martes, 19 de mayo de 2015

SI TE DICEN QUE CAÍ DE JUAN MARSÉ

Uno de los clásicos contemporáneos de la literatura española. Tras leerlo, comprendo que figure dentro de este selecto grupo: su calidad es innegable. Pero su complejidad también. No es un libro fácil, pero merece la pena leerse. Escrito a finales de los años sesenta y prohibido por la censura Si te Dicen que Caí constituye una secreta y nostálgica despedida de la infancia, así como un cuadro a la vez sórdido y poético de la vida durante el franquismo.

Se trata además de una de las novelas más personales del autor, pues según el propio Marsé al escribirla sólo pensaba en los anónimos vecinos de un barrio pobre que no existe ya en Barcelona, en los primeros muchachos que compartieron con él las calles leprosas y los juegos atroces, el miedo, el hambre y el frío en su propia infancia y adolescencia.

Si Te Dicen que Caí tiene un estilo faulkneriano por su semejanza en cuanto a estructura con la compleja obra del norteamericano. No hace ninguna concesión al lector, todo lo contrario: es un libro que requiere dos lecturas. Pero en realidad la trama es lo de menos. Lo realmente valioso de este libro es el vívido retrato de una sociedad y una época. Los años de hambre. Los años del miedo. Años de miseria, hambre, frío, resentimiento, abusos de poder y sometimiento. La oscura posguerra española.

Juan Marsé vuelca en el texto los recuerdos de su infancia, que vivió como uno de los niños protagonista de la obra: un niño de la calle, sucio y hambriento, jugando por las esquinas de las calles embarradas, por los descampados aún repletos de munición olvidada, con lo único que tenían: su imaginación "Es una novela hasta cierto punto autobiográfica, porque todo lo que tiene que ver con mi infancia está en ella" cuenta el autor en una entrevista.

El texto aparece salpicado de historias en apariencia inconexas, siendo a veces más bien una recopilación de las miserias personales de cada uno, de diferentes anécdotas, o de instantáneas cotidianas de la vida de aquellos días. El día a día de los verdaderos perdedores de la guerra: el pueblo llano. Una historia de miseria en un barrio de las afueras de Barcelona en los años cuarenta. Niños harapientos, con sarna y fantaseando con un bocadillo...jóvenes metidas a putas para poder comer o por pura desesperanza...familias con alguno de sus miembros en la cárcel o escondido en un zulu para evitar acabar en ella...excombatientes republicanos convertidos poco a poco en meros delincuentes comunes.... y por encima, vigilando a todos, los nuevos amos.

Las tramas se cruzan, así como las épocas. Algunos de los niños de la calle recuerdan, años después, lo que ocurrió. Perro no sólo sus memorias mezclan realidad y fantasía, hechos y rumores, sino que ni siquiera tenemos muy claro quién es quién: no se presenta a los personajes, y quienes de niños sólo se conocen por sus apodos (el Tetas, el Amén, Java o Sarnita) se convierten, sin introducción alguna en adultos con nombre propio. La historia principal, por su parte, es una reconstrucción mezcla de hechos conocidos con rumores escuchados aquí y allá, o incluso con invenciones propias de la imaginación infantil. La realidad y la ficción tienen fronteras difusas...pero en el fondo da igual, pues cualquier versión de la historia es realista, cualquiera de ellos pudo haber sido, en aquella España de miedo, hambre y miseria.

Lo que más me ha fascinado en el libro es el recurso de las aventis ¿y qué son las aventis? La palabra en sí misma parece prima de otra: aventuras en su acepción de suceso extraño o distinto de lo normal. En todo caso en esta novelas las aventis son narraciones orales que allá por los años cuarenta se contaban los chicos del barrio del Guinardó, en Barcelona, para entretenerse. En ellas se mezclan rumores que corrían por el barrio, noticias que salían en los periódicos, así como sucesos cotidianos. Los protagonistas podían ser gente conocida en aquella época, personajes inventados y los mismos chicos narrradores de aventis. 

En resúmen, un buen libro, una gran novela negra con todas las letras (la negrura era la identidad de la época) pero un libro exigente con el lector, aunque el esfuerzo se ve recompensado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario