Julia Navarro se ha convertido en una de las escritoras de habla hispana con más éxito en los últimos tiempos. Esta es su segunda novela después de La Hermandad de la Sábana Santa y realmente me ha sorprendido gratamente.
Es que la autora se maneja bien con los tiempos y genera suspenso, sin nada que envidar a los especialistas del género. Me atrajo el nombre, La Biblia de Barro, pensando que me iba a encontrar con una novela histórica, pero me hallé inmersa en una novela de intriga y espionaje con buen ritmo y acción.
La historia tiene la vivencia de transcurrir en un pasado reciente en Irak, en los meses previos a la invasión norteamericana a este país. La novela está centrada en un grupo de arqueólogos que convencidos de haber hallado el lugar donde estarían las legendarias tablillas que estarían escritas por el propio Abraham bíblico, emprenden una carrera contra reloj excavando y recuperando tesoros arqueológicos antes de que estalle el inminente conflicto bélico.
Básicamente la novela relata la historia de cuatro amigos supervivientes al holocausto, los cuales hacen un pacto de venganza y por casualidad descubren que el arqueólogo que está tras las excavaciones es un exmiembro de la SS nazi al que habían jurado matar. Este es parte de una organización formada por antiguos camaradas y que se ha hecho rica robando y traficando piezas arqueológicas de los museos.
La novela es un poco larga, sobre todo al principio, con demasiados personajes, lo cal la hace un poco confusa en su trama. No hay un típico héroe con quien sentirse identificado, sólo hombres corruptos, asesinos a sueldo y víctimas de las circunstancias, por lo que se hace difícil tomar parte por un grupo o por el otro. La autora tampoco se priva de hacer algunas consideraciones políticas a través de sus personajes, sobre todo de los periodistas que cubren la guerra. Esto me parece innecesario y no hace más que estirar la novela más allá de lo aconsejable.
Hay una parte dónde se relatan los horrores sufridos por los protagonistas en un campo de concentración en la segunda guerra mundial, que me parecen de una crueldad extrema y que no aportan nada a la trama; se podrían haber obviado o por lo menos haberlos suavizado.
Seguramente es la forma que eligió la autora para justificar el odio a pesar del paso de los años. En resúmen, me pareció creíble y con buen ritmo y abre una puerta de expectativa a sus próximas obras.
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