generado en los últimos años.

En efecto, las pocas escenas íntimas entre Linda y Jacob están salpicadas de una descripción de sexo explícito, cargado de cierto nivel de sadomasoquismo.Tanto este último aspecto como la caracterización de los protagonistas -jóvenes, bien parecidos, con éxito- constituyen el núcleo de la mayoría de las novelas de este género.

La obra gira en torno al último año en la vida de Linda, una mujer suiza, guapa, de treinta y un años, casada con uno de los trescientos hombres más ricos del país; tiene dos hijos y trabaja como periodista en un diario importante de Ginebra, dónde vive. Posee todos los lujos y comodidades que el dinero puede comprar, además del amor de un marido amable y cariñoso. Pero no es feliz. Duerme mal y siente que su vida es monótona y aburrida. Hasta que casi por casualidad deber ir a entrevistar a un joven político en ascenso, con una carrera prometedora. Resulta que se trata de Jacob Köning, un año menor que ella con quien había tenido un romance en los años de instituto y a quien no veía desde entonces. 

Comienza así una obsesión de Linda por Jacob, quien trata de ignorarla durante algún tiempo. Desesperada, la protagonista llega incluso a maquinar un plan contra Marianne, la mujer de Jacob para que éste la abandone, que la lleva a comprar cocaína con el fin de dejarla en el despacho de Marianne para que ésta sea acusada de traficante de drogas.

La historia es pesada y repetitiva y sólo se aligera un poco al final del relato. Nada que ver con sus primeras obras dónde si no se distinguía por su lenguaje sí que lo hacía por su originalidad, frescura e imaginación. Ninguna de estas cualidades está presente en Adulterio. Una pena. Echaremos de menos al Paulo Coelho de los primeros tiempos.

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